CAPÍTULO 27- BLOQUEO


—¿Sucede algo? —preguntó Jude, mirando más a Shawn que a la propia Tris—. ¿Estáis bien?
—No, no estamos para nada bien —suspiró ella—. ¿No lo ves? Shawn lleva un par de días arrastrándose por las paredes como un alma en pena y yo sigo creyendo que mañana no funcionará esa táctica contra el Alpino.
Sharp la observó durante un par de segundos antes de decir:
—Pero no has venido a contarme todo esto, ¿verdad?
—Tan perspicaz como siempre —sonrió—. Necesito que Shawn libere tensiones antes del partido de mañana, no quiero que mañana parezca un zombie. Annie me ha contado que vives en una mansión.
 
—Me extraña que el tan serio Jude Sharp nos haya invitado a una cena en su casa —comentó Scotty—. Y más con esas locas de por medio.
—A mí también me ha pillado por sorpresa —reconoció Rubén—. Pero bueno, necesita divertirse alguna vez, ¿no? No puede ser siempre tan estirado.
—Él solo es serio —Silvia se rió levemente—. Ken también es así.
—Yo creo que los dos están cortados por un mismo patrón —opinó Scotty—. Y bueno, ¿cuál es el plan? ¿Cenamos y ya?
—Siempre podemos ir después a un karaoke, ¿no? —sugirió Rubén.
—A mí me encantaría —sonrió Silvia—. Pero primero tenemos que pasar a por Annie.
—Creía que se habría ido con Tris —dijo su novio.
—Creo que dijo que tenía que lidiar primero con un problema y que se le haría algo tarde.
—A lo mejor es por ese chico al que está cuidando ahora —opinó Scotty—. Se ve un chico bastante revoltoso.
Tanto Silvia como Rubén miraron al hombrecillo. Tenía gracia que lo dijera precisamente él.
Sin embargo, no tardaron demasiado en averiguar que Scotty había acertado.
—Y como vuelva y vea que estás todavía despierto, te enteras.
—¿Qué vas a hacer? ¿Castigarme? —se mofó Aitor, de brazos cruzados y recostado contra el marco de la puerta.
—No, achucharte y darte mimitos hasta que te dé una sobredosis de azúcar. ¿Qué te parece?
Aitor fingió un escalofrío de disgusto.
—Prefiero la tortura, gracias.
—Tú mismo lo has dicho, tengo testigos —Annie señaló a sus amigos—. ¿Verdad que sí? Habéis oído que Aitor prefiere la tortura que el cariño. Ya no puedes echarte atrás.
—Vamos, ¿para qué le increpas? —sonrió Rubén—. Si después nos quedaremos a dormir en su casa, ¿no?
—¿En serio? —se sorprendió Scotty.
—Bueno, la otra vez fue de improvisto y estoy segura de que no le dio tiempo a decir que no... —comentó Silvia.
—Que os lo paséis muy bien —se despidió Cazador antes de dar un portazo.
—Ya empieza a entrar en esa etapa rebelde —sonrió Annie—. La verdad es que no soy su madre para educarle, pero... ¿Debería ponerme estricta con él? Después de todo, vivirá conmigo a partir de ahora.
—¿Es que piensas adoptarlo o cómo? —preguntó Scotty.
—No es eso, es que me preocupa que se me ponga demasiado rebelde durante su estadía conmigo.
—¿De momento cómo se está portando? —preguntó Silvia.
—¿Bien más o menos?
Rubén se rió por la respuesta. Scotty se burló de ella.
—Bueno, al menos ha ido a despedirte a la puerta —sonrió Woods.
—Ya, bueno —Annie le restó importancia—. Vámonos, que una invitación a la mansión de Jude no se recibe todos los días.
—Yo digo que es una trampa —dijo Scotty.
—Menuda imaginación tienes, pero bien que vienes. ¿No será porque estás algo interesado en ir? —soltó Rubén.
Él y Silvia todavía se hacían los locos ante su amigo cada vez que sacaba a colación el tema de la cita a ciegas forzada de la última vez. Los demás también evitaban hablar sobre ello. Scotty se limitó a hacer oídos sordos por aquella vez.
Silvia fue la que condujo hasta la casa de Jude. Vieron que algunos ya se les habían adelantado y se apresuraron a tocar al timbre. A los cuatro casi se le saltaron los ojos al ver quién los recibía.
—¡Jude, creo que una loca se ha escapado del manicomio y ha invadido tu casa!
—¿Pero qué coño dices, Scotty? —gruñó la chica.
—¿O-onee-chan? —tartamudeó Annie al casi no reconocerla.
—Pues claro que soy yo —bufó—. Pasad antes de que os deje aquí fuera.
—Joder, al final la que nos salió rebelde fue ella y no Caleb —bromeó Rubén.
—Me gusta ese vestido. ¿Dónde lo has comprado? —sonrió Silvia.
Annie observó mejor a Tris. Llevaba un vestido que le recordaba a la época antigua de las películas occidentales, cuando paseaban por el campo y todo era feliz y de color de rosa. Unas botas militares de color negro protegían sus pies y su pelo había pasado a ser algo más ondulado, con una trenza a cada lado de la cabeza. Las mangas cortas del vestido dejaban a la vista los múltiples tatuajes en sus brazos y la raya de los ojos acentuaba su mirada. Y el piercing en el septum de la nariz fue lo que terminó de descolocar por completo a la morena.
Pues sí que había pegado el cambiazo en esos cuatro años en que no se vieron. ¿O quizás había comenzado antes y no se había dado cuenta por las pocas veces que se veían?
—¿Tan rara me ves? —Tris arqueó una ceja con diversión—. Los demás se quedaron boquiabiertos cuando me vieron antes.
