CAPÍTULO 13- EL CAMBIO DE RUMBO


Silvia se dejó caer en el asiento, con la cara tapada. Rubén se pasó las manos por el pelo y después las apoyó sobre sus rodillas, con el corazón latiéndole a mil por hora.
—Victor ha… ha quitado de en medio a Arion… —Annie todavía estaba procesando lo sucedido.
—Le ha salvado… ¿Pero por qué? —Guille acarició dos veces la espalda de Rubén para que se tranquilizara.
—Bueno, parece que algo de conciencia tiene este chaval —Andrea estaba abrazando a Silvia mientras miraba con gravedad la situación.
Einar se limitó a intentar leer el ambiente en la zona de juego. Victor se veía cabreado con el capitán del Poderosa Fe, con Arion tirado en el suelo y sin levantarse todavía. Como de costumbre, el árbitro no había visto una mierda.
A la misma vez, Saki y Ken compartían una mirada cómplice. Creían saber por qué Victor había actuado de esa manera.
—¡Gol! ¡Es alucinante! ¡Victor Blade, que había marcado en propia puerta, ahora se ha resarcido marcando el gol del empate! ¡Y suena el silbato! ¡El primer tiempo termina con empate a uno!
—¿Eso no se considera traición? —preguntó Einar, bastante sorprendido.
—¿Podremos bajar a ver a los jugadores? —Joss miraba la mejor forma de poder bajar de las gradas lo más rápido posible.
 
—¡Arion! ¿Estás bien? —Silvia logró pillar al chico de camino al vestuario y lo abrazó con fuerza—. ¿Estás bien? ¿Te duele algo?
—¡T-tía Silvia, tío Rubén…! —se mostró sorprendido y abochornado por la situación—. Eh… Sí, sí, estoy bien, ¿qué pasa?
—¿Que qué pasa, chaval? ¡Menudo susto nos has metido…! —reprochó Rubén.
—¿Puede ser que de verdad no se haya enterado de las intenciones del otro equipo…? —murmuró Estela a Celia.
—Parece ser que no —contestó la maestra.
Rubén buscó con la mirada a Victor y le miró con cierta seriedad. Victor se limitó a mirar hacia otro lado, no dispuesto a lidiar con los reproches de algún amigo de Arion.
—Gracias —fue el escueto agradecimiento de Rubén antes de centrarse de nuevo en Arion.
Saki y Ken hablaban con Mark, dejando que los demás jugadores fueran al vestuario. Skie se apresuró a poner una gasa con agua en el pie de Arion, por si las moscas.
—¿Te duele mucho, Gabi? —Joss miraba el tobillo del pelirrosa—. Andrea, ven, mira a ver.
—¿Es doctora?
—No, soy veterinaria —respondió con una sonrisa, inspeccionando su pie.
Gabi y Riccardo compartieron una mirada de incredulidad y resignación.
—Está claro que esto se te pondrá más grande todavía —concluyó Andrea—. Ahora lo que tienes que hacer es ponerte hielo y no moverlo. No vaya a ser que se ponga peor.
—En esta situación, el segundo tiempo es una locura. Lo siento mucho, Gabi.
—No te preocupes, Riccardo —le sonrió, sabiendo lo que estaba pensando—. No ha sido culpa tuya.
Joss miró a Rosie, que también estaba mirando la situación.
—Bueno, pero no es muy grave, ¿no? —intervino Joss con una sonrisa, mirando a Andrea—. Eso en un par de días estará bien, ¿verdad?
—Esperemos que sí. Aunque tal vez sean un par de semanas, para evitar una lesión más grave.
—Chicas, es mejor que salgáis ya —dijo Celia—. No podéis estar aquí como si nada. Ni siquiera dejan pasar a los padres de los jugadores.
—Pues ya ves que a nosotros sí —se burló Annie con una sonrisita.
—Ni siquiera sé cómo lo habéis hecho —sonrió Estela—. Pero es mejor que os vayáis ya, antes de que nos regañen a todos.
—¡Ánimo en el segundo tiempo! —animó Einar antes de salir.
 
