CAPÍTULO 56- ¡CAMBIO DE ÚLTIMO SEGUNDO!
—¡Ese es nuestro chico! —gritó Rubén, abrazando con
alegría a Silvia.
—¡Muy bien, Arion! —aplaudió su tía.
—Ataques rápidos para que no tengan tiempo de
organizarse… —murmuró Saki—. La verdad es que ha sido una buena estrategia.
Aunque no servirá dos veces seguidas.
—Por lo menos han empatado, eso es lo importante —apuntó
Joss.
—La cosa es que no les vuelvan a marcar de nuevo —Greg
miraba en dirección a Samguk—. Como tengan algún Espíritu Guerrero, que seguro
que lo tendrán, va a tener que salir JP a la portería.
—Mark tendrá que sacar al chico, sí —asintió Angy—. Pero
como Samguk tiene más experiencia, pues era mejor sacarle a él de titular.
—Es una pena que Riccardo se esté perdiendo la final —comentó
Einar con un suspiro.
—Seguro que lo está viendo cómodamente y con la
televisión —aseguró Nelly.
—¿Creéis que Cammy también lo estará escuchando? —preguntó
Kai.
—No creo —contestó Hikari—. Hoy tenía turno, así que…
—A lo mejor lo va escuchando por la radio —dijo Danny—.
Le será más cómodo.
—Se nota desde aquí que los chicos están muy motivados
ahora mismo —Ana también vitoreó junto al público de su alrededor.
—¡Se reanuda el partido con el saque de centro del Monte
Olimpo! ¡Wise se interna en el campo enemigo gracias a sus hábiles regates!
¡Arion se cruza en el camino de Wise con la intención de pararle! ¡Pero le
sobrepasa con sus Esferas Luminosas! ¡Wise conecta con Heavens y este con
Fourseasons! ¡Gabi ha estado a punto de cortar el pase, pero no ha llegado a
tiempo!
—¡Qué pena…! —se lamentó Nelly.
—¡Cronus esquiva la entrada de Subaru y se acerca a la
portería del Raimon! ¡Aitor corre hacia él para defender, pero ahí tenemos al
primer Espíritu Guerrero del partido, Gigante de Fuego Surtur! ¡Acaba de chutar
con la Tormenta de Fuego…! ¡Aitor intenta pararlo con la Red de Caza, pero se
lo lleva totalmente por delante! ¡Samguk Han utiliza su Barrera de Gaia…! ¡Gol!
¡Cronus Fourseasons ha demostrado su determinación al marcar de nuevo con un
tiro de su Espíritu Guerrero!
—Esa era… la supertécnica de Axel… —murmuró Eris—. Menudo
descaro.
—Empiezan a sacar la artillería pesada —dijo Sakura.
—Era raro que no lo hicieran todavía —asintió Guille.
—Pero estamos hablando de Axel, chicas —recordó Yeidi—.
Un Axel que dirige el Sector Quinto, esos niños habrán tenido una formación
perfecta. Como los del Equipo Zero.
—Pero… si Axel ha enseñado de esa manera a jugar al Monte
Olimpo… ¿No está dando unas señales bastante contradictorias? —murmuró Andrea.
—¿Quizás es más como Esther, Yuuto y Jude? ¿Que parecían
estar bajo las órdenes del Sector Quinto tal vez? —dijo Tris.
—¿Sabéis? Siempre he creído que Axel se traía algo entre
manos desde que le pidió ayuda a Byron con el Kirkwood —comentó Esther—. Pero
no dije nada porque no estaba segura. Nos trajo para que ayudáramos a ese
equipo roto. No creo que nadie más hiciera eso dentro del Sector Quinto. Y más
si su único objetivo es por y para la organización.
El grupo de amigas pensó en las palabras de la rubia.
—Es evidente que el Monte Olimpo está como poco un paso
por delante del Raimon, señor.
