CAPÍTULO 28- MÁS VALE TARDE QUE NUNCA


—¿Chione, Reina de la Nieve…? —repitió Tris al ver el Espíritu Guerrero de Njord—. ¿Tú sabías que era un invocador?
—No…
Todo el banquillo observó cómo el delantero cargaba hacia portería. Wanli realizó su supertécnica La Gran Muralla, pero fue sobrepasado con facilidad por Njord.
—¡Tomad esto! ¡Lanza de Carámbanos!
—¡Es la supertécnica del Espíritu Guerrero de Snio…! ¡Ha marcado! ¡El Alpino aumenta aún más su ventaja!
—Pues claro… Por eso el Sector Quinto me echó del Alpino… Para poder quedarse para ellos ese poder de Njord.
—¿Pero tú crees que sabían que apuntaba maneras de invocador? —le preguntó Tris.
—Shawn, ¿dio alguna señal de serlo cuando entrenaba contigo? —intervino Estela.
—Recuerdo que Arion dio varias señales antes de descubrirse que poseía Espíritu Guerrero —dijo Celia.
Shawn se lamentó el haber sido tan ciego como para no darse cuenta antes. Tendría que haberlo sabido y así proteger al chico de las garras del Sector Quinto.
—Bueno, ahora ya no sirve de nada lamentarse —atajó Jude—. Lo único que podemos hacer ahora mismo es esperar a que los chicos puedan completar las Alas Gemelas.
—¿No se suponía que tenía que venir un jugador nuevo? —recordó Tris—. ¿Dónde está?
—Ah, sí, Ryoma Nishiki —asintió Celia—. Tiene que estar al caer. No puede tardar mucho más.
—¿En qué piensas? —Annie miró a Tris—. ¿Estás planeando en que entre al campo para que sustituya a Arion?
—Tengo entendido que está becado en Italia por ser un as como delantero. Si es así, tal vez podría ser la clave para que la supertáctica reviente la Barrera Absoluta. Si a vosotros dos os parece bien, claro.
—Por mí está bien —sonrió Mark, mientras Jude asentía.
 
—¿Es que Jude y los demás no se han dado cuenta de que las Alas Gemelas no estás completadas? —gruñó Eve, viendo cómo fracasaban de nuevo al intentarlo.
—Me extrañarían que no lo hicieran —replicó Greg.
—Jude comentó que Tris no estaba muy convencida del todo —recordó Yuuto—. ¿Tal vez es porque se dio cuenta incluso antes del partido?
—Puede ser —contestó Joss—. Después de todo, Tris es la entrenadora de atletismo y puede detectar si algo falla durante una carrera. Estoy segura de que algo no le cuadraba, pero no sabía el qué.
—¡Fin del primer tiempo! ¡El Raimon se encuentra dos goles por debajo del marcador y no le quedará más remedio que salir a remontar!
—¿Eh? Mirad —señaló Saki—. Shawn y Tris se están acercando al delantero del Espíritu Guerrero.
—Parece que son cercanos —comentó Einar.
—¿Él es la razón por la que Shawn está tan afectado? —preguntó Ken.
Los demás clavaron sus ojos en esos dos.
 