—¡Dentro de poco comenzará el segundo tiempo! Los equipos se han situado en sus posiciones.
—Ahora con Victor de nuestro lado, todo será más fácil, ¿no? —especuló Andrea.
—Parece que ha recapacitado. Esperemos que vaya para bien este partido —asintió Guille.
—Pero ahora tienen un jugador menos, por desgracia —comentó Joss—. Con Gabi lesionado, no hay nadie quien le sustituya.
—¿Eh? Un momento —Annie parpadeó varias veces—. ¿Qué demonios estoy viendo?
—¿Qué es esto? —Charley Horse no pudo evitar mostrarse perplejo—. ¡La formación del Raimon es increíble…! ¿Qué hacen Subaru, Michael, Adé, Wan-Chang y Eugene en fila y pegados a las bandas? ¿Pero qué está pasando aquí?
—No van a jugar —gruñó Einar, muy decepcionado y frustrado.
—Les están dejando vía libre a los del Poderosa Fe —se asombró Saki.
—Han visto el juego sucio del rival y prefieren no meterse en medio —añadió Ken—. No importa que ahora Victor también esté de su parte.
—¿Entonces van a ser cinco contra los once jugadores? —Rubén casi que no quería creérselo—. ¿Pero qué locura es esta? ¿Qué mierda de fútbol y de equipo es este? Este no es el Raimon que yo conocí —ladró en español.
—¡El Raimon saca de centro! ¡Empieza el segundo tiempo! Recordemos que el resultado es de empate a uno. ¿Cuál de los dos equipos marcará el gol que deshará el empate? ¡Atención, que Victor Blade sale disparado! ¡Con unos movimientos magistrales, Victor consigue colarse hasta el punto de penalti! ¡Es el Proyectil Letal de antes…! ¡Oh, increíble! ¡El Espíritu Guerrero del portero Aum Nirvana, Titán Goliath, ha detenido el tiro!
—Mierda, ¿ese también era un imperial? —maldijo Annie.
—¡El de los moñitos también tiene un Espíritu Guerrero…! —Guille se quedó pasmado.
—Ilusionista Trickster… —repitió Andrea el nombre—. ¿Es posible que hayan tres imperiales en un mismo equipo?
—¿Y el capitán? No me digas que él también se sacará uno de esos del culo —resopló Joss.
—¡Y con la supertécnica del Espíritu Guerrero, Caja de Sorpresas, Maxim Millennium consigue marcar gol! ¡El Poderosa Fe deshace el empate! ¡Apenas ha comenzado el segundo tiempo, pero el Raimon ya se ve detrás con un dos a uno!
—Otra vez nos han vuelto a marcar… —se deprimió Rubén.
—Pero chicas, mirad a los dos invocadores —señaló Einar.
—Parecen algo cansados —observó Ken.
—Pero Victor no estaba así de falto de aire cuando ha invocado su Espíritu Guerrero las otras veces —se sorprendió Andrea.
—¿Eso quiere decir que esos dos no tienen tanta resistencia como Blade? —Guille lo rumió.
—Tal vez no sean tan buenos como él —dijo Joss.
 
—¡El partido se reanudará con el balón en poder del Raimon! ¡El marcador está dos a uno a favor del Poderosa Fe! Sin embargo, Michael y los otros siguen inmóviles en las bandas. ¿Piensa el Raimon seguir con esta estrategia? ¡El árbitro hace sonar el silbato y el Raimon avanza a terreno rival pasándose entre ellos!
—¡Victor…! ¿Quiere volver a atacar él solo? —se sorprendió Gabi.
—Me extraña ese cambio de actitud tan radical… —murmuró Estela—. Me pregunto qué le habrá hecho cambiar de opinión.
—¿No ha sido por el intento de romperle la pierna a Arion? —dijo Celia—. Parecía muy encolerizado al darse cuenta. Incluso lo ha evitado. Pero ahora tenemos que ver cómo se comporta después del partido.
—Claro, seguramente tenga represalias por haber desobedecido al Sector Quinto —recordó la profesora de piano—. ¿Eso quiere decir que es un traidor?
—No creo que a los imperiales les haya hecho gracia. Mira, ¿ves? Tenía razón —señaló Celia—. Lo tienen rodeado y completamente aislado.
—¡Atención! ¡Parece que Victor no ha sido capaz de controlar el balón y ha salido volando por los aires!
Y una mierda, eso ha sido adrede —maldijo Estela, chasqueando la lengua.
—Ahora van a por él… Y el árbitro sigue sin decir nada…
—Madre de Dios, ¿qué ha sido eso? —Jade alucinó con la vuelta que había hecho en el aire mientras controlaba el balón.
—Pero vuelve a estar rodeado de nuevo… —dijo Skie.
Riccardo logró deshacerse del jugador que le marcaba y se pudo ver que le decía algo al imperial. Estaba claro que pedía que colaboraran juntos para poder derrotar al Poderosa Fe juntos.
—Vamos, Victor, pásaselo —instó Gabi, metido de lleno en el partido como si todavía siguiera jugando.
—¡Lo ha hecho! —sonrió Celia.
 