El hombre trajeado de pelo rosa empezó a tamborilear con el
dedo índice en el reposabrazos del asiento, como teniendo un tic.
—No me gusta el rumbo que está tomando.
—¿Qué sucede, señor?
—El juego del Monte Olimpo debería ser la quintaesencia del fútbol
regulado. Y sin embargo, sus jugadores cada vez más actúan según sus propias
ideas. Este no es el fútbol al que aspira el Sector Quinto.
—Pero…
—Bueno, les dejaré seguir a sus anchas un poco más… —el
hombre pelirrosa dibujó una sonrisa torcida—. Ha llegado el momento de utilizar
el Dragon Link.
—¿Ya habéis averiguado cuál es la realidad del Dragon
Link? —preguntó Xavier, llegando hasta sus amigos.
—Lo hemos sacado casi todo, pero… —comenzó a murmurar
Jordan, frotándose los ojos con algo de frustración.
—Pero da para hacernos una idea general de lo que se
traen entre manos —terminó de decir Yuuto.
—¿Qué? ¿De qué se trata? —quiso saber el cabeza de la
corporación Schiller.
—Es mejor que lo veas por tus propios ojos —le miró Jordan
con gravedad.
Xavier miró los datos que habían conseguido y abrió
muchísimo los ojos.
—¡Ha comenzado la reacción del Raimon! ¡Arion, el nuevo
capitán, avanza con el balón controlado! ¡Arion intenta regatear a Wise, pero es
parado en seco con el Proyectil de Ozono!
—¡Oh, no! —exclamó Skie, preocupada.
—Creo que se lo han cargado —se lamentó Jade, viendo cómo
había volado Arion.
—Lo que temíamos, todos los jugadores del Monte Olimpo son
tremendos —dijo Shun.
—Es que no tienen ni un solo punto débil ni en defensa —repuso
Hugh.
—¡Y es Gabriel García quien consigue recuperar el balón
con La Niebla! ¡Así da comienzo a otro contraataque del Raimon! ¡De García a
Nishiki! ¡Ryoma esquiva esa entrada y se coordina con sus compañeros! ¡Nishiki
a Ballzack y de Ballzack a Blade! ¡Hasta él salen dos defensas para cortarle el
paso, pero tan solo era un señuelo para que le llegue a Nishiki! ¡Él también
invoca a su Espíritu Guerrero!
—¡Vamos, Nishiki! ¡Dale duro! —gritó Annie.
—¡Más vale que marques! —amenazó Jade.
—¡La supertécnica del Espíritu Guerrero, Estocada de
Samurái, se enfrenta al Rompetiros de Divine! ¡Parecía que no, pero al final el
balón ha entrado en la portería! ¡El Raimon empata de nuevo! ¡No aparten los
ojos ni un segundo porque se pueden perder un partido maravilloso!
—¡Vamos, otro gol más! —Estela chocó las manos con Annie,
riéndose.
Los tres pitidos pillaron desprevenidos a todos, pues el
fin de la primera parte había llegado demasiado rápido.
Los jugadores se replegaron hacia sus respectivos
banquillos. Cronus se acercó hasta Arion y dijo:
—Admito que sois bastante buenos, sí. Sin embargo, la
palabra «derrota» no existe en el Monte Olimpo.
—Y nosotros en el Raimon lo hemos dado todo para llegar
hasta aquí —respondió Arion, totalmente motivado y con una gran sonrisa—. Así
que no vamos a perder.
—Jugaremos la segunda parte empleando todas nuestras
fuerzas. Espero que también lo deis todo.
—Gran emperador, ¿qué ordena? —preguntó Cronus
Fourseasons.
Alex Zabel miró con una sonrisa discreta a los jugadores
del Monte Olimpo, que tenían el puño en la zona del corazón a modo de respeto. Todos
esperaban por unas palabras suyas. Su palabra era ley. Eso le hizo gracia al
gran emperador.
