CAPÍTULO 19- ¡EL DESAFÍO DE LA ACADEMIA CALA PIRATA!


—Todavía me parece muy fuerte que no me dijeras nada, H. ¡A mí, que soy tu mejor amigo! ¡Tu alma gemela platónica!
—Guille, deja de ser tan dramático —bufó Andrea, poniendo los ojos en blanco—. No lo dije por el bien de todos.
—¿Y cómo es que tú sí sabías de la Resistencia? —preguntó Joss—. No tienes ninguna conexión con la Royal o alguno de los altos mandos.
—Oh, yo tengo más conexión de la que os imagináis —sonrió con suficiencia.
—¿Entonces Estela también lo sabía? ¿Por el mismo motivo que tú? —preguntó Saki.
—O quizás sea porque sus novios están metidos en esto, ¿no? —habló Ken.
Einar se quedó con la boca abierta, no queriendo reconocer que casi se había olvidado de la presencia del voluntario. Los demás se pusieron a reflexionar sobre las palabras de Sasaki.
—¿Eso quiere decir que mi hermanito sabe de todo esto? —preguntó Annie—. Y si mi hermanito lo sabe, Jordan también, porque trabajan juntos.
—Sigo sintiéndome traicionado —insistió Guille.
Andrea terminó pegándole en la cabeza por pesado. Justo en ese momento llegaron al entrenamiento de los niños. Vieron que los veteranos del Raimon no paraban de mandar a volar al pobre de Arion.
—¡Bienvenidos! Acercaos a ver esta sesión de paliza para Arion —saludó Estela con una gran sonrisa.
—Arion está intentando que le salga esa nueva supertécnica —anunció Rubén.
—¿Tanto tiempo libre tienes que te veo siempre en los entrenamientos? —sonrió Saki.
—Estaba tomándome un descanso —Rubén hizo un mohín.
—¡Seré viento! —se escuchó bramar a Arion.
El novato empezó a correr como un toro embravecido hacia Subaru. De pronto, una sombra salió de la espalda del chico para después desaparecer. Aire huracanado se formó alrededor de Arion, pero este se desestabilizó en cuanto desapareció tan pronto como había aparecido.
—¡Mark, es como lo que pasó el día de la ceremonia de apertura! —señaló Celia.
—Sí, ya me lo contó todo Travis.
—¿Eso era un aura de un posible Espíritu Guerrero…? —se preguntó Estela.
—Tenía toda la pinta —asintió Rubén.
—Quizás el chaval tiene uno ahí escondido —sonrió Andrea.
—Entrenador —llamó Victor tras hablar un par de palabras con Arion—, ¿le importa que sea el oponente de Arion esta vez?
—¿Qué pretendes, Victor?
—Creo que puedo usar mi propio poder para sacar el que duerme dentro de él.
Arion se levantó con decisión y dijo:
—Si eso va a ayudar al equipo, estoy dispuesto.
—Está bien —sonrió el entrenador—, pues probadlo.
—¿Por qué tengo la sensación de que terminará aún más hecho polvo que antes? —preguntó Joss.
—Estoy segura de que Victor será bastante duro con Arion —Saki disimuló una risita llena de diversión.
—Lo estoy grabando —informó Einar, móvil en mano.
 
—Hay que ver qué cosa más rara se ha montado —comentó Eugene—. Como si ya fuera poco enfurecer al Sector Quinto por rechazar las órdenes escritas...
A su lado se encontraba Adé Kébé. Ambos habían ido a pescar como hacían normalmente. Eugene se encontraba alicaído mientras murmuraba:
—Ahora está lo de la revolución. ¿Y qué pasará entonces? No tenemos ni idea.
Adé tenía una expresión seria, llena de concentración.
—¡Bien! —dijo de pronto con una gran sonrisa—. ¡Decidido!
—¿Eh? ¿Cómo? ¿Decidido el qué?
—¡Lo de la revolución! —respondió, mirándole con decisión—. ¡Y lo de la Resistencia mola un montón, ¿verdad?!
—¿Q-qué?
—Bueno, ya está todo dicho —se levantó y exclamó con el puño en el aire—: ¡Vamos, Eugene! ¡Señora, aquí le dejamos esto, ¿vale?! —gritó, poniendo su caña de pescar en el suelo.
—¡Pe-pero Adé! —Eugene vio cómo salía disparado.
No pudo evitar suspirar con pesar.
 