—¡Esto no significa que os considere compañeros!
—¡Claro! —el capitán sonrió, corriendo—. ¡Arion!
Dos jugadores del Poderosa Fe se fueron detrás del novato, realizando su supertécnica combinada llamada Carga de Elefantes. Al pobre Arion lo dejaron chafado y tirado en el suelo, como si le hubieran pisoteado de verdad esos mamíferos.
—¡El Poderosa Fe reacciona y sale al ataque! ¡Acme Rapture sube como una exhalación hacia el campo rival! Como no consigan defender la portería, la diferencia de goles hará que el Raimon lo tenga difícil para poder remontar. ¡Rapture supera a Jean-Pierre sin demasiadas complicaciones, pero al paso le viene Arion Sherwind! ¡Pero con un magnífico truco, se deshace de Arion y el balón le llega a su delantero, Millennium! ¡Es el capitán Riccardo Di Rigo quien se adelanta para cortarle el avance! ¡Pero con tan solo cuatro jugadores moviéndose de verdad, el Raimon está en desventaja y es ahora cuando se demuestra! ¡Ultima Nextworld sube al ataque, totalmente desmarcado y con una gran oportunidad de tirar a puerta! ¡Y se hace con el balón!
—¡Bomba Saltarina!
—¡No dejaré que entre! ¡Parada Ardiente!
—¡Dios mío! ¡Samguk ha logrado despejar el balón, pero el ataque del Poderosa Fe aún no ha terminado! ¡Limbo remata de nuevo…! ¡Logra pararla de un puñetazo! ¡Pero Rapture atrapa el rebote y tira de nuevo! ¡Sin embargo, ahí está Samguk Han para detenerlo otra vez! ¡Nextworld lo intenta de nuevo! ¡Impresionante, qué tormenta de tiros y qué desempeño tiene el portero del Raimon! ¡La ofensiva del Poderosa Fe continúa sin descanso! ¡Cielos, por fin ha conseguido atrapar el balón entre sus brazos!
 
De pura inercia, Gabi se levantó, apoyando su pie lesionado.
—Gabi, no —Skie le retuvo—. Si sales a jugar con el pie en ese estado, no podrás volver a jugar al fútbol nunca más.
—¡Claro, eso ya lo sé…! Pero no puedo quedarme…
—¿Eh? ¿Jade, a dónde vas? —preguntó Estela al verla salirse del banquillo.
—¡Eh, vosotros…! ¡¿Es que no sentís nada al verlos jugar al fútbol?! —vociferó con todas sus fuerzas—. ¡Sé que os preocupa todo eso del Sector Quinto y todas esas cosas! ¡Pero aun así, ellos siguen siendo vuestros compañeros de equipo!
Los aludidos se sorprendieron por dichas palabras, mirando cómo Riccardo, JP y Arion asistían a Samguk en la portería.
—¡Habéis jugado juntos, comido juntos! ¡Habéis compartido muchas cosas juntos! ¡Ahora vuestros compañeros están ahí, dejándose la piel para defender el fútbol del Raimon y vosotros ahí…! ¡¿Es que no sentís nada?!
—Jade… —Celia estaba sin palabras, igual que las demás gerentes.
Gabi intentaba descifrar las expresiones de sus compañeros, por si había habido algún cambio. Pero claro, era algo difícil de averiguar si todos miraban hacia el suelo o hacia otro lado.
 
