Regalo para Hikari ^^

¡Hola!

Como ya dije en el día del cumpleaños de Hikari, le iba a regalar algo y ya está hecho ^^ ¿Y qué es? Pues un relato con ella de protagonista ^^ Ya lo tenía hecho pero ayer ya publiqué otra entrada y no quería restar protagonismo okno xD Bueno, ahí va ^^ Espero que te guste Hiki-chan! ^^

MI PRINCESA
Era un 21 de julio de buena mañana y me desperté más temprano de lo normal y me dirigí hacia el baño para asearme. Después de asearme un poco noté que hoy haría mucho calor así que decidí recogerme una cola bien alta para no sufrir con el calor. Miré el reloj que marcaba las 5:45. "¡Joder, qué pronto me he levantado!" eso fue lo único que me salió al ver lo pronto que había madrugado.
Antes de bajar abajo encendí el móvil y me lo llevé para abajo. Naturalmente nadie se había despertado en el albergue, ni siquiera las gerentes se habían despertado. "Mejor" pensé, no tenía ganas de hablar con nadie aquella mañana. De pronto empecé a notar un dolor intenso en mi estómago.
-¡Mierda! Me va a venir pronto -refunfuñé mientras subía rápidamente a mi habitación.
Me tomé una pastilla para el dolor (ya que siempre me dolía aunque no me hubiese venido) y bajé a la cocina. Para mi sorpresa, alguien ya se había levantado y estaba trajinando en la cocina.
-Hola, qué pronto has madrugado -saludé asustándole un poco.
-¡Dios Hikari! ¡Menudo susto me has dado! -dijo mientras se giraba rápidamente para verme-. ¿Qué haces levantada tan temprano?
-Eso debería preguntártelo yo Danny -y me acerqué a ella para prepararme el desayuno-. ¿No podías dormir más?
-Sí, un perro me ha despertado a las 5 de la mañana y después ya no he podido dormir más. ¿Y tú?
-Yo no podía dormir más así que he decido levantarme y hacer un poco de deporte para despejarme -y me llevé el desayuno a la mesa seguida de Danny.
-¿Vas a hacer deporte ya de buena mañana? -dijo sentándose en frente de mí-. ¡Joder qué palo! No sé cómo tienes tanta energía por la mañana.
-No lo sé, no me gusta quedarme sin hacer nada -y le dí un mordisco a mi tostada-. ¿Qué harás esta tarde?
-¿Esta tarde? ¿Por qué lo preguntas? -preguntó confusa cuando se acabó la primera tostada.
-Porque ayer los entrenadores nos dejaron la tarde libre para hoy -informé después de beberme un buen trago de mi zumo de naranja-. Pero si alguien quiere entrenar después, lo puede hacer.
-Yo ya sé quién estará entrenando sin disfrutar de nuestra tarde libre -dijo acabándose su segunda tostada.
-Mark Evans -añadimos al unísono y después soltamos una carcajada.
-Qué raro, hoy estás más callada de lo normal, ¿te pasa algo? -dijo bebiendo su zumo de piña.
-Ah, es que me va a venir y bueno siempre me pongo de mal humor antes de que me baje....
-Ah, normal -dijo empezando su tercera tostada-. Todas estamos de muy mal genio cuando nos va a venir y no estamos para tonterías.
-Ya... Madre mía, sí que comes -dije recogiendo mi plato y mi vaso-. Ésa es tu tercera tostada, ¿cómo comes tanto?
-Ah, ya es que me gusta mucho comer.
-No si ya se nota -y empecé a fregar-. No sé cómo comes tanto y ni siquiera engordas nada.
-Porque lo quemo cuando entreno porque si no, ya estaría tan gorda como una vaca- y soltó una carcajada.
-Bueno- dije mientras dejaba el plato y el vaso a secar-, me voy a correr un poco. Nos vemos -y me fui a la habitación a por mis cascos.
