SÉPTIMO ESPECIAL DE NAVIDAD
Shawn miraba por la ventana aquella mañana nevada de diciembre. Tris le
observaba de reojo, preocupada por su aura melancólica. Temía que viniera el
profesor y llamara la atención de su mejor amigo, así que decidió clavarle un
puntapié en la espinilla. La reacción fue inmediata: chilló de dolor. Con eso
consiguió que el docente y la clase entera se giraran a ver a Shawn.
—Gracias por la ayuda, eh.
—¡Lo siento! —lloriqueó Tris—. Quería que salieras de ese empanamiento que
tenías, pero… De todas formas, ¿en qué pensabas tanto? ¿En Aiden y tus padres?
—No —negó con la cabeza—. Sí que los echo de menos, pero no era eso esta vez.
—¿Entonces qué? Vamos, sabes que puedes contármelo. Soy tu mejor amiga. Ya
es bastante difícil estar lejos de nuestras parejas como para que no nos
apoyemos el uno al otro.
Después de terminar bachillerato, ambos habían hecho la difícil decisión de
no ir a Tokio con todos sus amigos a cursar la carrera y quedarse en Hokkaido.
Al menos, tenían el consuelo de estar estudiando la misma carrera para poder
hacerse compañía.
—A Angy siempre le ha gustado la Navidad. Siempre ha dicho que esta época
es muy romántica.
—Ah, sí. Siempre suele ser muy romántica. Yo creo que es por la influencia
de las típicas películas navideñas extranjeras. La verdad es que son muy
bonitas visualmente. No me digas que la estás echando de menos, Shawn —sonrió
ella.
—¿Tú no echas de menos a Caleb?
Tris terminó por lanzarle algo de nieve a la cara.
—Se te está pegando lo cursi y ñoño de Angy —se rió—. Yo no soy como
vosotros, echando de menos siempre a mi pareja. Puedo estar lejos sin él. Su
compañía es un plus y me gusta mucho, pero tampoco es de vital importancia.
—¿Qué debería regalarle por Navidad?
—¿Acaso me has estado escuchando? —Tris arqueó la ceja—. Olvídalo, no
contestes. Se nota que no —terminó suspirando—. Hazle algo romántico y cursi y
quedará contenta. Mientras venga de ti, seguro que le encanta.
Shawn se lo pensó durante unos momentos y terminó asintiendo. Luego, le
estrelló una bola de nieve en toda la cara a Tris.
Esa noche Angy llegó muerta a casa. En cuanto puso un pie dentro de la
vivienda, Eris y Eve la asaltaron escandalosamente, riendo como tontas y
mirándola como colegialas enamoradas o en pleno cotilleo.
—¿Pero se puede saber qué mosca os ha picado? —arqueó la ceja, intentando
deshacerse de ellas.
—¡No te hagas la tonta, rubia! —espetó Eve—. Seguro que estás saltando de
alegría por lo que te ha escrito.
—Sí, sí. Luego nos quejamos de ti por cursi, pero anda que él… Esta vez te
ha superado —le guiñó un ojo Eris y se rió.
—¿De qué mierda estáis hablando? A mí habladme claro. Parpadead dos veces
si entendéis mi idioma.
—Espera… ¿No lo has leído? —Eve se quedó sorprendida.
—¿Leer el qué? —bufó con hastío la rubia.
—No me lo puedo creer. A ver si vas a ser la última en leerla —murmuró
Eris.
—¿Qué? —Angy no entendía nada.
Eris y Eve compartieron una mirada cómplice. Entonces montaron otro
escándalo.
—¡Creía que ya lo habías leído!
—¡No me digas que lo envió sin enseñártela a ti primero!
—¡¿Enseñarme qué?!
—¡Esto! —chillaron las dos.
Y le pusieron en las narices el móvil de Eris. Era el grupo de chat que
había creado Annie el primer día de diciembre. En él se podía leer un largo
mensaje de Shawn.
Querido Santa.
En mis primeros años de vida, siempre te pedía cosas que
un niño normalmente te pedía: regalos y juguetes. A ti fue la primera vez que
pedí un balón de fútbol. De hecho, fue Aiden quien dio la idea y yo dije que
sí. Qué recuerdos aquellos.
Luego, te pedí que trajeras de vuelta a mi familia, que
no quería estar solo. Fue una época dura, lo reconozco. Pero luego conocí a los
que serían grandes amigos para mí en el instituto Alpino y a los jugadores del
Raimon. Aunque luego seguí sin pedir nada más en las cartas a Santa, porque ya
tenía todo lo que necesitaba y quería.
Pero ahora que estoy lejos de la chica que se robó mi
corazón, quiero pedirte algo para estas Navidades y para las futuras. No dejes
nunca que la fría y cruda realidad apague nunca el amor de mi corazón. No dejes
que el corazón de Angy se recrudezca por la vida adulta, que siga repartiendo
todo ese abundante amor que tiene para dar al mundo. Y permíteme estar todo el
tiempo posible a su lado, por favor.
Solo te pido ese regalo.
Shawn Froste.
Guille: OH POR EL
AMOR DE DIOS ES PRECIOSA ESTA CARTA TT^TT
Caleb: Amigo, eso
te ha quedado supercursi
Kevin: Me va a dar
diabetes, mejor me salgo del grupo
Annie: Lo que pasa
es que estás envidioso :P
Las dos amigas se preocuparon al ver dos lagrimones recorrer las mejillas
de la rubia. Incluso Angy se sorprendió por estar llorando.
—Es… es precioso…
—Anda, ve —animó Eris.
—Tienes un novio al que llamar —sonrió Eve y terminó de grabar con su
móvil.
—Sí —asintió Angy, ajena a todo.
Se encerró en su habitación, dispuesta a llamar a su novio, el mejor del
mundo.
Eve: *envía un
vídeo* Reacción en directo de la afortunada novia
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