—¡Ha marcado! ¡Y termina el partido! ¡Tras superar al colegio Ultramegahiedra, el equipo que sale del grupo b para jugar la final de la fase de clasificación es la academia Cala Pirata!
¿Lo has escuchado? —preguntó Yuuto al otro lado del móvil.
Sí, he estado mirando el partido —asintió Yeidi, apagando la televisión.
El entrenador Travis acertó. Ahora tenemos el marrón de investigar a ese equipo. Y la verdad es que es un coñazo, porque si son afines al Sector Quinto, sus verdaderas habilidades saldrán a relucir durante el partido contra el Raimon.
Eso significa que tendréis que hackear el sistema para poder ver sus estadísticas reales, ¿no?
Bueno, muy difícil no será. Ya pudimos acceder antes para poder colar a tu marido como el nuevo entrenador del Raimon. Además, tengo entendido que tendremos una ayudita extra.
¿A qué te refieres con ayudita? —se sorprendió Yeidi.
Está claro que el Sector Quinto habrá reforzado su seguridad tras ver lo que pasó. No creo que nos sea muy complicado, pero hemos pedido refuerzos por si las moscas.
¿Alguien más aparte de ti, Yuuto?
Yo no estoy centrada al cien por cien en ese tema. Necesitamos a alguien que pueda hacerlo.
Oh, ya veo —asintió Yeidi—. Bueno, mientras tanto, yo iré a ver algunos entrenamientos de los chicos. Hay que vigilar de cerca el rendimiento de estos chavales.
Eso, ponles en cintura —bromeó.
Oye, ¿cómo está Edgar?
¿Qué? Pues bien, allí sigue, jugando al fútbol. No hace nada más.
Tengo entendido que le han anunciado para ser modelo de una marca famosa allí, ¿no?
Joder, si estás más enterada que yo, Yeidi. Tendré que decirle que eres su fan, para ver si puedo venderte un autógrafo.
Tonta —se rió—. No te entretengo más. Nos vemos.
Adiós.
 
Tal y como dijo, Yeidi se presentó al entrenamiento por sorpresa. Pilló a todos desprevenidos. En el campo, los chicos estaban bastante motivados, dándolo todo por seguir mejorando.
—¿Os podéis creer que no he venido ni una sola vez a verles teniendo tanto privilegio como yo? —preguntó Yeidi—. ¿Y los demás? —vio que solo estaban Rubén y Einar.
—Ocupados con sus trabajos —respondió Celia.
—Pero si Annie no trabaja… —se extrañó Yeidi.
—Creo que tenía algo que hacer —Estela se encogió de hombros—. Pero no hablemos, disfruta de este entrenamiento épico.
La mujer de Mark hizo caso y observó. La pelota la tenía el jugador llamado Adé y se la pasó a Eugene. Sin embargo, este llegó tarde y el balón salió por la banda.
—Eh… Oye, Eugene, que somos la Resistencia. ¿Así cómo quieres que empecemos una revolución?
Yeidi arqueó las cejas ante el escuálido chico con moñitos y gafas. Se le notaba que le faltaba el aire, incapaz de seguirles el ritmo a sus compañeros. Estaba claro que estaban revolucionados ante esa nueva perspectiva.
A lo lejos, Shun y Hugh observaban el entrenamiento con caras no muy alegres. Pero claro, no podían volver a esas alturas del partido después de desertar. Terminaron marchándose, pero Riccardo se dio cuenta.
—¿Qué le pasa a ese tal Eugene? —señaló Yeidi—. Parece el menos motivado de todos.
—Es algo miedoso —sonrió Rubén—. Pero buena gente. Al menos sigue aquí.
—Quiero entrenar con él. Pero no me dejan —suspiró Einar.
—¿Tú has visto lo poquita cosa que es? —señaló Yeidi—. Un empujón de los tuyos y lo partes como a una ramita de árbol.
Entre tanto, Arion y Victor todavía practicaban la nueva supertécnica del primero. Ya le iba saliendo cada vez mejor, pero todavía le quedaba. Ya había conseguido crear un remolino con el cual atrapar Victor. Arion no terminaba de concentrarse del todo pese a los múltiples intentos, por lo que se le dificultaba el robo de la pelota.
Pese a todo, no se rendía.
 