Los cogí y salí a correr por los alrededores de la isla de Liocott. Puse la primera canción que tenía en mi móvil, que precisamente era de One Direction, y empecé a correr al compás de la música. Mientras iba corriendo iba observando todo a mí alrededor. No había nadie levantado a esa hora a excepción de las personas que tenían negocio en la isla del fútbol. Pasé por el área italiana donde estaba mi amigo Paolo y los demás del equipo.
Me paré a descansar y a estirar un poco antes de reemprender la marcha. Mientras iba estirando miraba por todos lados a ver si encontraba a alguno de mis compañeros italianos. Pero nada, todos dormían como marmotas. Hice unos estiramientos más y cuando disponía a marcharme de allí, alguien me gritó tras de mí advirtiéndome de algo. Me giré mientras soltaba un "¡¿Pero qué...?!" y vi que un balón se dirigía hacia mí como un cohete. Me ajusté los cascos mientras daba una vuelta entera y le daba una patada de karate al balón enviándolo al quinto pino.
-¡¿Pero qué haces inútil?! ¿Tienes la puntería en el culo o qué? -grité molesta mientras miraba al desgraciado que me había lanzado el balón.
-Menudos humos tienes hoy, princesa -dijo sonriendo.
-Paolo... -dije mientras me arrepentía por dentro por haberle hablado así- ¿Qué haces levantado a estas horas?
-Buenos días. Veo que te has levantado con muy buen humor.
-Si tú lo dices... Oye, ¿por qué me has lanzado el balón? -dije mientras me retiraba los cascos.
-Porque antes te había llamado pero no te enteraste así que decidí darte un pequeño susto.
-Pues podrías haber llamado mi atención de otra manera...
-Sí, podría haber ido hacia ti y darte un toquecito para que te dieras cuenta de mi presencia -respondió pensativo.
-Pero como llevaba los cascos te hubiera metido una hostia -añadí sonriente-. Bueno, ¿qué hacías tan temprano jugando al fútbol? ¿Tanto amas al fútbol que ni siquiera puedes estarte una mañana sin jugar y te tienes que levantar tan temprano? -comenté divertida.
-Muy graciosa, ¿y tú?, ¿qué haces a estas horas corriendo?
-No podía dormir y como no me puedo estar quieta pues decidí correr un poco... -expliqué mientras jugueteaba con mis manos- Bueno, nos vemos -y me marché corriendo.
-Adiós -y fue a buscar la pelota.
Después de salir del área italiana, fui pasando todas las áreas hasta que llegué al área japonesa. Me paré a descansar y a tomar un poco de agua fresca, pero me la había olvidado. Mierda...
-Supongo que tendré que pedirles un poco... -y me dirigí hacia el albergue.
Y cuando estaba cerca, escuché unos gritos que retumbó todo el edificio. Alarmada, fui corriendo adentro para asegurarme de que no había pasado nada.
-¡Chicos! ¡¿Estáis todos bien?! -grité al entrar en el salón, donde vi a todo mi equipo a un lado y a los japoneses al otro.
-Hikari... ¿qué haces aquí?, ¿no estabas corriendo? -preguntó Andrea.
-Es que me dirigía hacia aquí para pedir un poco de agua cuando escuché gritar a alguien -expliqué.
-Ah, esa ha sido Yeidi, con su siniestralidad de siempre -dijo Tris como si nada.
-¿Yeidi? ¿Por qué?
-Es que no me escuchaban -contestó Yeidi mientras soltaba una risita de inocentona.
-Ahhh bueno... ¿qué hacéis vosotras aquí tan temprano?
-Ahhh... bueno.... es que... -intentó decir Angy.
-¡Es que las chicas nos querían decir algo muy importante...! -intervino rápidamente Celia-. ¿Quieres tomar agua?, ¿fanta...?
-Agua por favor y gracias -dije mientras seguía a la peli azul hasta la cocina.
