CAPÍTULO 43- EL LAZO ABSOLUTO
Tezcat recibió el pase magistral de Bai Long.
—¡Es una oportunidad! ¡Tezcat se dirige solo a la
portería con su Espíritu Guerrero! ¡Victor Blade es el primero en reaccionar
para ir a detenerlo, pero Tezcat deshace con facilidad al Caballero Lancelot!
¡Ahora sí que no tiene rival que se le interponga por delante!
—¡Hacha del Azote Negro!
—¡Y ahí va, la supertécnica de su Espíritu Guerrero!
¡¿Podrá Samguk Han detenerlo?! ¡Hace el intento, pero es gol! ¡Gol! ¡El Equipo
Zero lleva el empate al marcador!
Los tres únicos invocadores del Raimon estaban tan
cansados que tuvieron que arrodillarse en el suelo para recuperar el aliento.
—¿Estáis bien? —se preocupó Lucian.
—Probablemente solo podamos sacarlos una vez más.
—Capitán…
—Pero Zero tiene que estar en la misma situación —comentó
Riccardo, viendo a sus rivales.
—¡No quedan más que unos minutos de la segunda parte más
el descuento! ¡Ambos equipos dan los últimos esfuerzos en estos momentos
finales! ¡Tezcat se regatea a Subaru con estilo y se la hace llegar a Bai Long!
¡Tres contrincantes le rodean a la desesperada!
—¡Hay que pararle! ¡Zero ya no puede seguir usando sus
Espíritus Guerreros! —ordenó Riccardo.
—¿De verdad os creéis eso? —sonrió Bai Long.
Los jugadores notaron que la fuerza del delantero aumentó
de nuevo antes de invocar una vez más a Guiverno Blanco.
—¡¿Cómo?!
—¡Tiene que haber un límite de las veces que puede
usarlo!
—¡Aquí pasa algo raro…! —exclamó Ryoma antes de darse
cuenta de lo que era.
Cuatro jugadores le estaban prestando su energía para que
Bai Long pudiera hacer de nuevo una invocación, incluso por encima de su
límite.
—Esta es la razón de que siga teniendo fuerza para usar
el poder de mi espíritu: un enlace de espíritus.
—¡Oh, no!
—¿También se puede hacer eso? —se sorprendió Riccardo.
—Y eso no es todo —comentó, con Tezcat colocándose a su
lado.
Tras sacar a su espíritu, ambos chicos se concentraron.
Ante la impresión de los allí presentes, los dos Espíritus Guerreros se
fusionaron.
—¡Este es el nuevo poder de nuestros espíritus! ¡Paladín
de la Espada Sagrada, Arturo! —presentó Bai Long.
—¡Atrás! —ordenó Riccardo—. ¡Todos a defender la
portería!
—¡Pero qué ven mis ojos! ¡Esta espectacular fusión de
espíritus es lo nunca visto! ¡El Raimon al completo pasa a la defensiva! ¡Un
solo gol más y el partido estaría sentenciado para el instituto Raimon! ¡Bai
Long y Tezcat se preparan para chutar con sus espíritus!
—¡Caliburn! —ambos chutaron con toda la potencia máxima.
—¡Gol! ¡El Equipo Zero remonta el marcador! ¡¿Significa
el final del partido?!
—Dios santo, qué masacre… —murmuró Yeidi, casi sin
palabras.
—¿Cómo demonios se puede luchar contra eso? —preguntó Tris.
—¿Un enlace de espíritus? ¿Espíritus Guerreros
fusionados? ¿Qué locura es esta? —habló Danny.
—¿Esto de verdad sigue siendo fútbol…? —Angy miró a los
niños, que estaban todos tirados en el suelo.
—Si esos dos han podido, entonces estoy segura que los
chicos también pueden —dijo Eve—. Solo tienen que intentarlo.
—Bastante arriesgado probarlo ahora que están perdiendo a
nada de terminar el partido —comentó Celia.
—Pues con más razón tienen que intentarlo —asintió Hikari—.
Tienen mucho que perder y todo que ganar.