Las dos amigas se quedaron atrás, con Silvia, Rubén y Scotty reuniéndose con los demás.
—Perdona, es que... Estás muy cambiada, no me lo esperaba.
—Normal —se rió ella—. Así es como voy siempre que no trabajo.
—¿De verdad? Pero si hemos salido más veces fuera del trabajo y no te he visto así.
—Era por aparentar. Técnicamente, estaba trabajando. Este partido es muy importante. Pero Shawn ha estado muy decaído estos días, así que he mandado todo a la mierda y esta noche nos vamos a relajar. Y me he permitido vestir como normalmente hago.
Annie volvió a repasar con la mirada a Tris y entonces sonrió.
—Pues te queda muy guay ese estilo. Siento que va acorde contigo.
—¿Sí? Gracias —sonrió también—. Vamos con los demás.
Sus amigos hicieron escándalo cuando ellas dos aparecieron por el salón. Estaban desparramados por cualquier lugar. Algunos entrando y saliendo de la cocina, otros protegiendo la comida de los más glotones, unos cuantos estaban en el sofá y unos pocos acaparaban la televisión de plasma con un videojuego en marcha.
—Bueno, bueno, parece que el shock ha sido tan grande que has tenido que hablar con ella en privado y todo —se burló Yuuto, desviando momentáneamente la vista del videojuego.
—Me dirás que a ti no te sorprendió —respondió Annie.
—A Saki casi se le cae la mandíbula —apuntó la rubia portera.
—¡Es que no me lo esperaba...! ¡Ah, cuidado, Ken! —advirtió a su novio, que también estaba jugando.
—Caleb ahora mismo es un santo comparado con ella —comentó Andrea, moviendo los dedos como una loca mientras competía contra los otros dos.
—Rubén ha dicho lo mismo —se quejó Tris—. Joder, no soy ninguna delincuente.
—Ah, pero creía que ahora habíais cambiado los roles —intervino Joss—. Ya sabes, tú la rebelde y él el friki.
—¿Y de qué sería friki Caleb? —preguntó Greg.
—Está claro eso: de Tris —respondió Eve con naturalidad.
Hubo un silencio previo antes del estallido de carcajadas por parte de los demás. Tris empezó a ponerse colorada como un tomate.
—¡Esa ha sido buena, Eve! —felicitó Guille.
—Bueno, no creo que haya mentido —se reía Yeidi.
—Hace tiempo que no le veo, pero se notaba que le gustas mucho —aportó Mark.
—Fíjate, hasta Mark se ha dado cuenta de eso —apuntó Estela—. Está loco por ti, así que es un friki de su novia.
—A todo esto, ¿qué estilo es ese? —preguntó Nelly.
—Oh, bueno, no es algo muy definido. Pero si tuviera que describirlo... sería una mezcla de retro harakuju con vintage occidental y con bastantes referencias a cottagecore y un poco de tradicional.
—Llamadme vieja, pero no lo he pillado mucho... —murmuró Celia.
—Creo que no eres la única —dijo Ken.
—¿Retro harakuju? —repitió Yuuto—. Eso no lo es.
—Me lo pondré cuando nos vayamos todos.
—¿Ir a dónde? —preguntó David Samford.
—Creía que era solo una cena —Shawn miró a la chica.
—¿Y dejar que te encierres en el hotel hasta mañana? Ni de coña, esta noche es para divertirse. Steve nos esperará en el karaoke.
—¿También viene? —preguntó Einar—. ¿No estaba ocupado?
—A esas horas puede incorporarse.
—A cenar —avisó Jude.
Todos corrieron a sentarse en la gran mesa para empezar a cenar.
—¿Te encuentras bien, Shawn? —preguntó Celia.
—Sí, has estado bastante desanimado estos días —asintió Estela—. Y mira que eso es raro, porque la supertáctica se ha completado.
—A lo mejor echa de menos a Angy —dijo Einar.
—Créeme, ojalá fuera eso —Tris entornó los ojos con fuerza.
—¿Entonces qué es? —Guille miró con preocupación al hombre.
—Sabes que puedes contar con nosotros —le recordó Mark.
—Lo sé —sonrió—. Estoy bien, no os preocupéis.
—¿Tiene algo que ver con el Alpino? —preguntó Jude—. ¿Alguna mala noticia?
—Bueno, bueno, chicos, vais a hacer que piense más en ello y se hunda aún más —atajó Tris—. Es mejor si esta noche le ofrecemos una noche loca entre amigos, ¿no? Las penas se ahogan mejor con alcohol.
—Y también con sexo y drogas —añadió Scotty.
Celia le lanzó una mirada severa.
—Pero de esas dos cosas no tenemos, así que mejor berrear un poco estando borracho —se rió Eve.
—Suena a buen plan —apoyó Guille.
—Pero mañana es el partido... No podemos ir con resaca.
—Ay, H, ni que fuéramos a jugar nosotros —le reprochó su mejor amigo.
—Es cierto, no podéis ir con resaca al partido —Yeidi miró a su marido y a los compañeros de este.
—Eso te incluye a ti también, Annie —Celia miró a la chica—. Estarás con nosotros en el banquillo mañana.
—Mi padre os mataría si se entera de que vais así —comentó Nelly.
—Nunca creí que estuvierais en pleno golpe de estado, pero es el Raimon, ya ni me sorprende —se rió Scotty.
—Dejemos de hablar de trabajo, ¿sí? —pidió Greg—. Si esto es una fiesta, no tenemos que hablar de trabajo ni de fútbol. Tampoco de política.
—Cierto, cierto —asintió Joss—. Hagamos un brindis.
—¿Y por qué deberíamos brindar? —preguntó Saki, levantando su copa.
—Por los amigos —sonrió Shawn tras unos momentos de reflexión.
—¡Por los amigos!
 