Cuando crucé la puerta de la cocina escuché cómo los demás cuchicheaban algo a mis espaldas. Me extrañó bastante de que todos tuvieran esa complicidad y ese secretismo. No me hubiera extrañado si sólo hubieran sido Guille, Sue y Annie, además de que me lo hubieran dicho, pero que todos lo hicieran, eso me hizo sospechar un poco: algo se traían entre manos...
-Aquí tienes -dijo Celia mientras me ofrecía el agua.
-Gracias -y empecé a beber.
-¿Hoy tenéis entrenamiento?
-Sí, ¿y vosotros? -respondí al acabar de beberme el agua.
-Eh... sí -respondió un poco dubitativa-. Y también por la tarde jejejejeje...
-Ahhh... nosotras no, tenemos libre esta tarde. Bueno, gracias por el agua -y dejé el vaso en la encimera-. Me voy ya para el albergue y ya de paso les recuerdo a ésos de ahí que tienen entrenamiento -y Celia soltó una risilla por mi comentario.
Antes de salir del albergue, les avisé a los demás de mi equipo y luego me marché. Volví sobre mis pasos y llegué a nuestro albergue. Subí a mi habitación, me di una ducha rápida y me puse el uniforme. Como sabía que mi equipo tardaría un buen rato, me puse a escuchar canciones mientras miraba por las redes sociales en busca de novedades. Media hora después escuché que llegaban por la puerta recibiendo una buena reprimenda por parte de la entrenadora Schiller. Subieron todos en estampida para cambiarse y en menos que canta un gallo, ya estaban abajo en el campo calentando. Bajé al campo y empezamos a entrenar. Como yo estaba de muy mala hostia, mis lanzamientos eran más fuertes que de lo costumbre y eso lo notaban todos.
-Uy, Hikari, hoy estás que arrasas, y literalmente -comentó divertida Eris.
-Ah ya, es que me va a venir y bueno... -expliqué sin muchas ganas- y también es por otra cosa...
-¿El qué? -preguntó Yuuto
-Nada, cosas mías...
-Ya sabes que nos lo puedes contar todo, para eso somos tus amigos -añadió Rubén.
-Ya lo sé... ¡bueno, sigamos entrenando! -intenté cambiar de conversación.
¿Por qué estaba así? Sencillamente por una razón: era mi cumpleaños y nadie me había felicitado a excepción de mi tía. ¿Cómo podía ser que todos se hubieran olvidado de este día tan especial para mí? Y no porque no tuvieran bastantes pistas a su alrededor: estaba marcado en el calendario del salón, yo se lo había recordado a todo el mundo muchas veces, tenían las notificaciones de todas las redes sociales... ¡y ni una puta felicitación!
Debido a eso, me puse más insoportable y de más mal humor y empecé a encararme con mis compañeros.
-¡Pero muévete besugo! -le grité a Guille y él me hizo caso sin rechistar palabra al ver mi enfado.
-¡Ponle más empeño Tris! ¡Tú Rubén, a ver si regateas mejor! ¡Andrea, no te olvides de cubrir esa banda! ¡Yeidi, si ves que puedes robar el balón, ve y no te quedes plantada como si la cosa no fuera contigo! ¡Kiburn, ya sé que no te quieres despeinar pero al menos haz algo! ¡¿Pero qué forma es esa de correr Bellatrix?! -y seguí así hasta sacarle al menos una pega a todos los de mi equipo y, en definitiva, acabaron hartos de mí.
-¡¿Por qué no haces todo eso tú mandona?! ¡Que no sabes hacer nada, tan sólo esperar a que te pasen la pelota y marcar sin haber hecho ni el huevo! -me espetó Yuuto.
-¡¿Cómo que no hago nada maldita vaga?! -dije muy furiosa a punto de darle dos hostias bien dadas.
Estuvimos a punto de enzarzarnos en una pelea todo el equipo, pero menos mal que la entrenadora puso paz entre nosotros a su manera: a grito pelado. Terminamos el entrenamiento todos un poco mosqueados y al ir a cambiarnos y durante la comida, no me intercambiaron ni una sola palabra. Normal, les había dado por culo a todos continuamente. Yo también hubiera hecho lo mismo.