—Njord —llamó Shawn antes de que el jugador llegara con su equipo.
Eso llamó la atención de ambos banquillos. Tris decidió no acercarse y dejarle espacio a esos dos.
—Cuéntame por qué. ¿Por qué razón te has unido al Sector Quinto?
—Para ganarle. Solo por eso.
—¿Pero es que no sabes cómo es el juego que impone el Sector Quinto?
El adolescente apartó la vista, mirando hacia el suelo, y contestó:
—Pues claro que lo sé.
—¿Entonces por qué?
—Porque al contrario que otros, el Sector Quinto jamás me traicionará.
Shawn se quedó sorprendido. Al final, Tris sí tenía razón y el chico se sintió traicionado por su marcha tan repentina.
—Usted me traicionó. Me dijo que nos haríamos fuertes los dos juntos y sin embargo, desapareció.
—¡No es cierto…! Debes saber que todo fue obra del Sector Quinto. Se fijaron en tu talento, tu poder, y me alejaron para poder quedárselo.
—¡¿Ahora sale con excusas?! —le miró con rabia.
—Pero Njord…
—Me prometí a mí mismo que pagaría por todo lo que hizo, así que voy a vencerle aplastando al Raimon sin piedad.
Shawn terminó poniendo serio su rostro, decidido.
—El fútbol del Raimon es mucho más fuerte de lo que te imaginas.
—¡Da igual! ¡Les derrotaré usando la supertécnica que desarrollé yo solo sin su ayuda!
Y después de eso, se marchó a su banquillo.
—Tenías razón, Tris… —murmuró Shawn, cuando sintió que su amiga se acercaba a él.
—¿Que tan solo es un niño herido y quiere llamar la atención? Bueno, no hace falta ser un genio para darse cuenta, pero me alegro de que ahora lo sepas. Ahora solo tiene que darse cuenta de lo malo que es estar bajo las órdenes de esa organización.
—Estoy seguro de que el Raimon lo conseguirá. Con Njord, con todos los del Alpino.
—¿Y cuándo no consigue lo que se propone? —sonrió Tris, dándole una palmadita de consolación en el hombro.
 
—¡Dentro de poco llegará el momento de reanudar el partido en su segunda parte! —recordó el comentarista.
—Dos goles de desventaja —se lamentó Gabi, mirando el marcador.
—Qué mal pinta esto —comentó Eugene.
—Chicos, tenemos que reventar la Barrera Absoluta. ¡Sea como sea…! —dijo Samguk.
—Ya, pero las Alas Gemelas no están funcionando, tú —replicó Wan-Chang.
—No tenemos otra solución. Vamos —ordenó Riccardo.
—¡Eh! ¡Alto! ¡Esperad, compañeros!
Los del Raimon se giraron solo para ver a una figura alta, morena y con una coleta de caballo sacudiéndose por el aire por ir corriendo. Con sus sandalias, unos vaqueros y camisa blanca, el antiguo compañero del Raimon por fin había llegado hasta el estadio.
—¡Nishiki…! —reconoció Gabi.
—¡Has llegado a tiempo! —se alivió Subaru.
—¡Lamento haberme retrasado! ¡Pero yo, Ryoma Nishiki, heme aquí por fin! —terminó apoyándose en sus rodillas para recuperarse de la carrera—. Cuando llegó a mis oídos las historias de vuestra revolución y de los terribles encuentros que estabais librando, supe que no podía quedarme sentado y decidí venir.
—Así que este es el famoso Nishiki —sonrió Arion.
—Ahora que me hallo aquí, podéis respirar aliviados —sonrió con orgullo el recién llegado—. ¡Esta travesía se ha convertido en un crucero de vacaciones!
—Parece alguien en el que se puede confiar —comentó JP.
—Sí —asintió Sherwind.
—Bueno, más vale tarde que nunca —sonrió Estela.
—Así que tú eres el famoso Ryoma Nishiki… —comentó Tris, observando al chico alto—. No tienes mala velocidad ni técnica… ¿Qué dices, Mark?
—Que tenemos el primer cambio hecho —sonrió.
 
—¡Se ha producido un cambio en el Raimon con este segundo tiempo! ¡En lugar de Eugene, entrará Ryoma Nishiki, que acaba de volver al país después de pasar un tiempo jugando becado en Italia! ¡Suena el pitido de inicio y el Alpino tiene la posesión del balón! ¡Pero no por mucho tiempo porque llega Michael Ballzack y se lleva el balón en un abrir y cerrar de ojos!
—¡Contamos contigo, Nishiki! ¡Vamos con las Alas Gemelas!
—¡De acuerdo! —respondió a su capitán.
Michael pasó hacia atrás el balón y Victor y Ryoma empezaron a pasarse el balón a mucha velocidad. Los del Alpino activaron su Barrera Absoluta.
—¡Nuestra supertáctica! —exclamó Riccardo.
—¡Alas Gemelas! —gritaron Victor y Ryoma.
 