—Habéis completado la supertáctica en el último momento —felicitó Skie, con todos ya de camino al estadio.
—¡Ya no tenemos nada que temer de la Barrera Absoluta! —exclamó Arion con convicción.
—¡Mi primer partido! ¡Qué emocionado estoy! —Lucian estaba que no cabía de gozo.
—Ah, por cierto, tendremos que ponerle un nombre a la supertáctica, ¿no? —dijo JP.
—Sí, ahora que lo dices… —recordó Skie.
—Aitor, ¿se te ocurre algo? —preguntó Arion.
Annie, que estaba sentada al lado del chico, vio cómo este se giraba con exasperación. En el fondo se alegró de que se llevaran tan bien.
—¡¿Otra vez a mí?!
Viendo la cara de Arion, empezó a rumiar.
—Ya que la clave es que los dos os echáis a correr… ¿Qué tal el Corre Corre Corriendo, eh?
Solo bastó un segundo para que todo el autocar estallara a carcajadas por ese nombre tan absurdo.
—Pienso recordártelo para el resto de tu vida —le chinchó Annie, riéndose.
—¡A saber lo que se os ocurre a vosotros, listos! —se enfurruñó el defensa.
Tris intentaba no reírse por respeto a su mejor amigo, que tenía la cara melancólica, pero no podía. Era superior a sus fuerzas. Había sido demasiado gracioso.
—¿Como un huracán que corre por las dos bandas? —murmuraba Lucian, pensativo—. No sé, ¿qué os parece Alas Gemelas?
—¡Cómo mola! —exclamó al instante Skie.
—¡Eso! ¡La llamaremos así! —señaló Arion.
Annie procedió a molestar a un enfurruñado Aitor durante todo el camino. Estela también se unió a la burla al defensa. Tris mantuvo el ojo pegado en Shawn. La fiesta de anoche parecía que le había animado un poco más, pero las cosas se pondrían difíciles en cuanto se encontraran con el otro equipo.
 