El ruido de las teclas siendo apretadas se escuchaba incesantemente dentro de aquel lugar. La estancia solo estaba iluminada por la luz del monitor del ordenador. Un sonido de alerta y de error saltó en la pantalla.
—Vaya, así que para seguir adelante voy a necesitar romper el sistema de seguridad.
Sin perder ni un minuto, se puso manos a la obra. Willy estaba tan concentrado que casi ni parpadeaba. Solo lo justo. El sonido del timbre lo asustó.
—Ahí va, ¿y si son la gente del Sector Quinto?
Se acercó con cautela hacia la puerta, no estando muy seguro. Cuando miró por la mirilla, la cara distorsionada en primera plana de Percival Travis le recibió.
—¡Señor Travis…! —suspiró lleno de alivio antes de abrir—. Por favor, no me dé estos sustos.
Le dejó pasar y cerró la puerta.
—Solo pasaba a saludar y a ver cómo ibas. ¿Tienes algo respecto a la academia Cala Pirata?
—Aquí está.
Travis se quedó mudo en cuanto leyó la información del monitor.
 
—¡Bien! ¡Se acabó el entrenamiento por hoy! —anunció Mark a voz en grito.
—Menos mal —suspiró Adé, dejándose caer en el banquillo.
—Acordaos de beber agua para hidrataros —iba diciendo Skie mientras repartía las botellas.
—Ha faltado poquito, ánimo, Arion —animó Jade al novato—. Tú sí que puedes hacerlo.
—Sí, me esforzaré… —sonrió cansado.
—Percival Travis —se sorprendió Mark al mirar su móvil—. ¿Hola? Aquí Mark.
—¿Qué tal? ¿Cómo está el equipo?
—Están llenos de ganas. Los veo decididos a derrotar a sus rivales —sonrió, mirando a los chicos.
—Bueno, pues sobre ese rival… Hemos conseguido una nueva información sobre la academia Cala Pirata —dijo, mirando seriamente hacia Willy.
—¿Una nueva información? —repitió.
Eso llamó la atención de los mayores. Y también de los jóvenes.
— Sí, Mark. Todos los jugadores de la academia Cala Pirata son imperiales.
—¡¿Todos son imperiales?!
—Oh, no… —murmuró Yeidi, viendo a su marido asentir con monosílabos.
 
—¿Ya se marcha, señor Travis?
—No, todavía tienes a alguien a quien ver.
—¿Qué quiere decir? —Willy se mostró confundido.
—Hemos pensado que tal vez necesitarías un poco más de apoyo —dijo antes de abrir la puerta y decir hacia un lado—: Ven, ya puedes pasar.
—¿Es que había alguien esperando en la calle? ¿Por qué no le ha hecho pasar antes?
—Cuánto tiempo, ¿eh? —una figura salió de detrás del señor Travis.
Willy entrecerró los ojos al mirar al joven moreno que tenía delante, para intentar recordarle. Pegó un chillido y dijo:
—¡¿Gregori?!
—El mismo —rió—. Ha pasado tiempo desde que nos vimos, Willy.
—¡¿Pe-pero tú no estabas entrenando a niños en España?!
—Pues ahora no —sonrió el chico, mirándole con ojos divertidos—. He venido a echarte una manita, que con todo esto haciéndose cada vez más grande, toda ayuda es poca. También es un placer volver a estar aquí.
—¡Madre mía…! ¡Las chicas no se lo van a creer en cuanto se lo digamos…! ¿Y dónde te estás quedando?
—En casa de Eve. Me ha hecho el favor de alojarme gratis hasta que todo esto termine.
—¡Ah! ¡Entonces comerás muy bien!
Travis sonrió, dejándoles a solas para que pudieran ponerse al día.
 