—Victor —llamó Bai Long, acercándose hasta ellos—. ¿Qué?
¿Habéis aprendido la lección?
—¿Sigues queriendo pelear después de esto, Arion? —preguntó
Tezcat.
—¡Sí! —le respondió—. ¡Porque aún no estamos vencidos!
¡Nunca! ¡Nunca me rendiré! ¡A la Diosa de la Victoria le gustan aquellos que no
se rinden nunca!
Los dos imperiales vieron cómo el Raimon se levantaba una
vez más, a pesar de todos los golpes y el cansancio que llevaban.
Bueno, si querían guerra, guerra tendrían. Al menos les
concederían ese último deseo.
—¡El partido se acerca al final! ¡Pero los jugadores
luchan por ponerse en pie! ¡Antes de que se reanude el partido, podemos ver que
los tres invocadores del Raimon parecen estar planeando una estrategia en
conjunto! ¡¿Qué se les ocurrirá?! ¡¿Será suficiente para poder al menos empatar
el partido?!
—¿Cómo? —Victor se quedó sorprendido.
—Arion, ¿podemos hacer eso? —Riccardo estaba algo dudoso.
—¡Lo lograremos! Cuando dé la señal, sacad vuestros
Espíritus Guerreros.
—Es interesante —concedió Victor, sonriendo.
—Nos la jugaremos.
—¡El partido se reanuda con el Raimon en posesión del balón
y…! ¡Una vez más, tres Espíritus Guerreros son invocados a la vez! ¡Bai Long y
Tezcat hacen lo mismo con su espíritu fusionado, dispuestos a aplastarlos como
la última vez!
—¡Capitán! —Arion dio la señal.
—¡Sí! ¡Espíritus, uníos!
—¡Si ellos se han unido en paralelo como baterías,
nosotros como una conexión en línea! —sonrió Arion, viendo que estaba
funcionando.
—¡Señor de las Bestias, Grifo!
—¡Increíble! —se escuchó un fuerte estruendo a través del
micrófono del comentarista, como si hubiera golpeado la mesa de pura emoción—. ¡Los
Espíritus Guerreros del Raimon se han combinado en uno solo!
—Bueno, parece que estos chicos tienen muy buen futuro
por delante —sonrió Tris, con sus amigas alegrándose a su lado.
—¡El corazón decidido de Arion jamás se rinde y los otros
dos se han convertido en un gran poder! —se emocionó Mark.
—¡Tremendo enfrentamiento estamos viviendo! ¡El choque
entre ambos espíritus es apoteósico!
—¡Tezcat! ¡El fútbol no decide el valor de las personas!
¡El fútbol es algo que nos da alegría, que nos anima! ¡Es pura diversión!
Tezcat se cegó ante la luz pura y genuina de Arion. Pero,
no pensaba dejarse ganar tan fácilmente. Su oscuridad interior resurgió con más
fuerza que antes.
—¡Mentira!
—¡Vamos a recuperarlo!
—¿Qué?
—¡Recuperaremos el fútbol para ti, Tezcat! —sonrió Arion.
El corazón de Tezcat tembló ante las palabras del chico.
¿Acaso era posible?
La duda en la mente de Tezcat hizo que ambos perdieran el
balón y se lo quedara el Raimon. Con eso, los tres chavales vieron su
oportunidad de tiro y así lo hicieron.
—¡Flamberge!
Pero Tezcat y Bai Long no iban a abandonar así como así.
Se pusieron delante para detener el tiro. Un nuevo enfrentamiento entre fuerzas
se sucedió. Ni pensaban perder ni rendir. Lo estaban dando todo.
—¡¿Por qué?! —exclamó Bai Long al ver que estaban
retrocediendo poco a poco.
Pero Tezcat solo pudo sonreír, empezando a dejarse llevar
por esa pasión que el Raimon tenía por el fútbol. Era demasiado cálido como
para ignorarlo.
—¡Gol! ¡Han marcado con la supertécnica de Grifo, su
nuevo Espíritu Guerrero! ¡Empate a cinco!
La lluvia había cesado y las nubes se empezaban a retirar
poco. Pero no podían importarles menos a los jugadores del Equipo Zero.