Y Tris no se equivocó. Shawn se puso tenso como una cuerda de piano en cuanto vio a Njord Snio en el Alpino, justo antes de subir al tren. Mientras tanto, ella estaba más pendiente de tener un duelo de miradas con el nuevo capitán del equipo, quien le había buscado las cosquillas la otra noche con su equipo de atletismo.
—¡Qué frío! —Rosie tembló en cuanto se abrieron las puertas al campo.
—Se han pasado con el aire acondicionado —castañeó Skie.
—No, esto es demasiado frío hasta para eso —repuso Jade.
—Madre mía, si parece que estamos dentro de un glaciar —murmuró Estela, mirando el hielo que había por todas partes.
—Hasta el suelo es de hielo —apuntó Tris—. Esto es malo.
—¿Esto no es demasiado ventajoso para el Alpino? —Annie frunció el ceño.
—¡El partido entre el Raimon y el Alpino se disputará aquí, en este Estadio Iceberg…! —anunció el comentarista, a la misma vez que los focos se encendían.
Tras ver el calentamiento previo de los jugadores, Celia dijo:
—Como me temía, esto es un claro sabotaje. Nuestros chicos no están acostumbrados en jugar en una pista congelada.
—Bueno, no es la primera vez que lo hacen —comentó Jude.
—Parece que será un partido muy duro —comentó Mark.
Celia se apartó un momento al recibir una llamada. Los demás intentaban acostumbrarse a ese campo tan resbaladizo.
—Chicos, tengo una buena noticia —sonrió Celia, justo después de colgar el móvil—. Nishiki ha regresado a Japón.
—¿En serio? —se sorprendió Estela.
Incluso sus compañeros tampoco podían creérselo.
—Claro, me ha contado que acaba de llegar al aeropuerto. Ya está viniendo hacia aquí.
Los más veteranos del equipo suspiraron con alivio. Se sentían más tranquilos con él de vuelta al equipo.
—Podremos ver las jugadas que le han enseñado en Italia —le comentó JP a Arion.
—¡Será emocionante! —Arion estuvo de acuerdo.
—Primero hay que ver si sabe desenvolverse en el campo congelado —cortó Tris—. Por mucha potencia de tiro que tenga, como esté resbalándose todo el rato, estamos listos.
—Celia, ¿sabes si es posible apuntar nuevos jugadores? —preguntó Mark.
—Claro.
—Pues hazlo, por favor.
—Sí.
—Solo hace falta que llegue a tiempo —murmuró Annie—. ¡Vamos, chicos! ¡A seguir calentando! ¡Nada de quejas de que os duele el culo!
 