—¡No! ¡Otra vez no! —se lamentó Yeidi—. ¡Otra vez han fallado!
—¿Pero por qué? —preguntó Silvia—. ¿Acaso la velocidad de ese chico nuevo no es suficiente?
—Los pases eran perfectos ahora —murmuró Einar—. No entiendo qué ha fallado.
 
—Pardiez… Pues sí que es distinto ser delantero… —murmuró Ryoma, todavía en el suelo.
—¿Qué?
—¿Cómo que distinto?
—Lo siento, compañeros —se sentó Nishiki—. Debo confesaros… que en mi estancia en el extranjero pasé a jugar de centrocampista.
—¡¿Qué?!
—¿Te pasaste a…? —Riccardo estaba anonadado.
—Al parecer, estoy más hecho para jugar de centrocampista que de delantero —se señaló con una sonrisa—. O al menos eso fue lo que me dijeron.
—¿En serio? —Michael estaba ya hasta aburrido de toda aquella situación.
—¡Os doy mi palabra! —y se echó a reír.
—Así resultará mucho más difícil aún —comentó Jude.
—Dios santo, otro inútil —Tris estaba que quería sacar del campo al chico a patadas.
—Cálmate, Tris —rió Annie con cierto nerviosismo—. No está todo perdido.
—Perdón, entrenador Evans.
—¿Qué pasa, Lucian?
—Yo. Si me deja, creo que podría hacerlo.
—¿Hacer qué? —preguntó Annie, curiosa.
—Podría jugar en el puesto de delantero.
—¿Cómo? —reaccionó Jude.
—¿No es tu primera vez jugando, chico? —preguntó Tris—. ¿Qué te hace pensar que puedes igualar la velocidad y potencia de Victor Blade? ¿Ni siquiera has debutado en tu primer partido y ya quieres ser delantero? Ese chico que ha venido de Italia no lo ha conseguido, ¿por qué tú sí?
—Vamos a dejar que pruebe —dijo Mark.
—¿Cómo dices? —Tris abrió mucho los ojos.
—Con la potencia de tiro de Lucian, aumentará la velocidad de los pases —murmuró Jude.
—No lo visteis en su momento, pero la primera vez que chutó, hizo retroceder a Samguk hasta la línea —le explicó Estela.
—Es un novato, pero es capaz de aprender rapidísimo —asintió Annie—. Ya verás, este chico te lo demostrará.
—Adelante, Lucian —Mark miró al jugador.
 
—¿Están sacando a Wan-Chang por el sobrino de Ray Dark? —se sorprendió Andrea.
—¿Pero por qué van a hacer esa jugada tan arriesgada? —se preguntó Nelly.
—Mark, ¿en qué estás pensando? —murmuró Yeidi.
—Parece que tiene un plan, ¿no? —dijo Eve.
—Eso parece —asintió Greg.
—Vamos a ver qué tiene por ofrecernos este novato —comentó Rubén—. Quizás tenga tanto talento como su prima y su tío.
—Y nada más que de delantero… Menudo debut —silbó Yuuto—. Esto se pone interesante.
—El dominio del suelo resbaladizo lo tiene —apuntó Guille.
—Espera, ¿se va a unir a las Alas Gemelas? —se sorprendió Joss.
—Está sustituyendo al nuevo —observó Einar—. Oh, ya veo…
—Dios mío, van rapidísimo —se sorprendió Saki.
—Ahora sí lo tienen —dijo Ken.
—¡Toma ya! —vitoreó Guille, saltando sobre Andrea—. ¡La han reventado!
—¡Y finalmente han roto la Barrera Absoluta! ¡Lucian Dark se interna en el área de portería y chuta a puerta! ¡El tiro es tan desprevenido que pilla por sorpresa al portero del Alpino! ¡Es gol! ¡El Raimon marca gol y consigue recortar la distancia en un gol!
 