—¡¿Por qué?! ¡¿Somos el Equipo Absoluto y no podemos
ganar al Raimon?!
—Bai Long —llamó Victor—. Has pasado todo este tiempo
concentrado solo en obtener el poder absoluto, pero no has aprendido en qué
consiste ese poder.
—¿Qué quieres decir?
—El fútbol no es solamente buscar poder a toda costa —respondió
Riccardo—, sino también darse cuenta de la importancia de los lazos y del
valor. Es lo que hace el fútbol tan maravilloso.
—¡Tonterías! —bramó—. ¡Eso no lo aceptaré!
—Bai Long, he querido decirte una cosa desde que me fui
de la isla —dijo Victor—. El entrenamiento aquí es más duro de lo que se puede
imaginar. El hecho de competir contigo como rival, por poco tiempo que fuera,
es la razón que me hace estar aquí ahora.
El imperial se quedó sorprendido por sus palabras.
—Me divertí mucho jugando al fútbol contigo.
—Victor…
—Bai Long, quién sabe qué clase de fútbol esperábamos
dentro de nuestros corazones —se acercó Tezcat, sonriendo.
—Tezcat…
Recuerdos de su niñez vinieron a la mente del chico. Cómo
jugaba por jugar, por divertirse con sus amigos. Entonces se dio cuenta.
—Creo que había llegado a olvidar esa sensación…
—Bai Long, ¿y si disfrutamos de nuestro propio fútbol?
—Es verdad —el chico le correspondió a la sonrisa, pero
luego miró hacia sus compañeros.
Sin embargo, ellos también se vieron conformes a la
decisión.
—¿Y vosotros también? Me refiero al puro fútbol. Por el
solo deseo de ganar —el capitán extendió la mano al centro, con los demás
siguiéndole la corriente—. Disfrutemos de este momento jugando nuestro propio
fútbol.
—¡Disfrutaremos de todo corazón y ganaremos al Raimon! —animó
Tezcat.
—¡Sí!
Tezcat miró al cielo que cada vez estaba menos tapado por
las nubes. Eso estaba bien, ¿verdad? En el fondo de su corazón, quería ver al
fútbol sonreír.
—¡Vamos, con todas vuestras fuerzas! —gritó Riccardo.
—¡Sí!
—Están tan poco acostumbrados a ver el fútbol como
diversión que no entienden lo que pasa… —se sintió apenada Yeidi, viendo a los
espectadores murmurar.
—Pero lo están notando, que eso es lo importante —sonrió
Hikari, mirando hacia todos lados.
—Y encima ha salido el sol —se rió Angy.
—Bueno, algo me dice que nos hemos librado por muy poco
de esta —comentó Tris.
—Lo importante es que esos niños no caigan de nuevo en
las manos del Sector Quinto —dijo Danny.
—Ahora solo queda saber cómo demonios salir de aquí —habló
Eve.
El partido terminó. Los jugadores habían estado tan enfocados
en divertirse jugando que se sorprendieron por los tres pitidos. El encuentro
había terminado en empate, pero los demás imperiales habían despertado de su letargo.
Vitorearon con todas sus fuerzas a los dos equipos, emocionados por haber visto
un partido tan increíble como aquel, con todo el mundo dando lo mejor de sí.
Un empate que sabía a gloria, a victoria.
—El fútbol también estará contento de que haya sido un
partido tan bueno —sonrió.
—Arion, lo siento mucho —pidió Tezcat—. Creí que el
fútbol no era más que un modo de medir el valor de las personas… Pero cuando te
conocí, me di cuenta de que estaba equivocado. ¡Me has enseñado que el fútbol
es diversión! —Tezcat pudo por fin sonreír como el niño que era.
—Me alegro de haberte conocido. No habríamos crecido
tanto si no os hubiéramos encontrado. Muchas gracias.
—Toma —Tezcat le tendió una pulsera con dibujos tribales
en ella—. Una señal de nuestra amistad.
A Arion le hizo mucha ilusión. Tezcat le tendió la mano
mientras le decía:
—Me lo he pasado muy bien.