Cuando terminé de comer, dejé los platos en la cocina y me encerré en mi cuarto. No tenía ganas de hablar con nadie. Aún estaba mosqueada por el asunto de mi cumpleaños. Me tumbé en la cama y cerré los ojos ya que me pesaban y tenía sueño. A punto estaba de dormirme cuando alguien me llamo al móvil.
-¡Mierda! Justo ahora me tenían que joder el sueño... -dije mientras descolgaba- ¿Quién coño eres?
-Dios, qué dulzura... -dijo una voz muy familiar.
-¡Paolo...! Vaya manera de joderme la siesta... ¿Qué quieres?
-¿Estás en tu albergue?
-No, estoy echando la siesta en un banco de la isla de Liocott si te parece...
-Vale, veo que hoy te has levantado con mal pie... Será mejor que te deje en paz antes de que me ocurra algo...
-¡Espera! Espera Paolo... Lo... lo siento. Perdóname, es que tengo un humor de perros...
-No si de eso ya me he dado cuenta... -dijo con una risilla- Baja que en cinco minutos estoy en tu albergue.
-¿Que baje? ¿Para qué? -contesté sin ganas.
-Tú hazlo y arréglate -y colgó.
-Será cabrón... -dije levantándome de la cama.
Cogí el primer atuendo que encontré en el armario y me arreglé un poco. Bajé sin haberme puesto los zapatos para no despertar a nadie por si estaba durmiendo y salí del albergue mientras me ponía los zapatos, o mejor dicho las sandalias.
-Vaya, qué rápido has ido -dijo con una sonrisa-. ¡Y qué guapa!
-Tú también has ido rápido, he tardado menos de cinco minutos y tú ya estás aquí.
-Ah, eso es porque cuando te he llamado ya estaba aquí -y se rió.
-Ay qué ver cómo eres -dije sonriendo.
-Anda, has sonreído, eso es buena señal. Bueno, vamos -y comenzamos a caminar.
-¿A dónde me llevas?
-Ya lo verás -dijo mientras sonreía enigmáticamente.
Pasamos por todas las áreas hasta llegar al área italiana, por donde Paolo me condujo por un laberinto de calles venecianas. Hasta que se paró delante de una gran góndola junto al chico que la conducía.
-¿Una góndola? -pregunté un poco decepcionada- Creía que íbamos a hacer algo más divertido.
-Un paseo en góndola es algo muy bueno para relajar tu mal genio de hoy -dijo subiendo a la góndola.
-Muy graciosillo -y me subí.
Mientras dábamos el paseo, recordamos viejos tiempos, algunos tristes pero la mayoría eran alegres y él hizo que mi mal humor se desvaneciera. Me divertí mucho con él pero también me pregunté por qué tampoco se había acordado de mi cumpleaños, ni siquiera me felicitó.
-¿Y qué tal la señorita en el plano del amor? -preguntó de repente pero con un toque de humor.
-¿Yo? Eso debería preguntártelo yo a ti pillín -dije siguiéndole el juego.
-Pero yo he preguntado antes así que, a responder mona.
-Ayyy, qué chico... pues de momento bien, no estoy aún enamorada pero bueno... -mentí, en realidad me gustaba alguien pero pensaba que él no me correspondería- ¿Y tú?
-Oh, bien. He descubierto el amor -dijo mientras sus ojos desprendían un brillo que nunca antes había visto en él-. Me he dado cuenta de que estoy enamorado.
Cuando escuché aquellas palabras, mi corazón dio un vuelco. ¿Por qué? Porque precisamente él era quien me gustaba.
-¿Ah-ah sí? -titubee un poco por la sorpresa- ¿De quién? ¿La conozco?
-Sí, la conoces. ¿Por qué lo preguntas? ¿Es que estás celosa? -dijo con malicia.
-¿Qué? ¿Yo celosa de que mi mejor amigo esté enamorado? Qué va, hombre por favor -dije sin que se me notara mucho el disgusto-. Quiero saber quién es para ayudarte a conquistarla.