—Bueno, mis disculpas a ese chavalín —sonrió Tris—. Recordadme de que le invite por mis dudas con él.
—¡Te lo estaré recordando! —rió Annie.
—Todavía hay oportunidad de que remonten… —Shawn se veía algo más animado—. Con la Barrera Absoluta anulada, será más fácil.
—Madre mía con el novato —comentó Estela—. Gol nada más entrar.
—¡A por el empate, chicos! —animó Celia.
 
—¡Bueno, el Raimon parece encendido con este gol y continúa atacando al Alpino…! ¡Sí, otra vez salta en pedazos la Barrera Absoluta del Alpino! ¡Y esta vez es Victor Blade quien se prepara para chutar! ¡Caballero Lancelot sale a escena y realiza su supertáctica Estocada de Lancelot! ¡Y con ese espectacular tiro, el Raimon logra empatar el partido!
—¡Empatados…! —el entrenador del Alpino estaba que no se lo podía creer.
—¿Qué piensa hacer ahora, entrenador Bigfoot?
—¡Saber Sabel…! —se sorprendió al encontrarle en el banquillo, justo detrás de él.
—No se resignará a perder el partido así…
—¡Rayos! ¡Sí, ya lo sé! ¡No permitiré que nos ganen!
—Bien.
El entrenador se levantó con decisión y llamó:
—Bear.
—Sí.
Un alumno con aspecto de mono albino de la nieve se levantó y escuchó las instrucciones que su entrenador le susurraba.
—¿Lo has entendido? —sonrió con malicia.
—Sí —Bear sonrió de la misma forma.
 
—¿Qué? ¿Va a meter a ese? —dijo Njord.
—Pero si es un animal.
—Esto se nos va de las manos.
—¡Equipo! —llamó el capitán del Alpino—. ¡Hay que obedecer las órdenes del entrenador! ¿Os queda claro?
Muchos se miraron entre sí, no del todo convencidos.
—No hay más remedio —se conformó Njord.
—¡En el Alpino sale Hoarfrost y es sustituido por Bear! ¡Se trata de un delantero que se conoce como Oso Pardo, que presume de poseer una grandísima fuerza física!
—Remato de cabeza —dijo Bear nada más llegar hasta sus compañeros—. Vosotros centrad bien el balón, ¿vale?
—¿Cómo? Pero si no has probado ni una vez el remate de cabeza —replicó Njord.
—Oye, son órdenes del entrenador.
Los demás no tuvieron más remedio que callar y obedecer.
 
—Parece que hay problemas en el paraíso —comentó Saki.
—Ese seguro que juega como un bruto —señaló Guille.
—Tiene toda la pinta de ser un salvaje jugando —dijo Einar.
Nelly se mordió la lengua para no decir nada acerca de su marido. Pero todos habían pensado lo mismo respecto al juego del noruego.
—¡Snio envía un centro muy alto!
—Va a rematar el nuevo —dijo Eve.
—Dios mío, se va a chocar con Samguk —Greg se levantó por la ansiedad que le dio—. ¡No! ¡Lo ha hecho a propósito el muy maldito…!
—¡Samguk ha chocado con el poste! ¡Parece que no se levanta!
—¡¿Pero qué hace?! —Yuuto se llevó las manos a la cabeza—. ¡Árbitro, eso es falta! ¡Pita, pita!
—Dios mío, ¿van a dejar que siga jugando? —dijo Joss.
—Está claro que el árbitro está comprado por el Sector Quinto —Yeidi frunció el ceño—. Nadie en su sano juicio calificaría eso como un accidente. ¡Si hasta se ha puesto de espaldas y todo…!
 