—¡El Raimon sigue con su estrategia de no usar a cinco jugadores para defender su campo! ¡Utopia hace un paso alto y le llega el balón a Milennium, con el campo totalmente despejado para poder tirar a puerta!
—¡Tira con tu Espíritu Guerrero! —le gritó su capitán.
Si lo hacía, los del Raimon estarían jodidos. Remontar sería casi imposible teniendo en cuenta que tan solo eran cuatro jugando. Los compañeros de Samguk intentaron parar al delantero, pero los jugadores del Poderosa Fe lograron marcarles bastante bien.
—¡Voy a parar tu tiro sea como sea! ¡Lo pararé aunque me deje hecho pedazos!
—¡Ilusionista Trickster!
Gabi sabía que Samguk no sería capaz de pararlo en su estado. Estaba demasiado machacado como para tener oportunidad. Estela tenía ganas de saltar al campo y detener aquella locura. Las gerentes miraban con angustia.
—¡A Todo Vapor!
—¡I-increíble…! ¡Subaru Honda le ha robado el balón a Millennium usando su supertécnica A Todo Vapor! —Charley Horse estaba impresionado por tantos acontecimientos, por tantos giros.
—¿Esa era su supertécnica? —Skie estaba sin palabras.
—Mola mucho —reconoció Jade.
Rosie estaba satisfecha por haber podido capturar a tiempo ese épico momento.
 
Los compañeros del Raimon se alegraron de la acción del veterano. Mientras tanto, Millennium se levantaba como podía, después de ser lanzado por los aires. Era como si le hubiera arrollado un tren de verdad.
—Se acabó lo de dejaros hacer lo que os venga en gana —le dijo al chico de moños—. Y me da lo mismo contra quién nos enfrentemos, defenderemos nuestro fútbol porque es nuestro.
—¡Oye, Adé! ¡Nosotros también vamos! —Wanli estaba motivadísimo.
—Esto no podía seguir mucho tiempo, así están las cosas —se rascaba la cabeza con resignación el mencionado.
—¿Qué? ¿Vais a ir? —Eugene se vio de sopetón solo—. Ale, yo también.
—¡Es genial! —Riccardo estaba emocionado—. Parece que por fin han reaccionado.
—¡Los veteranos…! —Arion rió lleno de excitación.
—¡Vamos allá, chicos! —animó Subaru—. ¡El partido de verdad acaba de empezar…!
—¡Sí!
—¡Vamos a demostrarles cómo juega el Raimon al fútbol!
Estela abrazaba con fuerza a Celia, ambas saltando de alegría.
 
—¿Comienza el contraataque del Raimon? ¡Arion Sherwind sube por el campo regateando! ¡Con su Brisa Deslizante, se deshace de Limbo! ¡Adé recibe el pase y sigue con el ataque! ¡Zenith Shangrila se interpone en su camino!
—Vaya, ahora sí que están jugando de verdad —silbó Annie.
—Por fin esto va a alguna parte —sonrió Guille, chocando las palmas con Andrea.
—¡Shangrila es regateado por el Remolino Acuático de Adé Kébé! ¡Pero el Poderosa Fe roba el balón! ¡Este partido se ha convertido en un duelo como jamás habíamos visto! ¡Ningún jugador está dispuesto a retroceder, pero queda muy poco del segundo tiempo! ¿Terminará el partido con el dos a uno que tenemos ahora?
—¿No es algo irónico ver esto? —Joss sonrió, cruzándose de brazos—. ¿Acaso no se están dando cuenta de que están jugando al fútbol de verdad?
—Claro, al intentar derrotar al Raimon a toda costa, están dando todo de sí y por consiguiente, jugando al verdadero fútbol —Saki se rió.
—Creo que ni siquiera ellos son conscientes —comentó Ken.
—Ahora no juegan sucio, qué raro —murmuró Einar—. ¿Será que de verdad saben jugar limpiamente?
—El poder del fútbol —dijo Andrea burlescamente.
—Lo primero es empatar. Luego, ganar —Rubén estaba muy concentrado—. ¡Vamos, chicos, vosotros podéis!
—¡El Poderosa Fe lleva su balón a su delantero! ¡Pero se topa de lleno con La Gran Muralla de Wanli! ¡Oh! ¡Beyond va directo al balón, pero Michael está ahí y no se mueve para nada!
 