—Qué conveniente que el lugar sea este sitio cuando juegan contra el Alpino —Guille chasqueó la lengua.
—Ni siquiera se cortan al querer sabotear públicamente al Raimon —Andrea estaba sorprendida.
—¿Ellos saben patinar? —preguntó Einar.
—Viendo las veces que se han caído… —murmuró Yeidi—. Estarán en aprietos.
—Desde luego, Axel es un completo zorro —comentó Yuuto.
—¿Creéis que hoy llegará a jugar Lucian Dark? —preguntó Saki.
—Lo veo poco probable teniendo a otros —contestó Greg—. A lo mejor lo guardarán como elemento sorpresa.
—Oh, parece que ya empieza —dijo Andrea.
—¡Enseguida dará comienzo el partido! ¡El instituto Raimon, dirigido por el entrenador Mark Evans, y el instituto Alpino dirigido por el entrenador Wilder Bigfoot! ¡¿Serán ambos equipos capaces de ofrecernos un partido al rojo vivo en este campo helado?!
—Me pregunto… qué es lo que de verdad le preocupa a Shawn… —murmuró Ken.
—¿A qué te refieres? —preguntó Eve.
—Tris no parece tan afectada con todo esto. Está más molesta por la expulsión de Shawn. Pero él… parece que es algo más personal y más serio, ¿no?
—¿No os da como escalofríos cuando habla tanto? —soltó Joss.
—¿Quizás se deba a uno de los jugadores del Alpino? —sugirió Nelly.
—¿Sería como lo que le pasa a Yuuto con el portero de la Royal? —Guille sonrió con cierta picardía.
—¿Acaso quieres morir? —la rubia le fulminó con la mirada.
—Dejemos los duelos a muerte para después del partido —sonrió Einar—. Ahora hay que animar al Raimon con todas nuestras fuerzas. ¿De acuerdo?
Nadie lo dijo en voz alta, pero el tono de voz que había usado el noruego y la sonrisa no pegaban para nada. Básicamente les estaba amenazando con una buena cara. La única que no parecía afectada era Nelly. Más que nada porque Einar le temía a su esposa. Y a su comida.
 
—¡Empieza el partido con el Raimon sacando de centro!
—Cómo cuesta correr aquí… —masculló Michael.
—¡Michael Ballzack pierde por un fallo en el control! ¡Pero enseguida reacciona y manda la pelota a la banda!
El Alpino sacó de banda, Riccardo logró interceptar el pase, pero la pelota corrió más que Eugene y salió de nuevo del campo.
—¡Njord Snio le quita el balón a Arion por un fallo del primero! ¡Y se embala hacia el campo del Raimon! ¡Pero una buena defensa por parte de Gabi García ha logrado salvar del apuro a su equipo!
Snio se dio cuenta de la mirada insistente de Shawn y le puso todavía más mala cara.
—Cualquiera diría que tu mirada tiene otras intenciones —le advirtió Tris en un susurro—. Contente, por el amor de Dios.
—Se ha vuelto más veloz que antes…
—Seguro que ha recibido entrenamiento especial al ser ahora un imperial.
—¿Crees que habrán sido muy duros con él…?
Tris miró de reojo a Shawn y no pudo evitar sonreír con cariño.
—Deberías adoptar al niño si tanto le quieres. No creo que Angy pusiera pegas.
—Eso sería secuestro —la miró mientras alucinaba.
—Hombre, por fin has puesto otra cara que no sea de perrito apaleado. Ahora mismo Njord se siente herido, cree que le has traicionado por alguna estúpida razón que se ha inventado su cabeza de adolescente. Dale tiempo.
Tris se dio cuenta de que Mark les miraba demasiado y decidió callarse. Era mejor que ese asunto lo resolvieran ellos solos y no meter a nadie más.
 