En cuanto Mark colgó, Riccardo se apresuró a decir:
—Entrenador Evans, esa llamada…
—¿Son imperiales? ¿No se estará refiriendo a la academia Cala Pirata? —adivinó Gabi.
—Sí. Lo han descubierto investigando en la base de datos del Sector Quinto.
—Eso quiere decir que todos son invocadores.
—No es exacto —contradijo Victor a Subaru—. Ser imperial no significa que se pueda llamar a un Espíritu Guerrero.
—¿Ah, no? ¿De verdad? —preguntó Samguk.
—Porque los imperiales son enviados del Sector Quinto a los institutos para asegurarse de que todos cumplan las directivas que les envían. No son más que observadores vigilando desde el interior del club. Hay imperiales que utilizan la fuerza para obligar a los equipos a seguir las órdenes. Y otros que usan métodos… más sutiles para mantener a los equipos bajo control.
—O sea, que aunque juguemos contra imperiales, eso no implica que todos vayan a usar Espíritus Guerreros, ¿no? —concluyó Subaru.
—Pero confiarse sería un grave error —añadió Victor—. Todos los imperiales son futbolistas que han recibido entrenamientos especiales por parte del Sector Quinto. Poseen unas fuerzas y unas habilidades físicas temibles.
—Todos imperiales…
—Pero así es más divertido —dijo Adé sin perder la sonrisa.
—¿Qué? —Eugene le miró alucinando.
—Ya que vamos a jugar, nos ayudará a que no bajemos la guardia. Y que cuantos más imperiales haya, significará que el Sector Quinto cada vez nos está tomando más en serio —se levantó, más motivado—. Además, si les derrotamos, podemos empezar la revolución de un solo golpe —y empezó a reír.
—Seguro que nos mantiene concentrados —asintió Samguk.
Adé quedó sorprendido por los nuevos ánimos del equipo. No esperaba que sus palabras tuvieran ese efecto.
—¡Así se habla, Adé! —le sonrió Arion.
El único que no parecía del todo convencido era Eugene.
—¡Eugene! —le llamó su amigo—. ¿Qué haces? Venga, vamos.
—Ah, ya, pero… es que tengo unas cosas que hacer…
—¿Cosas…? Bueno, ven tú, JP. ¡Ahora practicarás conmigo…!
—¡Voy!
Eugene se veía desanimado. Yeidi le observó con cierto disimulo.
 
Durante los siguientes días, el equipo se dejó la piel durante los entrenamientos. Terminaban agotados. El único que no lo parecía era Eugene, pues no se mostraba particularmente participativo. Fallaba pases, le regateaban con facilidad y se veía desconcentrado.
—Cariño, ¿sabes qué le pasa a ese chico llamado Eugene? ¿Tiene problemas? ¿Por eso está tan desmotivado con el fútbol?
—¿Eugene? —repitió Mark, incrédulo—. Siempre ha sido algo pesimista. ¿Por qué? ¿Es que has visto algo que te preocupa?
—No sé, es algo raro, la verdad… Es una sensación que me da. Quizás deberías hablar con él a solas o algo. Me preocupa que se vea sobrepasado por todo esto y ya no disfrute el fútbol. Al fin y al cabo, sigue siendo un chaval de secundaria…
Mark lo consideró. No se veía especialmente preocupado.
—Mañana es el partido… ¿No se te ha ocurrido decirlo antes? —bromeó, mirándole.
—Oye, que tú eres el entrenador, no yo —le sonrió de todas formas—. Yo he ido a pocos entrenamientos y casi no los conozco. Yo pensaba que te habías dado cuenta y tenía la esperanza de que hoy le hablaras.
—Pues… no, no me había dado cuenta.
—Pues me extraña, porque se trata de fútbol.
—Ya sabes que no me di cuenta de cuando Axel estaba sufriendo por su hermana… —suspiró—. Ni tampoco por el miedo atroz que desarrolló Nathan cuando nos enfrentamos contra Xavier. Bueno, Xene en aquella época.
—Sí, sí, ya te he entendido, eres un negado para las emociones humanas —Yeidi le besó la mejilla, sonriendo—. Pero algo bueno que tienes es que puedes convencer a muchas personas con tu forma de ser. Yo de ti apartaría a Eugene a un lado antes del partido y le daría algunos consejos.
—¿Y por qué no lo haces tú?
—¿Yo? —Yeidi se señaló a sí misma—. Imposible, no soy su entrenadora. Soy una completa desconocida para él.
—Puedes aprovechar para sentarte en la caravana cuando vayamos al estadio.
—Pero Mark…
—Que seas una glotona no quiere decir que tengas menos inteligencia emocional que una verdura.
Yeidi se rió por esa tontería.
—Los demás protestarán por poder ir con ellos.
—Es el privilegio de ser la mujer del entrenador Evans.
—Sigo pensando que deberías hablarle tú, pero bueno, te haré ese favor, señor Evans.
Mark posó suavemente los labios en los de su esposa. Yeidi apartó sin prisa alguna la cara para mirar hacia la cocina y decir:
—La cena se está quemando.
—¡Oh, no!
 
