DECIMOSEXTO ESPECIAL DE NAVIDAD


Hurley estaba inquieto ese día. Tal vez era porque desde noviembre no había podido surfear ni una sola vez. Si no quería ir de cabeza al hospital con una hipotermia del copón, claro. Y con las mismas tampoco podía estar mucho tiempo fuera jugando al fútbol por el frío. Aunque al menos podía jugarlo. Ese era su consuelo.
Normalmente, hacer deporte le ayudaba a distraerse de los estudios o de la morriña que sentía al no tener a su novia cerca. Era toda una putada que él estuviera en la universidad y Kai en bachillerato. Los problemas de tener tres años de diferencia. Tampoco ayudaba que no tuvieran demasiado tiempo para charlar. No quería distraerla demasiado de sus estudios.
Como estaba aburrido en su casa un viernes por la tarde, decidió trastear un rato con el móvil, mirando las redes sociales, respondiendo algún chat pendiente y borrando mierda que ocupaba espacio en el trasto. Fue entonces cuando vio de nuevo la imagen que había enviado Annie al grupo. La foto del reto del mes de Navidad. Aquel día era diecisiete y tan solo ponía: «foto de una estrella fugaz».
—¿Una estrella fugaz? —Hurley arqueó una ceja—. ¿Cómo se supone que vamos a fotografiar una maldita estrella fugaz? —entonces suspiró—. Delirios de una loca.
Dejó el móvil a un lado y se quedó mirando hacia el techo como un tonto. Estaba realmente aburrido. Quería llamar a Kai pero seguramente estaría en mitad de las clases. Rodó hacia un lado haciendo la croqueta y cerró los ojos. Si no podía hacer nada más, al menos dormiría durante un par de horas. Por la noche podría desvelarse viendo la televisión o con alguna otra cosa.
Despertó pasadas las nueve de la noche. En cuanto miró el móvil, lo primero que leyó fue la contestación de Kai desde el otro continente. No pudo evitar sonreír como un tonto enchochado de su novia. Entonces le vino la inspiración y comenzó a teclear en su móvil.
 
Hurley: *envía una imagen*
 
Hurley: Hoy el reto decía que tocaba una foto de una estrella fugaz, ¿no?
 
Hurley: Ahí tenéis la foto. La verdad es que se puede considerar una como tal, pues pasó por mi vida igual de rápido que una de verdad. Y cuando lo hizo, me dio un deseo inesperado pero recibido con los brazos bien abiertos: el amor. Pensándolo bien, en realidad es una estrella fugaz. Va pasando periódicamente por mi vida sin poder detenerse del todo, pero con la promesa de volver una vez más, quedarse un poco más que antes.
 
Hurley: Por eso, esta noche le pido a esta estrella fugaz una sola cosa: paciencia. Paciencia para poder esperar, porque sé que valdrá la pena. Valdrá la pena haber contemplado a esa estrella fugaz durante todo este tiempo. Porque sé que pronto se convertirá en la estrella más grande que ilumine mis días completos, que siempre estará ahí cuando no la vea, al igual que nuestra luna.
 
Hurley: Kai pasará de ser mi estrella fugaz para convertirse en mi luna, lo sé bien.
 
Hurley: Hasta entonces, seguiré contemplándote desde la distancia y esperando.
 
Caleb: Dios, odio a los enamorados.
 
Torch: x2
 
Sue: DESDE CUÁNDO TE HAS VUELTO TAN ROMÁNTICO, HURLEY????
 
Sue: MIRA LO QUE TE PERDISTE, TORI
 
Tori: ¡PERO QUÉ DICES, SO BRUTA! ¡CÁLLATE LA BOCA!
 
Hurley se rió por las burradas que decían sus amigos, a los amigos que había conocido gracias al fútbol. Estaba a punto de dejar el móvil sobre la mesita cuando una petición de videollamada le asaltó. Era Kai. Su corazón se alborotó. ¿Ya había visto lo que había escrito? Eso había sido rápido.
—Nunca pensé que los surfistas fueran tan románticos —sonrió Kai—. Siempre creí que amarías el mar por encima de todo.
—Pero también soy futbolista —sonrió—. No soy un surfista corriente.
—Lo he visto —se rió la de pelo celeste—. Entonces, ¿pronto me dirás que la luna está preciosa? —arqueó las cejas.
—Sí, la luna está preciosa —sonrió, mirando a la chica.
Tan solo tenía que seguir a su estrella fugaz durante un poco más, como el hombre de mar que era.




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