—Os lo dejo a vosotros. Sentíos orgullosos de los
resultados que habéis conseguido hasta llegar aquí y jugad con total libertad.
Los niños se sorprendieron ante esa orden, con Dave
asintiendo complacido a un lado.
—¿Quiere decir que luchemos con libertad? ¿Sin órdenes? —el
capitán Fourseasons se quiso asegurar.
—Así es —asintió—. Sé que podéis superar cualquier
situación por difícil que sea. O al menos, eso fue lo que pretendía cuando
formé este equipo Monte Olimpo.
—¡Sí!
—¡Lucharemos con todas nuestras fuerzas, dando todo lo
que tenemos para derrotar al Raimon! —aseguró el capitán.
—¡Golpeadles con todas vuestras habilidades y talentos
hasta que logréis alzaros con la victoria! —motivó Dave con pasión—. ¡No
vaciléis nunca!
—¡Sí!
Los adultos dejaron que los chicos se fueran de la sala
de reuniones. Hobbes y Zabel fueron los últimos en salir.
—Ya estamos en la fase final —sonrió Austin—. Con esto,
la revolución…
—Gran emperador —interrumpió un hombre trajeado,
acompañado de otro más.
—El señor Cinquedea le llama.
—¡Habéis estado fantásticos! —alabó Skie.
—Os habéis enfrentado cara a cara con el Monte Olimpo y
habéis empatado —sonrió Jade.
—Sí… —contestó Arion, no tan animado como uno cabría
esperar.
—¿Qué te pasa, Arion? —preguntó Skie.
—Solo pensaba si lo estaré haciendo tan bien como el
capitán Riccardo… —se tocó la banda de capitán.
—Pues claro que sí —respondió enérgicamente Jade—. Has
recuperado los goles que habían marcado. Que digan lo que quieran, llevamos las
de ganar.
—Es verdad —comentó Rosie.
—¡Eso!
Arion asintió. Samguk le dio una palmadita en el hombro.
—Todos creemos que estás cumpliendo con tu deber como
capitán.
—Muchas gracias a todos. Pero es que estaba pensando… que
si lo estoy consiguiendo es por los ánimos del capitán Riccardo y de todos los
demás. Pero yo… —agachó un poco la cabeza.
—No te preocupes —tranquilizó Samguk.
—Te estaremos apoyándote si nos necesitas, tú —aseguró
Wanli.
—Siempre puedes contar con nosotros —añadió Subaru.
—Sí, me esforzaré más que nunca para acercarme al nivel
del capitán Riccardo.
—¡Nosotros también te animaremos! —exclamó Lucian.
—Pero Arion, tienes que tener en mente que nunca podrás
ser como Riccardo —intervino Estela—. Tienes que ser tú mismo.
—Sí, no hay dos capitanes iguales en este mundo —asintió
Annie—. Di Rigo tiene una forma de dirigir muy distinta a la tuya, al igual que
los entrenadores. El entrenador Sharp es muy distinto al entrenador Evans.
—El caso es que tienes que encontrar tu propio estilo,
como en el juego —siguió Estela—. No te obceques con ser igual que él.
—Muchas gracias, lo tendré presente —agradeció Arion.
—La responsabilidad de ser el capitán es muy pesada, ¿no?
—le preguntó JP.
—Sí, pero este partido con el Monte Olimpo está siendo
muy divertido. Son unos adversarios tremendos, pero todos afrontan el fútbol de
cara. Son un equipo realmente muy bueno.
—Ay, sí… Cómo me gustaría jugar contra ellos —suspiró JP,
sonriendo—. Tienes que esforzarte por mi parte, ¿vale?
Arion asintó.
—Un momento —saltó Aitor—. ¿Qué es eso de alabar al
rival?
—Ah, sí, ya…
—Al contrario, creo que Arion tiene mucha razón —repuso
Ryoma—. Se nota que esos del Monte Olimpo tienen agallas.