—¡Vamos, pásasela de una vez! —chilló Estela con todas sus fuerzas.
—¿Michael todavía sigue sin querer jugar? —preguntó Rosie con preocupación.
—¡Se la ha pasado! —Jade se levantó de la pura emoción—. ¡Bien hecho, Michael!
—¡Vamos, Victor! —gritó Gabi, viendo que subía.
—¡Aum Nirvana se prepara para sacar su Espíritu Guerrero y defender la portería! ¡Victor también saca el suyo, el Caballero Lancelot! ¡Es Espíritu contra Espíritu! ¡Y ahí va la supertécnica del Caballero Lancelot, Estocada de Lancelot! ¡Pero Nirvana no se queda atrás, porque utiliza también su supertécnica Escudo Guardían! ¡Las dos colisionan! ¡Menudo choque de supertécnicas!
Estela no se cortó ni un pelo en animar a Victor, cosa que después las gerentes se unieron y empezar a gritar por Blade para darle fuerzas.
—¡Lancelot ha partido el escudo de Goliath! ¡Y Nirvana termina dentro de la portería! ¡Gol! ¡Segundo gol del Raimon! ¡Han conseguido empatar!
—Todavía se puede —Estela reía como una loca, zarandeando sin miramiento alguno a Celia.
 
—Si le viera jugar… —Saki sonreía.
—Estaría muy orgulloso de él, sí… —asintió Ken, dándole la razón a su novia.
—Joder, qué gol más espectacular —comentó Andrea.
—Ahora es el momento clave —Einar estaba concentrado—. El portero está cansado. No es tan fuerte como Victor. Si le atacan de nuevo con un Espíritu Guerrero…
—¡Ya no podría pararlo…! —completó Rubén, totalmente motivado.
—Riccardo podría intentarlo de nuevo —dijo Annie.
—Ese gol ha motivado demasiado a los chicos, mirad —Joss daba palmas de la alegría que sentía—. Joder, me están dando ganas de volver a jugar al fútbol.
—¡Mirad, el capitán está dentro del área de penalti! —señaló Guille—. ¡Vamos, vamos!
—¡Nirvana intenta una vez convocar a su Espíritu Guerrero pero se ha quedado sin fuerzas! ¡Riccardo chuta con su Pentagrama…! ¡Gol, gol! ¡El Raimon marca su tercer gol! ¡Han conseguido remontar el marcador! ¡Y ha sido en el ultimísimo segundo, porque ahí está el pitido del árbitro, dando por finalizado el partido! ¡El Raimon ha derrotado al Poderosa Fe tres a dos y pasan a la semifinal del torneo Camino Imperial!
Toda la grada retumbó, celebrando la victoria. Otros tantos, se lamentaban por ver perder a su equipo favorito.
 
—¡Ganamos! —Estela chilló, antes de lanzarse sobre la espalda de Mark.
—¡Cuidado! —Celia no tenía más remedio que reírse.
—¡Lo han logrado! ¡Mark, están en la semifinal!
—¡Sí! —el entrenador también se rió, dejando con cuidado a la peliazul en el suelo—. Vamos a felicitarles.
Mark se fue al centro del campo, donde todo su equipo se dio cuenta de que se acercaba.
—¡Bien hecho, equipo! —felicitó con una sonrisa—. Esta victoria es la primera que hemos conseguido con el esfuerzo de todos. Si unimos nuestras fuerzas, no hay nada imposible. ¡Ahora, a seguir trabajando para conquistar el torneo Camino Imperial!
—¡Sí!
 