-¿Seguro? No pareces muy contenta...
-¡Pues claro que estoy contenta! Pero no lo estaré hasta que no me digas su nombre y te declares a ella -dije cruzándome de brazos y fingiendo enfado.
-Pues pronto lo estarás... -y yo no entendí nada.
Antes de que pudiera articular palabra, él se levantó y me plantó un dulce beso en los labios. Al principio abrí los ojos como platos, no entendía cómo me podía estar besando cuando ya le gustaba otra chica.... "Espera, si la chica que le gusta soy yo, qué tonta" pensé mientras Paolo me besaba y después me dejé llevar por aquel precioso e inesperado beso.
-¿Ahora estás contenta? -preguntó al separarse un poco de mí.
-Pues claro... -dije tras soltar una risilla- ¿Lo tenías planeado todo esto o lo has improvisado?
-Lo de la góndola lo tenía preparado pero lo de decirte esto último no -admitió con una tímida sonrisa.
-Tonto... -dije al soltar otra risa- Ven aquí mi dulce italiano... -y junté nuestros labios.
-Te quiero mi princesa....
Cuando terminamos de dar aquel romántico paseo en góndola, Paolo me acompañó hasta el albergue. Estaba muy feliz, ya no tenía el enfado de esta mañana porque nadie me había felicitado. Junto a Paolo, ya nada me importaba. Cuando llegamos al albergue, me pidió permiso para ponerme una venda en los ojos.
-¿Para qué? -pregunté emocionada.
-Es una sorpresa princesa... ya lo verás -y me puso la venda suavemente.
-Cuidado con lo que haces ehh...
-Tranquila, no te haré nada... al menos por ahora... -dijo seductoramente.
-¡¡¡Oye!!! -y me llevó adentro mientras se reía.
Cuando me dijo que me la quitara, lo hice rápidamente y cuando pude abrir los ojos, me quedé sorprendida.
-¡¡¡SORPRESA!!! ¡¡¡FELIZ CUMPLEAÑOS HIKARI!!! -gritaron todos al unísono mientras daban un salto.
-¡Chicos...! -dije muy emocionada- ¡No os habéis olvidado de mi cumpleaños...!
-Pues claro que no tonta, ¿cómo nos íbamos a olvidar? -dijo Guille para darme un abrazo.
En la fiesta sorpresa estaban todos los de mi equipo, el Inazuma Japón y los capitanes de los demás equipos más todos los integrantes de Orfeo.
-Felicidades Gata Fiera -dijo Gigi haciéndome un guiño.
-Feliz cumpleaños princesa... -me susurró Paolo al oído.
-¡Ya creía que te habías olvidado de mi cumpleaños...! -dije mientras me giraba y le daba un beso.
-Eso nunca jajaja...
-Veo que el plan ha surtido efecto ehh Paolo -rió maliciosamente Annie junto a Guille y Sue.
-Con que lo del paseo en góndola ha sido todo obra vuestra ehh capullines…
-¡Pues claro! -sonrió Guille.
-Muchas gracias chicos de verdad.... -dije muy emocionada mientras se me caía una lágrima- Este es el mejor día de mi vida... Bueno, ¡¡¡que empiece la fiesta!!! -y después de ese grito de guerra todas las Fieras Nocturnas gritaron conmigo.
¡Ahora entiendo por qué no me habían felicitado! ¡Me estaban organizando una fiesta sorpresa y yo sin enterarme! Ay qué ver, qué calladitos estaban.... Paolo sirvió de distracción para que todos pudieran preparar la fiesta en mi ausencia. La verdad es que la habían preparado muy bien. Una gran tarta y muchos regalos, juegos para todos, karaoke, una pista de baile, comida, bebidas, etc. Se habían esforzado mucho para decorar el albergue como tal, para que tuviera un ambiente de fiesta y diversión.