En general todos estuvieron de acuerdo.
—La verdad es que no me puedo creer que ese equipo sirva
a las órdenes del gran emperador —comentó Lucian.
Victor reaccionó ante esas palabras, pero se mantuvo en
silencio. Solo Annie se dio cuenta de su gesto, pero se distrajo con un mensaje
que recibió en ese momento.
Arion se quedó pensando. Era cierto. Eran muy buenos y
jugaban con una gran pasión poco propia de un juego regulado. Aunque eso hacía
las cosas divertidas, también las hacía más difíciles. Se notaba el nivel que
tenían y tendrían que esforzarse muchísimo si querían ganarles.
—Arion —llamó Mark—. Es en los malos momentos cuando al
capitán se le necesita de verdad. En esos momentos, es cuando se verá si puedes
apoyar al equipo o no. Es algo muy importante, no lo olvides jamás.
Arion estaba aprendiendo un montón durante esa media hora
de descanso. Agradecía inmensamente todos los consejos que le estaban brindando
sus entrenadores.
—Sí, me esforzaré.
El señor Cinquedea observaba las gradas del Estadio Cénit
desde su lugar privilegiado, a la espera de que el gran emperador Alex Zabel
llegara hasta él. Pero en cuanto las puertas se abrieron, supo que no era él
quien había llegado.
—Creo que alguna vez te lo he contado, ¿no? Me gustaba
tanto el fútbol, que no podía aguantarlo. Lo adoraba, pero nunca podía jugar. Tenía
tanas ganas de jugar que finalmente…
Se quedó en silencio, mirando a la persona que había
entrado. Por su mente pasaron los recuerdos de cuando terminó entre rejas por
robar un mísero balón.
—Por culpa de un absurdo y desafortunado impulso, me
arrebataron el fútbol. Es por eso que no dejaré que a ningún chico le vuelva a
suceder lo mismo, Supreme.
Supreme se colocó justo a su lado, a tiempo para que el
señor Cinquedea volviera a mirar a través del cristal. Segundos después, la
puerta se volvió a abrir.
—El gran emperador, señor —anunció uno de los hombres
trajeados.
—El segundo tiempo va a empezar enseguida. ¿Qué es lo que
ocurre? —preguntó Alex.
—Me has decepcionado, Alex, les has permitido empatar. Al
Monte Olimpo, al equipo que debería ser el símbolo de todo lo que representa el
Sector Quinto.
—Esa es la realidad, señor.
—Primero fue cuando el Raimon comenzó su rebelión. Hay quienes
dicen que en realidad estabas controlándolo todo. ¿Cómo no voy a creer que has
dicho a los jugadores que no se empleen a fondo? —le miró de reojo.
—El Monte Olimpo está dando todo lo que tiene en el
partido. Cuenta con todas las ventajas y habilidades que le ha podido dar el
Sector Quinto. Sin embargo, lo que sucede es que el Raimon es otro equipo
excelente que no se da por vencido.
El señor Cinquedea sonrió peligrosamente mientras
preguntaba:
—¿Pretendes decir que el Monte Olimpo y el Raimon están
igualados, Alex?
—Digo que es un encuentro donde el fútbol regulado y el
libre han puesto todo lo que tienen. Si no, está claro que no podría encontrar
la auténtica respuesta. Por lo tanto, el Monte Olimpo es capaz de ganar este
partido. Entonces no tienes nada de qué preocuparte porque pondré todo mi
empeño y fuerzas para el bien del Sector Quinto, como tu servidor más leal.
—¿La respuesta? Eso ya ha sido resuelto —el señor
Cinquedea se giró para anunciar—: Alex Zabel, quedas relevado de tu puesto de
entrenador del Monte Olimpo.
—¿Eh? —Austin Hobbes fue el único en reaccionar.
—A partir de ahora, yo daré las órdenes del equipo.
—Entendido.