Cuando todo el mundo comenzó a abandonar el estadio, Joss y Estela se ofrecieron a llevar a Gabi al hospital para que le miraran el pie. Riccardo no dudó ni un segundo en acompañarles. Silvia y Rubén felicitaron efusivamente a Arion y a los demás, invitando a JP y a Skie a cenar en sus apartamentos. Una celebración estaba pendiente. Los demás adultos se fueron a festejar con Mark y Celia la primera victoria como equipo del Raimon. Bueno, también a recordar viejos tiempos.
Mientras tanto, Saki y Ken decidieron irse derechos al hospital para contarle a Vlad cómo había estado el partido. No habían podido hablar ni ver a Victor de camino a los vestuarios, aunque tampoco estaban seguros de que el chaval quisiera verles después de su comportamiento en el campo.
—¡Eso es genial! —la sonrisa de Vlad era brillante—. ¿Y ya se sabe cuál será su rival?
—Todavía no —respondió Ken, más tranquilo que su novia.
—¡Ah…! ¡Pero fue tan épico…! —Saki se había emocionado demasiado mientras se lo contaba—. De verdad, el Espíritu Guerrero de tu hermanito es una pasada. ¡El Caballero Lancelot partió por la mitad el escudo del Titán Goliath!
—Me habría encantado tanto verlo… —murmuró con cierta envidia.
—Si siguen así, puede que en la final puedas ver a Victor jugar por la televisión —comentó Ken.
—Eso estaría aún mejor. Ah, hola, Victor. Felicidades por la victoria, hermano.
Saki y Ken se giraron, encontrándose a un Victor bastante incómodo por sus presencias.
—Me estaban contando lo bien que has jugado hoy. ¿Algún día podré verte jugar?
—¿Eh? Claro… —sonrió levemente, intentando que no notara nada extraño.
—Bueno, supongo que quieres repetirle tus hazañas a Vlad, así que nosotros nos vamos por esta noche —sonrió Saki, levantándose—. Nos vemos, chicos.
—Suerte en las semifinales —le dijo Ken a Victor, mirándole directamente a los ojos.
En cuanto ellos dos cerraron la puerta, el más joven de los hermanos se volvió a levantar de nuevo.
—¿Qué ocurre, Victor?
—Nada, voy a por un refresco. Ahora vengo.
—Intenta no tomar nada de cafeína, luego no podrás dormir —le sonrió.
Victor asintió y reprimió sus impulsos de salir corriendo de la habitación. El chaval consiguió alcanzar a la pareja de voluntarios a punto de coger el ascensor.
—¡Esperad…! —se detuvo a una distancia algo prudencial—. ¿Podemos…? ¿Podemos hablar…?
Salieron a una de las terrazas del hospital, donde podrían tener más intimidad para hablar.
—¿Y bien? —Saki le sonrió con dulzura, viendo que estaba nervioso.
—Eres un imperial —dijo Ken con contundencia.
—Sí —respondió Victor sin vacilar.
—¿Sabías que estábamos viendo el partido? —preguntó Saki.
—Sí.
—¿Y no te preocupaba que le dijéramos algo a Vladimir? ¿O debemos suponer que sabe que trabajas para el Sector Quinto? —Ken miraba al chaval con una mirada bastante seria.
—Vlad no sabe nada de todo esto. Y me gustaría que así siguiera.
—¿Entonces no debemos decirle que salvaste a Arion de una lesión de pierna? —habló Saki.
Victor se quedó en silencio.
—¿Por qué lo hiciste? —siguió preguntando el mayor—. ¿Por qué no dejaste que ese chico le rompiera la pierna a Arion? Habría sido todo mucho más fácil. Gabi estaba lesionado también. Se habrían quedado con ocho jugadores, con tan solo dos jugando de verdad más el portero.
El imperial se quedó en silencio, recordando las palabras del capitán del Poderosa Fe. Luego, les dijo con fiereza:
—No me arrepiento para nada de haber destruido el fútbol de esos idiotas.
La pareja de novios se dio cuenta de que había un pero rondando por la cabeza de Victor. Uno que no tenía intención de exponer verbalmente.
—Victor.
El mencionado se dio la vuelta.
—Ah, eres tú.
—Dale recuerdos a tu hermano entonces —sonrió Saki alegremente—. Nos gustaría poder pasarnos personalmente, pero ahora mismo vamos justos de tiempo. Buenas noches.
Al pasar por al lado de aquel hombre trajeado y con cara de malas pulgas, Ken miró de reojo a Victor. En cuanto se perdieron de vista, Saber Sabel habló:
—Quiero que vengas conmigo, Victor.
 
 
 
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Tras ver las supertécnicas tan geniales que tienen los veteranos del equipo, JP decide que él no puede ser menos y quedarse atrás, por lo que se propone crear una para él. Con la ayuda de un Raimon renovado, JP tendrá que pasar penurias para poder obtener una. Y para darle más salseo al asunto, se sabrá quién será el próximo rival a batir. ¿Logrará JP tener una supertécnica antes de la semifinal?
Si lo queréis averiguar, no os perdáis el próximo capítulo: ENTRENAR, ENTRENAR Y ENTRENAR
¡¡¡Esto es fútbol al rojo vivo!!!


Siempre que termino de escribir un capítulo, me entra sueño y tardo más en corregirlo xD Será que toda mi energía se queda drenada tras escribirlo :v



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