—¡El Raimon está encerrado en su defensa! ¡Parece que les está costando jugar en este campo helado!
—Este campo es demasiado difícil para ellos… —murmuró Guille.
—Como sigan así, pronto cometerán un error y eso derivará en gol —dijo Yuuto.
—Esto me recuerda a cuando fuimos a patinar sobre hielo aquella vez, todos juntos —recordó Rubén—. Muchos pasamos más tiempo en el suelo que de pie.
—Eso es —Saki abrió mucho los ojos, dándose cuenta—. Tienen que jugar patinando. Como los jugadores de hockey sobre hielo. Hasta ahora solo están corriendo como si fuera un campo normal, por eso les está costando tanto.
—Pero los del Alpino no están haciendo eso —observó Joss.
—Tienen que haber ideado alguna forma para controlar ese deslizamiento durante la carrera —comentó Gregori—. Estoy seguro de que Shawn y Tris saben cómo hacer eso.
—¿Creéis que lo habrán comentado? —preguntó Einar.
—Por mucho que se comente, no van a poder hacerlo de un momento a otro —dijo Ken—. Tienen que averiguarlo ellos mismos.
—Ese Njord Snio es demasiado bueno —señaló Andrea—. Qué velocidad.
—¿No os recuerda un poco a Shawn? —dijo Eve—. Se trae un aire a él.
—Ahora que lo dices… —murmuró Yeidi.
 
—¡La defensa del Raimon se ha roto y Njord Snio logra colocarse delante de la portería! —narró apasionadamente Chester Horse Senior.
—¡Leopardo de la Ventisca!
Samguk Han se preparó a conciencia. Incluso ya estaba ejecutando su Barrera de Gaia, pero simplemente no llegó a tiempo.
—¡Gol! ¡El instituto Alpino se pone por delante en el marcador gracias al gol de Njord Snio!
—Dios mío, Shawn… —exhaló Tris—. Menudo trallazo ha metido…
—Así que logró crear una supertécnica propia…
—¡¿Ves?! ¡Esta es mi propia fuerza! —sonrió, orgulloso del golazo que había metido.
Annie se levantó del banquillo, caminó un par de pasos hacia delante, inhaló y gritó con todas sus fuerzas:
—¡Aitor Cazador, deja de hacer el vago y ponte a defender en serio! ¡Usa esos ojos de sabandija que tienes y observa! ¡Tú puedes hacerlo!
Tanto los del banquillo como el mencionado la miraron como si estuviera loca. Aitor quiso protestar pero vio el gesto asesino de su entrenadora. Decidió mirar al frente y seguir jugando.
 
—¡Aquí hay otra oportunidad para el instituto Alpino! ¡Snio va directo a la portería del Raimon!
—¡Aitor, hay que pararle! —gritó Gabi antes de salir corriendo.
—¡Vale!
—¡Gabi García se interpone en su camino y Snio se detiene para analizar mejor la situación!
—¡No podrás pasar!
—¿Estás seguro? —Njord se mostraba confiado.
El chico del Alpino corrió hacia un lado, con Gabi pisándole los talones. Pero en un momento dado, Snio hizo un movimiento con su pie que hizo que superara a García sin problema alguno. Sin embargo, Aitor ya estaba encima del delantero para presionarle. Aitor también se dio cuenta del movimiento que hacía con el pie para controlar el balón. Le pilló tan de sopetón que Njord le esquivó con fluidez.
—¡Ahí va! —Aitor frenó su deslizamiento con su cuerpo.
Pero enseguida cargó de nuevo contra Snio, que logró pasarle de nuevo.
—¡Conque es así, ¿eh?! —gritó, patinando por el hielo y yendo directamente hacia el jugador para por fin cortar su avance.
Aitor se reincorporó justo fuera de la línea de campo, para ser luego abrazado por Annie con gran efusividad. Lo achuchó entre sus brazos.
—¡Eso es, eso es! ¡Lo has conseguido! —se rió ella.
—¿Pero qué dices? —la miraba como a una loca.
—Muy bien hecho, Aitor —Gabi llegó a ellos—. Usaste los tacos de las zapatillas para controlar tus movimientos, ¿no es verdad?
—¿Eh? Yo solo me he limitado a copiar lo que hacía él… Así que era eso… —murmuró, haciendo movimientos con su pie.
—Tienes que contárselo a todos. Ahora ya podemos luchar sin ningún miedo en este campo —sonrió Gabi.
—A mí eso me parece estupendo —sonrió con malicia Cazador.
—Hasta que por fin os dais cuenta —les felicitó Annie, dando palmaditas en sus hombros—. Os ha costado lo suyo.
—¿Usted ya lo sabía, entrenadora Powers? —se sorprendió el pelirrosa.
—Pues claro, es fácil la cosa. Si hay hielo, pues solo tenéis que patinar.
—¡¿Y por qué no lo has dicho antes?! ¡Nos habríamos ahorrado muchos problemas! —le reprochó Aitor.
—¿Y qué sentido tendría hacer eso? —Annie le miró como si fuera tonto—. Si os lo digo, no lo habríais sacado por vosotros mismos y así no aprendéis. Os daré un consejo a modo de refrán para la próxima: donde fueres, haz lo que vieres.
 