—¡Pero además con los jugadores que yo mismo he preparado…!
Con esa noticia, Alex sí reaccionó de verdad.
—¡El Monte Olimpo renacerá como un equipo completamente
nuevo…! —anunció con gran satisfacción.
—¿No consigues comunicar con Mark? —preguntó Xavier.
En cuanto habían conseguido romper toda la seguridad de los
archivos del Dragon Link, Xavier, Jordan y Yuuto se habían apresurado a ir
hasta el Estadio Cénit lo más rápido posible para decírselo a Mark y a los
demás. Estaban yendo con el descapotable azul de Xavier a la máxima velocidad,
pero el estadio quedaba bastante lejos.
—Es posible que ya hayan salido al campo —Jordan colgó
con cierta frustración al escuchar de nuevo el contestador automático.
—Tampoco me lo coge ninguna de ellas —maldijo Yuuto.
—Es raro que ninguna lo coja —comentó Jordan—. Tal vez
hayan hecho algo con la señal en el estadio.
—Xavier, aprieta el acelerador. Tenemos que llegar antes
de que…
—¡Mirad! —interrumpió Jordan, señalando hacia el cielo.
—¿Eh? ¿Qué le pasa al Estadio Cénit? —se sorprendió Yuuto.
A lo lejos, el Estadio Cénit para estar creciendo a cada
segundo que pasaba, en dirección al cielo.
—¡¿Pero esto qué es?! ¡El Estadio Cénit, donde nos
encontramos, está cambiando de forma! ¡Para este segundo tiempo de la final del
torneo Camino Imperial, que tiene lugar entre el Monte Olimpo y el instituto
Raimon, el Estadio Cénit se ha levantado hacia arriba como si fuera una especie
de rascacielos! —el comentarista se detuvo en cuanto a alguien le pasó un
comunicado escrito, el cual leyó por encima antes de gritar—: ¡¿Qué…?!
¡Disculpen, damas y caballeros, aquí tengo la información de los cambios! ¡El
Monte Olimpo ha decidido cambiar a todos sus integrantes! ¡De los jugadores al
entrenador! ¡En cualquier caso, se dice que este cambio de jugadores está
autorizado por el artículo quinto del reglamento juvenil que permite al Sector
Quinto cambiar las reglas!
—¡¿Pero qué cojones es eso?! —gritó Guille,
indignadísimo.
—Han visto que no estaban ganando y han cambiado al
equipo al completo —dijo Yeidi.
—Lo peor de todo es que se sacan las reglas del culo y
siempre a su favor —bufó Andrea.
—Es lo que tiene haber escrito tú mismo las reglas del
torneo —habló Tris.
—Pero… si han cambiado al equipo completo… ¿Qué pasará
con los verdaderos jugadores del Monte Olimpo? —se preocupó Esther—. ¿No les
habrá pasado nada malo?
—Deberías preocuparte por los nuevos que han puesto —objetó
Rubén—. Ni siquiera sabemos nada de ellos.
—¡En el puesto de entrenador, en lugar de Alex Zabel
estará Gyan Cinquedea! ¡Y además…! ¡Cielos! ¡El once que entra en el campo no
ha jugado ningún partido oficial hasta ahora mismo!
—¿Y quién es ese Gyan Cinquedea? —se preguntó Saki—.
¿Alguien tiene alguna idea?
—Estoy intentando mirar en internet, pero… está pasando
algo extraño. No tengo cobertura —se extrañó Joss.
—Yo tampoco —coincidió Einar—. Pero cuando he entrado, sí
que tenía.
—El Sector Quinto ha hecho algo a las comunicaciones de
nuestros móviles —Greg frunció el ceño—. No quieren que nos comuniquemos con el
exterior.
—¿Pero por qué? —preguntó Angy—. ¿Qué necesidad hay de
aislarnos?
—¿Y si se han enterado de que la Resistencia ha estado
hakceando su sistema? —se le ocurrió decir a Kai.