—¡No, Tris! ¡No puedes ir…! —Annie retenía a su amiga.
—Está claro que así juega ahora el Alpino —murmuró Jude.
—Si vas contra ellos, te expulsarán del campo, Tris —le recordó Celia.
—¡Vergüenza debería daros al haberos rebajado de esta manera tan rastrera y sucia! —iba bramando hacia los jugadores, que se veían como mínimo incómodos.
—Vámonos, al final te sacarán tarjeta amarilla —dijo Estela.
—¡Me da igual!
—Samguk, te vamos a cambiar —dijo Mark, viendo la gravedad del golpe en el hombro.
—¡No, entrenador…! ¡Puedo seguir!
—En tu estado es una locura —intentó razonar.
—¡Pero…! ¡Soy el único portero que hay en el equipo!
—Sí, es verdad que el Raimon no tiene ni va a tener más porteros.
—¡Pues por eso!
—Vamos a tener que jugar muchos más partidos para ganar el torneo Camino Imperial. Si quieres defender la portería, no puedes seguir jugando hoy. ¿Lo entiendes?
—Sí —se resignó.
—¿Y a quién tienes pensado meter, Mark? —preguntó Shawn.
—Arion, ponte el uniforme de portero. Eres el único que tiene un poco de experiencia. Contamos contigo.
—Sí.
—¡Venga, Arion! ¡Ánimo, tú puedes!
 
—Bear, buen trabajo —felicitó el capitán rival.
—¿Qué ha tenido de bueno? —les encaró Njord—. Podrías haberle esquivado.
—Las órdenes son: destrozad al Raimon —dijo Bear.
—¿Cómo? —la sorpresa fue colectiva y mayúscula.
—Esto es lo que significa jugar al fútbol en el Sector Quinto —sonrió Whyte.
Njord frunció el ceño y miró hacia su banquillo. ¿Ser de ese sitio significaba hacer todas esas cosas? De fondo todavía se escuchaban los reclamos de la amiga del señor Froste.
 
—¡En el Raimon entra Subaru para sustituir al lesionado Samguk y atención que Arion ocupará el puesto de portero!
—Joder, este es un partido bastante raro —comentó Eve.
—Desde luego, estos cambios han sido de lo más variopintos —asintió Yeidi.
—Esto es lo malo de tener solo un portero —señaló Yuuto—, que ahora se tienen que apoyar en Arion, que no está para nada entrenado para ello.
—Pero algo de experiencia tiene —dijo Rubén—. Ya ha estado antes, así que al menos podrá hacer algo.
—¡Ánimo, Arion! —exclamó Silvia.
—¡Solo un gol más, chicos! —añadió Nelly.
—¡Bear roba el balón y ni siquiera La Niebla de Gabriel García consigue detenerlo! ¡Pero Subaru está ahí para salvar ese contraataque! ¡Sin embargo, es Njord Snio quien consigue recuperarlo y se lanza de nuevo! ¡Increíble! ¡Lucian Dark está haciendo una espectacular actuación en su partido debut! ¡Ahora ha conseguido robarle el balón a Snio! ¡Ryoma Nishiki consigue conectar el pase! ¡Han bajado para poder defender a capa y espada su portería! ¡Todos los jugadores del Raimon están defendiendo a la desesperada! ¡Es un modo de apoyar a Arion, que no está acostumbrado a hacer de portero!
—Por el momento, está aguantando bastante bien —dijo Greg—. No se mueve nada mal. ¿Tú qué dices, Yuuto?
—Lo justo y suficiente para no dejarse marcar.
—Pero ya queda poco tiempo —replicó Einar—. Necesitan marcar. Y no paran de atacar.
—Necesitan romper de nuevo el ritmo de partido y encontrar un hueco —Andrea chasqueó la lengua—. Pero con Arion en la portería, es mucho más difícil.
Ken sonrió al poco rato.
—¿Qué te parece tan divertido? —le preguntó Saki.
—Se están poniendo nerviosos en el Alpino. Ese jugador, el tal Bear, está consiguiendo poner a todo el equipo en su contra.
—Oh, entonces no falta mucho para que terminen rompiéndose… —sonrió Guille.
 