Pasamos toda la tarde picoteando, jugando, cantando, bailando y haciendo el tonto hasta bien entrada la noche. Durante el karaoke todos lo dieron todo cantando canciones animes, de 1D, 5 seconds of summer, U2, Tokyo Hotel, de rock, de pop, metal, románticas, etc. Muchos se quedaron rendidos y durmiendo hacia las 10 de la noche, otros jugaban a la Wii y a videojuegos, otros charlaban, algunos comían y otros seguían cantando en el karaoke o viendo la televisión. ¿Y yo qué hacía? Pues ver Jounjou Romántica (no sé cómo se escribe >.<) ya que me habían regalado las dos temporadas en DVD, cosa que me hizo mucha ilusión porque llevaba bastante tiempo buscándolas.
-Hikari, ¿puedes venir un momento por favor?
-¿Por qué? ¿Qué quieres Paolo? -dije sin mirarle mientras seguía mirando el portátil.
-Porque quiero que vengas -dijo tendiéndome la mano.
-¿Y no puede ser en otro momento? Es que estoy en una parte muy interesante...
-No, tiene que ser ahora. Además, ya te la has visto entera.
-Ya pero...
-¡Que lo dejes..! -dijo cerrando de golpe la tapa del portátil.
-¡¡¡Ehh!!! -pero no pude decir nada más porque me agarró de la muñeca y tiró de mí.
Subimos deprisa las escaleras que llevaban al segundo piso y me empotró contra la pared justo al lado de mi habitación y me besó.
-¿Qué estás haciendo?
-Quiero pasar un rato contigo sin nadie más. Con todo el jaleo de tu fiesta y el mundial, no hemos tenido tiempo...
-¿No te ha parecido suficiente el paseo en góndola?
-Sabes que no... -dijo con una sonrisa seductora y después volvió a besarme.
Lo que al principio fue un dulce y tierno beso, se fue convirtiendo en uno apasionado. Dejé que su lengua jugueteara con la mía mientras que sus manos, que hasta ahora habían permanecido en mi cintura, subían lentamente por mi espalda introduciéndose por mi camiseta negra que me habían regalado y que ponía "I love yaoi". ¿Y mientras cómo estaba yo? Pues roja como un tomate mientras disfrutaba de sus caricias. Cuando el oxigeno empezó a faltarnos, separamos nuestros labios dejando un hilo de saliva. Con la respiración entrecortada, respiramos de nuevo y volvimos a fundirnos en aquel apasionado beso, ya sin lengua.
-Esta noche va a ser muuuuy larga... -dijo mientras me empujaba suavemente hacia mi habitación y cerraba la puerta tras de sí.
"Éste sin dudas, es el mejor cumpleaños de mi vida" pensé. ¿Que qué pasó? Eso nunca os lo diré ;P
Bueno, adiós y espero que te haya gustado ^^

Comentarios

  1. No sé que decir... A ver... ¡¡¡¡¡¡¡GRACIAAAAAAAAS!!!!!!! ¿¡PERO POR QUÉ ESTOY SONRIENDO COMO UNA BOBA!? No, en serio, deberías ver mi cara xDDD me encantaaaaaaaaaaa *^* *Se le sale una lágrima* ¡¿¿Por qué estoy llorando??! T^T Muchas gracias, en serio, yo aquí, esperando desde la hora que me he levantado xDDD me ha encantado, super encantado, super mega encantado, super mega hiper encantado *^* ¡¡MUCHAS GRACIAS!! ¡EN SERIO! <3<3<3<3<3<3<3<3<3<3<3<3<3<3<3<3<3<3 P.D: La pondré en mi blog, ¿De acuerdo? Ahora sé como se ponen las páginas ^^ Besos ^^

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    1. ¡MUCHAS GRACIAS, EN SERIO, ME ENCANTA QUE TE HAYA GUSTADO! Me estaba riendo mientras leía tu comentario xD Me alegro de que te haya gustado tanto ^^
      Besos ^^ <3

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  2. me siento realmente emocionada gracias por pasarte T.T :DDDDDD

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