—Bueno, equipo, ya estamos todos —sonrió Mark, después de cerciorarse de que no faltaba ningún jugador—. Sé perfectamente que podemos ganar. Vosotros tened confianza.
—¡Sí!
—¡La academia Cala Pirata no nos ganará!
—Les demostraremos de lo que somos capaces.
—¡Revolución, revolución, revolución!
Yeidi vio que Arion miraba con cierta preocupación a Eugene. Los demás estaban creando alboroto por la emoción del partido. Riccardo se dio cuenta de que dos personas más llegaron hasta ellos.
—Shun, Hugues… —se sorprendió Riccardo.
—¿Qué hacéis aquí con esas caritas? —preguntó Estela.
—Ellos eran del equipo —informó Celia a Mark y a Yeidi.
—¿Qué queréis?
—Bueno… —Shun agachó la cabeza, al igual que Hugh.
—Pobrecitos, están temblando… —murmuró Yeidi.
—Queremos… volver a jugar al fútbol otra vez —Hugh fue el que se atrevió a expresarlo.
—Podéis pensar que somos unos aprovechados por querer volver ahora, pero… pero después de haberos visto, no podemos evitar querer volver a jugar —explicó Shun.
Se mantuvieron en silencio, mirándose entre sí. El capitán Di Rigo dio dos pasos hacia ellos y dijo:
—Os estaba esperando —sonrió, para sorpresa de ellos dos.
Y también para la de los demás.
—Si son los mismos que se fueron por miedo al Sector Quinto —recordó Michael.
—Es cierto, ahora han vuelto. Sé muy bien que cuando vieron nuestro fútbol, quisieron venir a enfrentarse al Sector Quinto. ¿No os parece eso estupendo? Además, ¿no consiste en eso la revolución que todos estamos intentando conseguir?
—¿Qué quieres decir, tú? —preguntó Wan-Chang.
—Claro que lo importante es ganar el Camino Imperial y quitar de una vez por todas el trono del gran emperador a Alex Zabel, pero también creo que la auténtica revolución es lograr que la gente vea nuestro fútbol, recuerde lo estupendo que es en realidad, que se levanten con nosotros para recuperarlo de nuevo. Nosotros solos no podemos hacer la revolución. Para hacerla, necesitamos la fuerza de todos los que aman al fútbol de verdad.
—¿Os tengo que recordar que vosotros también estabais igual de asustados que ellos al principio de todo? —habló Estela con sonrisa sabihonda—. Recuerdo que todos estabais en contra de desobedecer al Sector Quinto.
—Puede que tengáis razón, pero…
—Entonces arreglado —zanjó Adé—. Pues que vuelvan al equipo. Y además, cuantos más seamos, más nos divertiremos.
—Muchas gracias, chicos —sonrió Hugh.
—Jugaremos con todas nuestras fuerzas, de verdad —aseguró Shun.
—Se nota que eres el capitán, chaval. Menudo discursito que te has marcado —sonrió Yeidi—. Esta será la primera vez que os vea jugando en vivo y en directo y me muero de ganas.
—Esto… no quería ser descortés, pero… —balbuceó Michael—. ¿Quién es usted? ¿Otra amiga del entrenador Evans, señorita…?
—Evans, Yeidi Evans.
—¿Qué? No recuerdo que el entrenador Evans tuviera una hermana —se sorprendió JP.
—Chicos, ella es la mujer del entrenador —reveló Estela, aguantándose la risa.
Una nueva algarabía se formó al enterarse de que su querido entrenador estaba casado. Después de eso, partieron hacia el estadio Camino Imperial, donde se celebraría el partido. Yeidi consiguió pillar asiento al lado de Eugene y Mark pudo notar de reojo que estaba charlando animadamente con el adolescente.
 