—Yo también —correspondió al saludo con gusto.
A lo lejos, Bai Long se dio la vuelta y le ofreció
también la mano a Victor.
—Está claro que ha sido todo un partidazo.
Victor cogió con fuerza la mano de su antiguo compañero
de juego.
—¿Qué haréis ahora?
—Volveré a jugar empezando desde el principio. Tengo que
hacerlo si quiero superar a mi mayor rival.
Blade terminó sonriendo.
—¡Le presento mis disculpas, pero es un empate no una
derrota! —iba cacareando Pinkus Mountbatten al gran emperador.
Había subido rápidamente hasta el palco donde estaba Alex
Zabel para excusarse con él.
—¡Volveré a entrenar a Zero para la…!
—No habrá una próxima vez —le cortó el emperador—. ¿No
entiende lo que ha pasado en este estadio, Pinkus Mountbatten? Hemos visto la
revolución. Con nuestros propios ojos.
—Gracias, Bai Long.
—¿Eh? No… Soy yo quien debería darte las gracias —agachó
la mirada—. Tan solo… nos unimos para de ese modo ser el equipo absoluto. Pero
ahora mismo…
—No importa —Tezcat le interrumpió—. Todos lo entendemos —le
sonrió.
Todos los imperiales que estaban ahí se negaron a seguir
las órdenes del Sector Quinto. Los trabajadores de allí no tuvieron más remedio
que huir de ahí ante la sublevación que se produjo. Por fin podían volver a sus
casas, con sus familias y amigos.
Fue saliendo del Santuario cuando se encontraron con la
sorpresa: sus amigos estaban ahí, habían llegado para rescatarles y sacarles de
esa infernal isla.
—¡Joder! ¡Creía que nunca más os volveríamos a ver! —lloriqueó
Guille.
Los amigos del entrenador Evans se abalanzaron hacia los
más jóvenes, la gran mayoría. Algunos guardaron mejor la compostura al mostrar
su alegría y alivio de verles sanos y salvos.
—Lo que nos ha costado poder encontraros, mierda —suspiró
Andrea con gran alivio—. Ya creíamos que nunca más os veríamos.
Einar estaba más distraído por ver a Nathan Swift, Caleb
Stonewall y Jack Wallside en el mismo sitio que él. No duró en pedir
autógrafos. Nelly tuvo que atarle un poco en corto para que no se volviera
completamente loco de la emoción.
—Tranquilo, cuando lo conoces es un amor —sonrió Eve,
viendo que su novio estaba algo intimidado por la cara seria del noruego.
—Solo lo hace para que no se le note —se rió Nelly.
—Pero es un trozo de pan —añadió Saki.
—Ahora no te hagas el recatado, Samford —sonrió de lado
Yuuto—. Se le ve muy tranquilo, pero fue el primero en perder la puta cabeza al
saber que habíais desaparecido.
—Oh, no sabía que nos tenías tanto amor —Danny hizo un
ruidito de ternura al saberlo.
—Ven aquí, que te damos un abrazo grupal para que no llores
más —Hikari abrió totalmente los brazos.
—Bueno, parece que no vamos a caber todo en el barco
donde hemos llegado —comentó Kai—. Son demasiados niños, la virgen.
—El Sector Quinto tiene varios barcos, creo que han
dejado unos cuantos al huir y podremos irnos en ellos —contó Bai Long.
—No os preocupéis, muchachos. Tampoco pensábamos dejaros
aquí tirados —tranquilizó Joss.
Como los adultos responsables que eran, empezaron a
organizar toda la salida de los imperiales de la isla. Tardaron todo el día en
poder ir sacándolos, acompañados de uno de los adultos allí presentes. Estaba
ya atardeciendo cuando el último barco estaba por partir. Se habían ido todos
menos el Raimon y Tezcat, que dijo que no iba a irse de su isla natal. Al final
y al cabo, era su hogar.
—¿Por qué no subes, Mark? —preguntó Estela, dándose
cuenta de que muchos de ellos se quedaban en el puerto.