—¡Ahí está el Virtuoso de Riccardo! ¡La formación del Alpino está rota y de repente han quedado muchos huecos vacíos!
A golpe de batuta, Di Rigo fue dirigiendo a Lucian para que hiciera un pase perfecto hasta Nishiki. Esa fue una gran oportunidad para que Ryoma Nishiki se luciera con su supertécnica Guardia Acrobática, enloqueciendo al público con semejante dribleo. Mientras tanto, Riccardo se había pegado una gran carrera hasta posicionarse delante de la portería y sacó rápidamente a su Espíritu Guerrero en cuanto recibió el balón.
—¡Gol! ¡El portero del Alpino no ha podido parar la supertécnica del Director Magíster de Riccardo, Movimientos Armónicos! ¡Con este tanto, el Raimon completa la remontada! ¡Tres a dos! ¡Se acaban de poner en cabeza!
 
Njord se empezó a plantear si tal vez se había equivocado. Había escogido el fútbol del Sector Quinto para derrotar al entrenador Froste, pero el fútbol del Raimon era un gran muro de hielo infranqueable. Miró al señor Froste y vio que este le estaba sonriendo, como notando sus dudas. Decidió que era hora de remontar el partido. Todos, como el Alpino sabía jugar.
—¡¿Qué estáis haciendo?! ¡Tenéis que pasarle el balón a Bear! —bramó el entrenador.
—¡A mí! ¡Ya!
Pero no le hicieron ni caso.
—¡A mí!
—¡Eh, tenéis que hacer lo que os dicen! —reprendió el capitán Whyte.
—Es inútil —respondió uno de los defensas—. Ninguno piensa obedecer al Sector Quinto.
—¡Pero estos críos…! —al entrenador Bigfoot estaba que le daba algo.
—¡Cállate, narizotas! —se burló Tris—. ¡¿No ves que estás teniendo un motín?! ¡El Alpino vuelve a ser el que era antes! —sonrió con orgullo—. ¡Muy bien hecho, chicos!
—Njord, chicos… —Shawn sonrió con más alivio al ver a sus niños jugar al fútbol de verdad.
 
—¡El tiempo ya casi se ha cumplido! ¡¿Conseguirá el Raimon mantener la ventaja que tiene o será el Alpino capaz de recuperarse y llevarse el partido a la prórroga?! ¡El Alpino consigue conectar sus pases!
—Parece que el juego del Alpino ha cambiado —comentó Rubén.
—Ahora están jugando de verdad —asintió Silvia.
 
—Vaya, han conseguido llevar el balón hasta la portería —dijo Estela.
—¡Ánimo, Njord! ¡Tú puedes hacerlo!
Tris sonrió ante los ánimos de Shawn al enemigo, al igual que sus amigos. Los más jóvenes quedaron estupefactos. Njord pareció escuchar las palabras de aliento e hizo una invocación con mucha más potencia que las anteriores veces.
—¡Ánimo, Arion! —animaban las gerentes—. ¡Tú puedes!
—¡Bien hecho, Aitor! —gritó Annie, cuando vio que la Red de Caza del chico no había conseguido detener el tiro.
—¡Arion ha sacado a su Espíritu Guerrero! —se sorprendió Celia.
—¡Dale con todo! —chilló Estela.
—¡Arion Sherwind logra despejar el tiro con su Espíritu Guerrero, justo a tiempo para que el árbitro marque el final del partido! ¡Ha ganado el Raimon! ¡Con un marcador de tres a dos, el instituto Raimon consigue avanzar a la siguiente fase!
Tris pegó un bote y abrazó a Annie, haciendo lo mismo que los demás.
 
—Señor Froste… Así que este era el fútbol del que me hablaba, ¿no es verdad? —Njord sonreía, viendo la alegría de sus enemigos por ganar.
Detrás de él vinieron Tris y Shawn. La joven se desvió hacia el resto del equipo, dispuesta a felicitarles y subirles un poco la moral por el espectacular partido que habían ofrecido. Y sobre todo, de haber podido salir del embrujo del Sector Quinto. En cambio, Shawn se dio un apretón de manos con Njord.
—¿Y bien? ¿Volvemos a jugar al fútbol, eh, Njord?
—Pues claro que sí.
—Dios mío, mocoso, quién diría que serías una persona tan dramática como para unirte a esas cucarachas —intervino Tris, revolviéndole el pelo al niño.
—¡N-no soy ningún dramático…! —se avergonzó.
—Ya, ya. Anda que no le has hecho sufrir por tu actitud —suspiró con dramatismo—. Pero menos mal que te has podido encarrilar de nuevo —sonrió.
 