—¡Gracias por la espera, amigos y aficionados del Raimon! ¡Hoy terminamos esta fase de clasificación del torneo Camino Imperial! ¡Aquí, en este estadio lleno hasta la bandera, tendrá lugar la final de la zona este entre la academia Cala Pirata y el instituto Raimon! ¡Y Charley Horse retransmitirá el partido para todos! ¿Cuál de los dos ganará y se clasificará para el torneo nacional Camino Imperial? ¿Será el ganador del grupo a, el instituto Raimon? ¿O el ganador del grupo b, la academia Cala Pirata?
—¡Chicos! ¿Estáis todos listos? —gritó Riccardo.
—¿Listos, bribones? —preguntó Davy Jones, el capitán enemigo.
En las gradas, los amigos de Mark se colocaron en sus asientos, unos reprochando el privilegio de Yeidi y otros más centrados en el partido.
—¡Bien, ambos equipos están en sus posiciones! ¡El partido dará comienzo enseguida…! ¡La academia Cala Pirata saca de centro y comienza el partido…! ¡Ataca con gran velocidad! ¡Ha superado a Riccardo y a Arion con un impresionante salto! ¡Y con una consecutiva serie de pases, se internan en el campo del Raimon! ¡Qué impresionante pelea por el balón la que vemos!
—¡Vamos, Victor! —gritó Saki, levantándose de su asiento—. ¡Tú puedes!
—¡Toma, ya! ¡La ha robado! —vitoreó Guille.
—¡Atención! ¡Le quitan el balón a Victor Blade y Corsair está completamente solo!
—Oh, mierda, va a chutar —maldijo Joss.
—¡Corsair chuta con sus Peces Voladores…! ¡Samguk sale al paso…! ¡Y ha marcado! ¡A poco de empezar el partido, la academia Cala Pirata se adelanta en el marcador!
 
—Llegamos por los pelos… —suspiró la pelirroja, llegando hasta las gradas—. ¡¿Cómo?!
—Maldición, la academia Cala Pirata se ha adelantado —Willy chasqueó la lengua con rabia.
—No son imperiales por nada —murmuró Gregori—. Sentémonos, así soportaremos mejor este partido que se nos viene encima.
 
 
 
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Viendo de lo que son capaces los de la Cala Pirata, Mark Evans da una orden que deja a todos alucinando. ¿El movimiento arriesgado hará que el Raimon caiga derrotado? ¿O pasará algo increíble con Arion estando en la portería?
Si lo queréis averiguar, no os perdáis el próximo capítulo: ¡EL ENTRENADOR SE HA VUELTO LOCO!
¡¡¡Esto es fútbol al rojo vivo!!!


¡Y aquí estamos con otro antiguo personaje que sale! Esta vez es la última incorporación que tuvimos antes de que yo decidiera no aceptar nuevos personajes, nuestro querido Gregori. Así se vería siendo mayor:


Guapo, ¿verdad? Y aquí la comparativa:


Como siempre, sus datos estarán actualizados en la página del timeskip. Puede que alguna cosa no esté mencionada aún, pero ya se hará durante los siguientes capítulos.

Y sí, otro personaje más está calentando motores para aparecer xD



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