—¡Bueno, parece que los jugadores del Raimon cada vez se mueven mejor en este campo!
—Ya se han dado cuenta —sonrió Saki, muy alegre.
—Ahora sí que tienen más oportunidades de ganar —Andrea chocó palmas con Guille.
—Bien, ya van dominando más el juego —asintió Greg.
—Entonces lo que están haciendo es regular la fuerza con la que clavan sus tacos en el hielo para mantener el equilibrio… —analizó Eve—. Muy interesante. Parece como si patinaran pero a la vez no lo hacen.
—¡Michael Ballzack tira con su supertécnica Cascabel, pero el capitán del Alpino detiene el tiro con su Barrera de Cristal sin ningún problema! ¡El balón se pone de nuevo en movimiento y es Victor Blade quien tiene ahora mismo la posesión del balón! ¡Sube a toda velocidad! ¡Oh, pero qué ven mis ojos! ¡El Alpino parece haberse puesto en marcha y están ejecutando su famosa Barrera Absoluta ante la presión del Raimon!
—Bien, ahora hay que ver si todo lo entrenado sirve de algo —comentó Ken.
Sin embargo, Victor hizo un movimiento inesperado.
—¿Pero qué hace el loco lanzándose hacia ellos? —Yeidi se llevó las manos a la cabeza.
—Ha salido volando, como es normal —suspiró Yuuto—. Veo que Blade es un cabeza hueca a pesar de tener talento.
—Menuda hostia se ha pegado —silbó Rubén.
—Así que no hay más remedio que usar las… ¿Cómo han dicho antes? ¿Alas Gemelas? Sí, eso, van a tener que usarla —Einar se mostró preocupado—. Es demasiado férrea.
—Entonces Tris sí tenía razones de sobra para mostrarse tan preocupada, incluso con la supertáctica completada… —se lamentó Joss.
 
—¿Me lo parece a mí o es incluso más fuerte que antes? —Tris miró a Shawn.
—La han ejecutado de un modo perfecto…
—Esta es distinta a la que suelen hacer, ¿no es así, chicos? —les preguntó Estela—. No me ha parecido la misma que he visto en otras grabaciones.
—Es lo que tiene que el Sector Quinto haya metido cartas en el asunto, ¿no? —dijo Annie—. Que han perfeccionado esa supertáctica invencible.
—Por eso os dije que esto no era suficiente —recordó Tris—. Es hora de que la pongáis en marcha, pero mucho me temo que no os saldrá todavía.
—¿Y entonces qué faltaría para que sí fuera viable, Tris? —preguntó Mark.
—Eso es lo malo —señaló Shawn—. Parece que lo tenemos todo, pero en realidad no es así. Teóricamente está perfecto. Tenemos potencia de chute y velocidad, pero…
—No lo sabemos —cortó Tris—. No sabemos exactamente qué es lo que falta a simple vista. Solo sé que no va a funcionar.
Celia miró con preocupación hacia el campo. Si eso no conseguía romper la Barrera Absoluta, ¿entonces qué harían?
 
