¡Feliz Halloween!

¡Hola, hola!

Son las once en punto de la noche de este 31 de octubre y, antes de nada, quiero felicitaros. ¡Feliz Halloween!

Foto de IE con temática terrorífica porque... porque me da la gana, hala xD

En un par de días volveré a colocar la decoración habitual y a deshacerme de ese zombie que se pasea por vuestras pantallas xD Y cuando llegue la época navideña, volveré a redecorar un poco el blog.

La verdad es que no me acuerdo muy bien qué solía hacer yo para Halloween. Creo que ponía alguna que otra curiosidad o algún relato escalofriante para la ocasión.

En esta ocasión, os contaré un suceso que a mis padres les puso la carne de gallina. Y a mí también cuando me lo contaron. Creo que es un momento perfecto para contarlo por aquí, ¿no? :D

Veréis, resulta que teníamos a un vecino que vivía enfrente de nosotros que era muy majo conmigo. Vivía con su hermano y su madre y nos llevábamos muy bien con ellos (excepto con el otro hermano). El hombre, que se llamaba Carlos, nos conocía desde que era yo muy pequeña y siempre me regalaba cosas y decía que me protegería si me pasaba algo y todo eso.

Entonces, hace ya un par de años, volvimos de vacaciones. Hacía ya tiempo que no lo veíamos. Recuerdo que era por la mañana, mis padres habían ido a comprar y yo me había quedado en casa. Cuando regresaron con las bolsas, me dijeron que habían saludado a Carlos, pero este les había saludado de pasada y dijo que tenía prisa. No vieron nada raro.

¿Y qué fue lo que pasó? Mis padres le comentaron a unos vecinos que habían visto a Carlos ese día y se les quedaron mirando raro. Resulta que Carlos ya había sido enterrado, que era imposible que les hubiera saludado porque estaba muerto. Luego nos enteramos que se había ahorcado en el garaje comunitario hacía semanas, un suicidio planeado con su hermano pero que al final no se llevó a cabo del todo, pues al hermano lo detuvieron en otra ciudad mientras estaba de juerga.

¿Entonces qué habían visto mis padres? ¿Era de verdad Carlos o se lo habían imaginado? Mis padres, siempre que me cuentan la historia, me aseguran que le habían visto a él aquel día.

Quién sabe, tal vez quiso despedirse una última vez de nosotros y así lo hizo.

Es algo que no olvidaremos, la verdad.

Bueno, contada la anécdota, ya no tengo nada más que decir. Tan solo que disfrutéis de las películas de miedo y de esta noche donde la frontera entre los vivos y los muertos es bastante difusa.

¡Hasta la próxima!

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