Capítulo 2- Amenaza

Misaki se despertó de golpe de su pesadilla. Tenía la respiración acelerada provocado por esa emoción denominada "miedo" y estaba sudando. Permaneció tumbada en la misma posición intentando tranquilizarse durante unos minutos. Ya calmada, miró hacia el reloj de su mesita de noche que marcaba las 3:45 de la mañana.

-¡Maldita pesadilla...! -susurró antes de levantarse y dirigirse al baño.

Se refrescó la cara y se quedó inmóvil delante del espejo, contemplando su rostro. Otra vez había tenido esa misma pesadilla. Esa pesadilla donde salía ella, cuando era pequeña, y sus padres en un campo lleno de flores, donde eran la mar de felices. Y cuando la niña estaba a punto de abrazar a su madre, una oscuridad invadía el sueño, como una laguna mental. Esa laguna sólo duraba unos segundos y aparecía una escena atroz: su madre estaba en el suelo, inmóvil y llena de sangre mientras que su padre miraba sus manos ensangrentadas con la cara desencajada, como si no supiera qué había pasado. Cuando la niña estaba a punto de ir hacia su madre, otra laguna aparecía unos segundos dando paso a otra escena: la madre seguía en la misma posición que antes pero el padre estaba tumbado a varios centímetros de la madre, ensangrentado como lo estaba antes y... con la cabeza cortada. Ahí es cuando se acababa la pesadilla.

Misaki era huérfana. Sus padres habían muerto en un accidente de tráfico cuando ella era pequeña y pudo sobrevivir. Después, fue a vivir con su tía paterna a las afueras de la ciudad y cuando su tía murió de una extraña enfermedad a los 14 años, se fue a vivir sola con la herencia de sus padres. Se había criado prácticamente sola, sin nadie que le diera amor. Pero aún así ha podido ser feliz y abierta con las demás personas y no ser una chica amargada. Lo único que le quedaba como recuerdo de sus padres, era una foto donde salían los tres juntos, alegres y sonrientes. Con esa imagen grabada en su mente y con la foto en la mano, se volvió a dormir.

-¿Me estás escuchando?

-¿Eh? Perdona Tris, no te prestaba atención. ¿Qué me decías?

-¿En serio? No me había dado cuenta... -se burló su amiga con cara de fastidio.

-Lo siento, ¿qué pasa?, ¿qué me decías? -dijo con tono conciliador.

-Pues que tan sólo ha pasado un día sobre la noticia de que Yuki ha sido asesinado y todo el instituto está revolucionado -repitió mientras miraba a todos con caras de preocupación.

-Ah, sí... La muerte de Yuki... -dijo sin mucha importancia- Bueno, por lo menos ya no nos molestará más...

-¿Lo dices en serio? ¿No estás preocupada de que te pase algo con ese asesino suelto?

-Ya sabes que a mí no me preocupan esos tipos de cosas -recordó levantándose al escuchar el timbre que ponía fin al recreo-. Yuki era malo y el karma le ha devuelto todo el daño que ha hecho a gente inocente.

-¿Cargándoselo? Yo hubiese preferido que le hubiese devuelto el mal de otra forma pero no en forma de muerte. No le deseo a nadie la muerte -dijo siguiendo a la morena.

-¿Y qué pasa con sus amigos?, ¿cómo se han tomado la muerte de su líder?

-¿Cómo crees que se lo han tomado? Pues mal. Además, a ellos les han amenazado de muerte...

-¿Amenazado? -preguntó un poco sorprendida mientras se sentaba en su pupitre y su amiga encima de la mesa.

-Sí. Al parecer el asesino entró en sus casas y les dejó la misma nota.

-¿Y qué ponía?

-Pues creo que ponía algo así: "Sufriréis el mismo destino que vuestro amigo Yuki". Siniestro, ¿verdad? Parece ser que dejó las notas la misma noche del asesinato.