—¡La nueva supertáctica! ¡Equipo! —ordenó Riccardo.
—¡Sí!
Seis jugadores se reunieron en torno a Michael Ballzack, llamando la atención de los rivales. Wan-Chang hizo un pase directo hasta Michael, que se adelantó para adentrarse en campo enemigo.
—¡Adelante! —sonrió el capitán.
—¡Supertáctica del Alpino: Barrera Absoluta!
Ballzack frenó en seco y se la pasó a Victor. Este ni siquiera detuvo el balón, sino que hizo un pase directo hasta los pies de Arion, situado unos metros más allá. Y así comenzaron una sucesión de pases precisos, a cada cual más rápido. Mientras tanto, cuatro jugadores se adelantaron a ellos, tapándoles mientras se la pasaban.
—¿Y eso? —se sorprendió el portero.
—¡Froste les ha enseñado una contratáctica! —se dio cuenta Njord.
—¡Nuestra supertáctica! ¡Alas Gemelas!
—¡Izquierda! —ordenó el defensa que era el pilar de la Barrera Absoluta.
Los cinco jugadores del Alpino se movieron a la misma vez hacia la izquierda, parando en seco al grupo de Arion, Eugene y Aitor.
—¡La supertáctica del Raimon ha rebotado contra la Barrera Absoluta!
 
—Pero no lo entiendo… —se sorprendió Andrea—. Por más que lo intenten, siempre consiguen predecir por dónde va el balón…
No paraban de ver cómo fallaban una y otra vez, pese a todo el empeño puesto.
—Las Alas Gemelas están completadas —dijo Guille—. ¿Qué es lo que falla en realidad?
—Tenemos que fijarnos —habló Ken.
—¡Lo tengo! —bramó Einar, asustando a los demás—. Arion es el problema.
—Hombre, dicho así… —Rubén no quería reírse por la forma en que lo había soltado.
—¿A qué te refieres, Einar? —preguntó Silvia.
—Arion es rápido, sí, pero no como Blade —explicó—. Sus pases son más lentos. Se pueden predecir.
—Y como son más lentos que los de Victor… El ritmo se rompe y a los del Alpino les es más fácil saber por dónde irá la pelota, por eso no funciona —concluyó Joss.
—Entonces las Alas Gemelas no están terminadas —Yeidi se preocupó—. No son perfectas y es como si no tuvieran nada contra la Barrera Absoluta.
—Cuidado, que Snio va a chutar —avisó Yuuto—. Espero que el portero pueda reaccionar a tiempo esta vez.
—¡Samguk lo ha despejado! ¡Pero atención, que el Raimon todavía no está a salvo! ¡El rechace ha ido a parar a los pies del rival!
—¡Oh, Dios! ¡Un Espíritu Guerrero! —alucinó Saki.
 
—¡Chione, Reina de la Nieve! —se escuchó gritar al jugador.
Tanto Tris como su mejor amigo se quedaron helados.
—¡¿Njord es un invocador?! —Shawn estaba sin palabras.
 
 
 
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Con las Alas Gemelas siendo constantemente anuladas, el Raimon se ve en un aprieto de los grandes. Y más cuando el delantero estrella del Alpino resultar ser un invocador con un tiro espectacular. Por suerte, cuando todo parece estar perdido, aparece con un poco de retraso un soplo de aire fresco por el Estadio Iceberg. ¿Lograrán desbloquear la situación? ¿O el frío juego del Alpino podrá con ellos?
Si lo queréis averiguar, no os perdáis el próximo capítulo: MÁS VALE TARDE QUE NUNCA
¡¡¡Esto es fútbol al rojo vivo!!!


¡Capítulo in extremis!

Joder, y tan bloqueo que ha sido este capítulo xD El mes de octubre es bastante caótico en mi trabajo y no tenía la mente para escribir nada xD Lo siento mucho, pero ahora que ya estamos por finalizar el mes, puedo respirar un poquito más.

¡Hasta la próxima!



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