—Está claro que lo deben de saber —replicó Hikari—. Pero a
lo mejor… han descubierto algo muy gordo y querían decírnoslo, ¿no?
—Pero ya es demasiado tarde, creo —dijo Danny—. Tal vez
lo que nos querían decir era la última baza del Sector Quinto: sustituir al Monte
Olimpo entero.
—Eso denota una gran falta de confianza en el gran
emperador —señaló Ana.
—Entonces eso solo puede significar una cosa… que Axel
siempre estuvo del lado de la Resistencia, ¿no? —dedujo Eris.
—Así que era un infiltrado dentro del Sector Quinto para
controlar la organización desde dentro. Pero… —Sakura frunció el ceño—. Le ha
salido el tiro por la culata y ahora es ese tal Cinquedea quien ha tomado las
riendas.
—¿Y Fourseasons y los otros? —preguntó Arion.
La llegada de aquellos jugadores desconocidos había
conmocionado a los del Raimon. Muchos miraron a Victor en busca de respuestas,
pero Blade estaba igual de sorprendido que ellos. No tenía constancia de ese
equipo nuevo.
—Y yo qué sé —respondió el capitán, con el uniforme de
portero—. Nosotros somos el Dragon Link, el equipo supremo que dirige a todos
los demás desde la cima del Sector Quinto.
—¿Dragon Link…?
—Nuestro fútbol no se parece en nada a lo que vosotros
conocéis —tenía una sonrisa condescendiente—. Preparaos…
—¿Y eso qué demonios significa? —saltó Aitor.
—Nosotros, el Dragon Link, vamos a enseñaros de una vez
por todas lo que es de verdad el Sector Quinto —el capitán los miró con
superioridad.
—¿Eso qué quiere decir?
—No hay más que explicar, el Sector Quinto y el gran
emperador…
—Yo creé el Sector Quinto —una voz interrumpió a Arion.
Un hombre trajeado de blanco y de pelo rosa llegó hasta
ellos, seguidos de una persona oculta debajo de una capa con capucha.
—Padre… —murmuró el portero.
—¡Pero si usted es…! —Arion quedó estupefacto.
Era el mismo hombre del parque que le dijo muchas cosas
raras.
—Así que ha metido a su propio hijo en el equipo, ¿no?
—Supreme también está aquí —sonrió el capitán.
—¿Supreme…? —murmuró Samguk—. Un momento… ¿No es esa
persona que salió durante la ceremonia de inauguración de la fase nacional?
—¿La que se dijo que había entrenado a los mejores
jugadores de todo el país? —recordó Eugene.
—Y también la única que puede anular a los invocadores —Victor
frunció el ceño.
El capitán del Dragon Link sonrió con satisfacción al ver
que se le reconocía los méritos a Supreme.
—Solo unos pocos afortunados con las circunstancias propicias
pueden jugar al fútbol y llegar a profesionales —fue lo que dijo Gyan Cinquedea—.
Pero cuando yo era un niño, ni siquiera tuve derecho a jugar.
—Es cierto. Por culpa de un solo balón, a mi padre le
arrebataron el fútbol de su vida.
—Arrepentido de mi delito, decidí crear el Sector Quinto
para que todo el mundo pudiera aprender y jugar al fútbol por igual —Gyan
miraba directamente a Arion, que lo desafiaba con la mirada—. El fútbol
necesita ser regulado.
—¡No es verdad! ¡Y se lo demostraremos ganando hoy este
partido! —saltó Arion.
—Eso me gustaría verlo, Arion Sherwind. Hoy será el día
en que el Raimon sufra una derrota aplastante ante el Sector Quinto. Así verás
que hay fuerzas con las que no puedes luchar por mucho que lo intentes.
—¡Y bien! ¡Esta es la nueva alineación del Monte Olimpo! —en
los enormes pantallones del Estadio Cénit se pudo ver el pictograma de los
nuevos jugadores—. ¡Su capitán es Quentin Cinquedea, que ocupa el puesto de
portero!