—Me temo que nos tendremos que separar de nuevo, chicos.
—¿Qué hará ahora, entrenador Evans?
—Seguiré investigando un poco más en esta isla.
Eve, Yuuto, Yeidi y Tris se quedaron en tierra firme,
junto a Mark, Caleb, Nathan, Jack y Shawn.
—Me quedaré con ellos a intentar mirar el sistema de sus
ordenadores —dijo Yuuto—. No tengo más remedio —suspiró—. Willy no quiso venir
y creo que Gregori será más útil con la Resistencia que aquí.
—Cuida bien de mi casa, Greg —sonrió Eve.
—Tened mucho cuidado —pidió Kai—. Quién sabe, quizás
hagan explotar esta isla para no dejar pruebas atrás.
—No seas tan fatalista —Rubén le miró mal—. No va a pasar
nada malo.
—Yo solo digo —se encogió de hombros la surfista.
—Tenéis que seguir ganando, Raimon —les dijo Tris—. La revolución
no se va a hacer solita.
—Esperadnos un poco más, por favor —sonrió Yeidi—. Mark volverá
pronto, os lo prometo.
—¡Eso haremos…!
—Muchas gracias por todo, chicos —sonrió Mark, empezando
a despedirse con la mano.
Los demás también les iban despidiendo.
—¡Y seguid creciendo hasta que volvamos a vernos!
—¡Sí!
—Arion… —Tezcat miraba el cielo anaranjado con una suave
sonrisa—. Me he divertido mucho jugando al fútbol contigo. Muchas gracias,
Arion…
—¿El fútbol ya no es un castigo para ti?
El chico miró hacia atrás, demostrando la expresión de
paz que tenía en el rostro.
—No. Ahora sé que esto es un regalo del fútbol… Hasta que
nos volvamos a ver, Diosa de la Victoria.
Tezcat se desvaneció acunado por la suave brisa que se
levantó, entre motitas brillantes.
—Tómate ese merecido descanso, Dios del Fútbol —sonrió
levemente.
El gran emperador se arrodilló ante el hombre trajeado de
blanco. Miraba una imagen proyectada en la enorme pantalla del Santuario.
—Niños que han sufrido una evolución y superado los
límites humanos… Los Chicos de la Segunda Fase. Hay quien dice que en nuestro
mundo ya ha nacido gente con ese potencial.
—¿Con ese potencial? —repitió Alex Zabel, agachando aún
más su cabeza para mostrarle respeto.
—La meta de esta instalación es descubrir aquellos con
tal potencial —los ojos azules, fríos y calculadores, se clavaron en el gran
emperador—. Tal y como nos ha ordenado nuestro misterioso Benefactor X. Alex,
confío en que no mancillarás el nombre del gran emperador del Sector Quinto.
Alex Zabel entrecerró los ojos, sabiendo la importancia
del asunto.
—Entendido.
--------------------------------------------------------------------------------------------------------
Después de esa
peripecia por la isla remota, los chicos del Raimon vuelven de nuevo a la
rutina. Tienen que prepararse para su siguiente rival del torneo. Pero eso
ocasionará que fantasmas del pasado vuelvan y atormenten a más de uno. Mientras
tanto, Arion conoce por causalidad a un chico tan brillante como el sol. Pero alguien
tan brillante tiene que tener una larga sombra que le persiga, ¿no? ¿Descubrirá
qué será o simplemente será un encuentro fortuito y anecdótico?
Si lo queréis
averiguar, no os perdáis el próximo capítulo: ESPEJISMO
¡¡¡Esto es fútbol
al rojo vivo!!!
Y con esto, doy por finalizada la película del GO :D Se ha hecho más larga de lo que esperaba xd ¡Pero bueno, después de Semana Santa, de vuelta a la rutina como los del Raimon! ^^
¡Hasta la próxima!
Comentarios
Publicar un comentario
—Intentaré responder a todos los comentarios.
—Nada de comentarios ofensivos. Si no, los borraré.
—Nada de spam, a menos que quieras dejar tu blog.
Gracias por vuestra colaboración y comentarios/opinión ^_^