-Bueno, que tengan más cuidado y si consiguen salir vivos entonces, mejor que mejor -concluyó una sonriente Misaki.

-Aaayyyy... tú tan despreocupada como siempre, ¿eh?

-¿Despreocupada? Si fueran chicos inocentes y buenas personas entonces sí que estaría preocupada por ellos, pero ésos no lo son. Así que me da igual si les ocurre algo. Oye, ¿quedamos esta tarde?

-Qué cabecita... Vale, ¿esta tarde en mi casa? -dijo alejándose mientras Misaki aceptaba la propuesta.

Los días fueron pasando con normalidad y el asesino no cometió ningún crimen más. Pasadas dos semanas, los agentes de policía que protegían a los chicos amenazados no vieron que corrieran ningún peligro así que retiraron la vigilancia de sus casas. Tal vez aquellas notas era una broma de mal gusto de alguno de sus compañeros. Sí, sería eso porque, ¿cómo si no sabría el asesino que Yuki se relacionaba precisamente con ellos? Una broma de mal gusto de algún compañero al que debían dar caza.

-Tíos, yo me largo a mi casa -anunció despidiéndose de sus colegas.

-¿Tan pronto? Pero si son sólo las once -replicó uno de ellos.

-Ya pero estoy cansado. Esta tarde el entrenador de béisbol me ha dejado hecho polvo y quiero descansar.

-Como quieras, nos vemos mañana -se despidió otro mientras se marchaba con lo demás.

Mientras se alejaba de ellos, los ruidos que hacían sus amigos se escuchaban como ecos por las callejuelas de un barrio bastante apartado del corazón de la ciudad. La noche empezaba a refrescar así que se abrigó mejor con su chaqueta del equipo de béisbol, intentando contrarrestar el frío. Las calles por donde caminaba estaban vacías, sin ningún ruido a excepción del viento o los jaleos provenientes de las casas próximas. En resumen, una noche tranquila pero un tanto siniestra…

El chico recordó la última conversación con Yuki antes de que muriera, recuerdo que era inmediatamente sustituido por las palabras de aquella siniestra nota que se encontró al día siguiente en su cama. Al principio no le dio mucha importancia, pero cuando se enteró de la muerte de su amigo entonces ya empezó a preocuparse. La manera en la que había muerto le producía escalofríos, le parecía espantosa su muerte. Hacía ya una semana que la policía había retirado la vigilancia intensiva a él y a sus amigos. Pensaban que ya no correría peligro ya que había pasado 2 semanas de la amenaza. Tampoco era para tanto.

A decir verdad, al chico todavía le asustaba la idea de que ese asesino siguiera suelto por ahí, acechando a otras personas inocentes. No estaría tranquilo hasta que no pillaran a ése psicópata y lo metieran de por vida en la cárcel.

-Bueno, no hay de qué preocuparse. Seguro que ese tipejo estará lejos de esta ciudad disfrutando de su libertad y felicitándose a sí mismo de no haber sido pillado -y de pronto escuchó un ruido proveniente de un callejón que tenía al lado mismo-. ¿Hola? ¿Hay alguien?

“Será un estúpido gato” pensó mientras se ajustaba de nuevo la chaqueta. Comenzó a caminar de nuevo cuando un ruido ensordecedor invadió el aire. El chico se asustó bastante y miró hacia el callejón oscuro. Nada, tan sólo oscuridad. De pronto una sombra apareció y se lo llevó adentro del callejón sin que él pudiera hacer nada. La calma volvió a inundar aquel sitio sin ningún testigo por ahí cerca, nada más las paredes silenciosas sabían lo que había ocurrido ahí…

-¡¿Te has enterado?! -gritó Tris abriendo la puerta de clase de golpe al ver que su amiga era la única que estaba ahí.

-¡Tris! ¡No me des esos sustos, jolines! -exclamó girándose al momento- ¿Qué pasa? ¿Por qué estás así?

-¿No te has enterado? -preguntó dirigiéndose al asiento de la chica.