En el banquillo del Raimon, todos los adultos miraban en
dirección a la zona del Monte Olimpo. El nuevo entrenador se había sentado al
lado del gran emperador.
—Axel… —suspiró Mark.
—Parece que el gran emperador ha sido expulsado de su
puesto por Gyan Cinquedea —comentó Jude.
—¿Pero por qué le ha echado como entrenador? —preguntó
Celia.
—Porque Axel… no estaba intentando controlar el fútbol —respondió
Mark—. Él quería protegerlo.
Celia y Estela quedaron estupefactas.
—Axel se convirtió en gran emperador para tener
controlado el Sector Quinto y a Gyan Cinquedea.
—¿Axel hizo eso? —Celia no se lo podía creer.
—Así es —dijo su hermano—. Durante un tiempo estuvo
dudando si en poder decidir entre el fútbol regulado y el fútbol libre.
—Pero…
—No os preocupéis —Mark les miró—. El viento de la
revolución que hemos logrado no puede ser detenido de ningún modo.
—Me pregunto cómo logró llegar hasta tal puesto sin que
nadie le descubriera —dijo Estela—. Si lo que decís es cierto, entonces las
consecuencias para él… ¿Y si le hacen algo?
—Estamos nosotros aquí —sonrió Jude—. Todos sus amigos
están aquí y no dudarán en protegerle.
—Ya, pero…
—Ahora hay que centrarse en el partido —interrumpió Mark—.
Las cosas se han complicado más de lo pensado, pero ganaremos. Conseguiremos
liberar al fútbol y a Axel.
—¡Empieza el segundo tiempo! ¡¿Conseguirá el Raimon
mantener el impulso ganador del primer tiempo?! ¡¿Qué es eso?! ¡Pentona ha
lanzado un paso largo donde no hay nadie! ¡Gabi lo recibe con el pecho sin salir
de su asombro! ¡¿Se habrá tratado de algún fallo en el tiro?! ¡El Monte Olimpo
se desentiende del ataque y decide reforzar su línea defensiva!
—Pero esta gente…
—¿En qué están pensando?
—Bueno, pues habrá que ir al ataque, ¿no? —se encogió de
hombros Adé.
Con cautela, subieron para atacar. Arion ordenó que el
balón le llegara el balón a Adé Kébé. A su lado también corrían Victor y Ryoma
hasta la primera línea defensiva del Dragon Link. A pesar de haber dicho lo que
había dicho, a Adé le estaba dando muy mala espina todo aquello. Ryoma pidió el
pase.
—¡Bien! ¡Seré yo en persona quien marque el gol de la
victoria!
—No pasarás de aquí —sonrió Quinque Flores antes de
gritar—: ¡Peón Blanco!
Lo peor de todo no fue que el delantero invocara a su Espíritu
Guerrero, sino que también lo hicieran a la misma vez los otros tres
delanteros. Todos con el mismo Espíritu Guerrero.
—¡Oh, pero qué es esto que veo! ¡De repente, los cuatro
jugadores del Monte Olimpo han sacado un Espíritu Guerrero a la vez! ¡Esto es
asombroso! ¡Menudo espectáculo!
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La primera sorpresa
que da el Dragon Link nada más entrar al campo son sus cuatro delanteros
invocadores. Si las sospechas resultan ser ciertas, lo más probable es que no
sean los únicos del equipo con Espíritus Guerreros. ¿Qué hará Arion para
afrontar esta inesperada situación? ¿Logrará actuar como el capitán que necesita
el Raimon? ¿O sucumbirá ante la desesperación?
Si lo queréis
averiguar, no os perdáis el próximo capítulo: HÉROES
¡¡¡Esto es fútbol
al rojo vivo!!!
¡Os deseo unas muy felices Navidades! \(^-^)/
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