—Y yo que creía que serías el MVP del partido, Ryoma. Si él te viera, te enterarías.
Ryoma se dio la vuelta en la salida de los vestuarios, justo para rebajar dos tonos de color la piel de su rostro.
—¡Se-señorita Sono! ¡Por favor, no se lo diga!
—Por favor, no seas tonto —se rió la mujer.
Los demás compañeros de Ryoma se quedaron viendo a la joven, una chica esbelta ataviada en ropa deportiva y con su pelo marrón recogido en una cola.
—¡Al final ha venido! ¿Ha podido ver el partido?
—Sí —sonrió, asintiendo—. Así que así se las gasta ahora el Raimon de hoy en día, ¿eh…?
—Nishiki, ¿la conoces? —le preguntó Riccardo.
—¡¿Hiki?!
La chica castaña se giró al escuchar aquel nombre y abrió los ojos como platos.
¡No me jodas! —maldijo en italiano sin poder evitarlo—. ¿Eres tú, Estela? No me digas que estuviste en el banquillo todo este tiempo. Maldita sea, con lo enana que eres, no te había visto.
—Ya verás lo que te hace esta enana con esa preciada cola de caballo que me traes —se rió la peliazul, dándole un gran abrazo.
Detrás de Estela aparecieron Mark, Jude y Shawn, que se sorprendieron al ver a la famosa Hikari Sono por tierras niponas. Luego vinieron Tris y Annie charlando.
—¿Annie? ¿Cuándo has vuelto? —se sorprendió Hikari antes de darle un gran abrazo—. Dios mío, ¿por qué no avisaste?
—Pero si lo dijimos por el grupo —dijo Tris—. Aunque yo terminé dándole un pelotazo por no avisarme antes.
—Chicos, vayamos afuera, que nos están esperando —intervino Celia después de saludar a Hikari.
Los amigos de Mark esperaban fuera del estadio para felicitar a los chicos, pero grande fue la sorpresa a su amiga Hikari, que hacía tiempo que no veían. Se fueron encima de ella casi al momento.
—¿Eh? ¿Se conocen? —alucinó Ryoma.
—¿Ves a todos esos mayores que rodean a los entrenadores? —señaló Michael—. Pues todos son sus amigos de la infancia.
—¿Se puede saber quién es? —atajó Aitor—. Porque todos parecen conocerla menos nosotros.
—Es amiga de mi mentor —sonrió Ryoma—. Se llama Hikari Sono y es una cantante muy conocida allí en Italia. Lo que podríamos decir como una idol. Aunque se está haciendo cada vez más famosa.
—Y también resulta que es amiga del entrenador Evans —Arion se mostró sorprendido.
—¿Cuántas amistades importantes tiene nuestro entrenador? —se preguntó JP.
—Es lo que tiene ser famoso, ¿no? —dijo Jade, de brazos cruzados—. Oye, Roma, tienes que contarnos todo de Italia, ¿de acuerdo? ¡Espero que nos hayas traído regalos!
 