-¿Enterarme de qué? Es que he estado en el médico…

-¡Pues que han matado al mejor amigo de Yuki! Esta mañana lo han encontrado en un callejón bastante lejos del centro de la ciudad.

-¿Lo han matado? ¿No dijeron que ya no correrían peligro? –preguntó sorprendida y extrañada a la vez.

-¡Eso creían! Pero parece ser que no… ¿Y sabes qué es lo peor de todo? -y Misaki negó con la cabeza- ¡Pues que ha muerto de la misma manera que Yuki…! -informó sentándose encima de otra mesa, enfrente de la morena-. Además, al lado encontraron un cartón vacío de zumo de limón

-¿Zumo de limón? ¿Es que se estaba comiendo un tentempié mientras los mataba o qué?

-No, se ve que lo utilizó para torturar a su víctima. Los cítricos son comúnmente utilizados para verterlos sobre las heridas y producir más dolor. Se ve que el asesino disfrutó torturándolo hasta muerte…

Tris tomó un poco de aire antes de seguir hablando.

-Y esta mañana, los amigos restantes de Yuki, han recibido la misma nota que hace 3 semanas. Pero ésta vez la nota decía lo siguiente: “Otro menos del grupo, uno más en el infierno. ¿Quién será el próximo? El tiempo se acaba…”. Parece una película de terror.

-No te preocupes. Tarde o temprano encontrarán al culpable -alentó mientras la abrazaba-. ¿Qué te pareció Hellsing Ultimate? (Nota: un anime gore muy pero que muy macabro y con mucha sangre y violencia)

-Demasiada sangre en el primer OVA, es muy largo y vomité varias veces.

-Pobrecita, mi pequeña amante del gore que no puede soportar la sangre -susurró después reír.

Pero Misaki se equivocaba, vaya si se equivocaba. Dos días más tarde encontraron al chico más fornido del grupo muerto en el río. Presentaba las mismas heridas y la misma manera de morir. Al igual que sus dos amigos, murieron con su rostro deformado por el miedo que les había invadido antes del golpe final. Tan sólo quedaban 2 amigos vivos y estaban muertos de miedo. Por seguridad, decidieron atrincherarse en sus casas sin ni siquiera asistir al instituto.

Una semana después, otro apareció muerto. Lo descubrió un niño pequeño que jugaba en el parque. El cuerpo presentaba la misma manera de morir pero ésta vez estaba colgado de un árbol del parque. La soga rodeaba su cuello cortado mientras que tenía un mensaje: “Ahora mi casa es el infierno. Tan sólo queda uno…”.

-¿Y el último amigo que queda ha recibido alguna nota? -preguntó Misaki sin darle mucha importancia a la noticia.

-Pues claro. La última nota rezaba así: “Tú eres el último. ¿Has cuándo podrás seguir aguantando? El infierno te espera…” -informó mientras jugueteaba con su lápiz.

-¿Y la policía no ha podido hacer nada para pillarlo? -preguntó sin mucho interés.

-¡Les ha sido imposible…! El asesino no deja ni rastro. Parece un profesional…

-Bueno, dejemos ya ese asunto, que me tiene ya un poco harta. ¿Bajamos a comprar unos dulces?

-De acuerdo…

4 días más tarde, el chico encontró su final. Hubo un gran revuelo mediático y se cuestionó la eficacia de la policía y la seguridad de los ciudadanos. Muchos lamentaron sus muertes y deseaban que el asesino recibiese su merecido y otros seguían con sus vidas. Lo pasado pasado está…

Misaki volvía a casa después de estudiar en la biblioteca con Tris. Estaba cansada y lanzo la bolsa por ahí. Fue hasta la cocina y se sirvió un vaso de agua fría.

-Por fin has vuelto. Qué tarde, ¿no? -dijo una voz de detrás de Misaki.

-Ahhh… eres tú…

¿Qué os ha precido? ¿Con quién hablaba?

Besos y hasta la próxima! ^^