—¿Pero qué haces tú aquí? —preguntó Yuuto.
—¿No estabas en Italia? —dijo Rubén—. ¿Estás de paso de alguna de tus giras o cómo?
—¿De paso? No —negó con una sonrisa—. Esta vez estoy aquí por asuntos personales.
—Disculpe, señorita Sono —interrumpió Ryoma, cuando pudo deshacerse de las preguntas avasalladoras de Jade—, ¿ha venido usted sola?
—Oh, sí. Le ha surgido un asunto urgente y ha tenido que hacer una parada en Nueva Zelanda. Creo que me ha dicho que tenía que estar un par de semanas o así, pero ya vendrá. No te preocupes —le sonrió al jugador.
Ryoma fue arrastrado de vuelta con sus compañeros del Raimon.
—¿Es que le conoces? —preguntó Guille—. ¿Has cambiado a Paolo por este morenazo?
—No digas tonterías —le gruñó Hikari—. Jamás cambiaré a mi onii-chan por alguien más.
—¿Cómo está? —preguntó Jude—. Dale recuerdos de nuestra parte.
—Ahí va, jugando al fútbol como siempre.
—Nunca creí que te convertirías en una idol —silbó Annie.
—Pero si yo siempre he apuntado maneras —bufó Hikari, sonriendo.
—Vamos a comer todos juntos —propuso Saki—. Tenemos que ponernos al día.
—Primero... —Hikari miró a Mark—. ¿Serías tan amable de dejarme hablar con Lucian Dark, por favor? No tiene por qué ser ahora ni hoy ni nada.
Todos entendieron la razón de aquella pregunta y miraron con disimulo al novato peliazul. Aunque Hikari no se acercó a decirle nada, le observó desde la distancia.
—Claro —sonrió Mark—. Sin problemas. Le hará bien saber que tiene una prima tan guay como tú.
—He visto su juego. Es bastante bueno para ser su primer partido.
—Sí, han completado las Alas Gemelas gracias a él —comentó Tris—. ¿No piensas felicitarlo?
—Todavía tengo tiempo antes de regresar a Italia. Pero es... extraño. Nunca creí que tendría más familia.
—Bueno, vámonos antes de que se nos haga más tarde —Shawn cogió de los hombros a Evans y se lo llevó hacia salida antes de susurrarle—: Tengo que hablar contigo.
Tris les observó de reojo, pero decidió seguir hablando con los demás.
 
A la noche siguiente, todos se reunieron en la casa de Jude.
—No sabía que las reuniones generales se hacían en tu casa —comentó Hikari.
—Yo tampoco —respondió él.
—Se ve que ahora se está haciendo costumbre invadir la mansión de Sharp —sonrió Eve.
—¿Pero para qué nos hemos reunido aquí? —preguntó Greg.
—Es porque tengo que deciros algo —dijo Mark.
Yeidi cogió la mano de su marido, le dirigió una mirada y luego miró a sus amigos.
—Algo me dice que tú ya sabes algo… —Estela entrecerró los ojos.
—No me digáis que vais a ser padres —soltó Rubén.
—¿Os imagináis? —sonrió Guille—. ¡Seríamos tíos!
—Aunque nos gustaría daros una noticia así de buena, me temo que no será así —sonrió Yeidi—. Adelante, Mark.
El entrenador Evans asintió antes de decir:
—Dejaré de ser el entrenador del Raimon durante un tiempo.
 
 
 
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La marcha del entrenador Evans pilla a todos por sorpresa. Lo peor de todo es que los jugadores del Raimon no saben el motivo de su despedida, pero no tendrán tiempo para pensar en sus razones. Su sustituto hará las cosas todavía más difíciles de lo que están ahora y el ambiente se enrarecerá por completo. Y justo antes del siguiente partido, que promete ser bastante potente debido a sus rivales. ¿Conseguirá el Raimon adaptarse a su nuevo entrenador? ¿O la armonía del grupo se romperá?
Si lo queréis averiguar, no os perdáis el próximo capítulo: ¡DÉBILES! ¡QUEJICAS!
¡¡¡Esto es fútbol al rojo vivo!!!


Pues sí, más vale tarde que nunca. Nunca mejor dicho xD

¡La Gata Fiera ha vuelto a escena! Hikari ha aparecido de nuevo, así que procederé a enseñar cómo se vería ahora.


Y también la comparación con esos años de diferencia:


Menudo cambiazo, ¿no? Es lo que tiene ser una idol, que tienes un cambio radical de look. La verdad es que es de los que más me gustan, pues casa perfectamente con su profesión. Su ficha estará disponible en la página del timeskip, como siempre :3

Y yo estoy teniendo cada vez más personajes que dirigir a la misma vez xD



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