UNDÉCIMO ESPECIAL DE NAVIDAD


—¿Qué te tiene sonriendo de esa manera? ¿Algún libro nuevo que haya salido? ¿O es por lo que cenarás esta noche?
—No, no he encargado nada esta noche —sonrió—. Sakura se encargará de traerlo.
—No deberíais comer tanta comida precocinada —le regañó suavemente.
—No tenemos tiempo para cocinar, ya lo sabes —se quejó ella—. Echo de menos los platos que hacíais Giacomo y tú, de verdad que estaban riquísimos.
—En cuanto te vengas a Italia, te los prepararé.
—A ti también te echo de menos, Marco.
El italiano sonrió con ternura y le envió un beso a través de la cámara.
—Y dime, ¿qué es eso tan gracioso que mirabas en el móvil?
—Oh, es que ahora se están peleando por el grupo. Las chicas le están reclamando a Saki y a Ken de no haber pasado una prueba o algo de su supercita romántica al estilo Disney.
—¿Al estilo Disney?
—Sí, se ve que tuvieron un momento Disney.
—¿Qué demonios es eso?
—Tendrás que averiguarlo tú mismo.
—¿Pero por qué tenían que enviar una foto?
—Es por un reto navideño. Espera, que te paso la foto que pasó Annie.
Danny trasteó con su móvil y le pasó la foto a su novio. Marco estuvo revisando la imagen durante un buen rato. Mientras tanto, Danny aprovechó para entrar al trapo y meter cizaña en el grupo. Terminó riéndose por las tonterías que decían.
—¿Por qué no sales con tus amigas, Danny?
—¿Eh? No, paso, hace frío y prefería quedarme a charlar contigo.
—Es un asco esto de estudiar en distintos países —suspiró Marco.
—Pues imagínate estar en el mismo y en distintas universidades. Creo que eso es mucho peor. Tan cerca pero tan lejos. Una tragedia romántica.
—Olor a Navidad…
—¿Qué murmuras? —preguntó Danny.
—Hoy toca una cita relacionada con el olor a Navidad. ¿Cómo huele para ti la Navidad?
A la pelirrosa le pilló algo desprevenida esa pregunta, pero se detuvo a pensar en la respuesta de todas formas.
—Lo primero que se me viene a la mente es el olor a libro nuevo —sonrió.
—¿A libro nuevo?
—Sí —asintió—. Mi padre siempre me regalaba muchos libros para Navidad y recuerdo exactamente que siempre tenía el olor a libro nuevo pegado en la nariz durante estas fechas. Supongo que para mí el olor a Navidad sería el olor a libro nuevo —se encogió de hombros—. ¿Y para ti, Marco?
—La comida. El olor a platos recién hechos para estas festividades siempre me ha acompañado durante todos los años. Me encantaría que tú pudieras estar aquí para que la pudieras oler también.
—Seguro que debe ser deliciosa —suspiró, imaginándose su sabor.
—Hagamos una cosa —propuso con decisión el chaval.
—¿El qué?
—Yo, Marco Maserati, te prometo que haré todo lo posible para que el olor a Navidad sea el de la comida que te cocinaré, o cocinaremos, cada año. Para el resto de nuestras vidas.
—Eso son muchos años —se rió ella, impresionada por sus palabras—. ¿Crees que…?
—Pues claro que sí, ni se te ocurra decir lo contrario. Ahora tú —sonrió.
La chica le miró durante unos segundos, sin poder creerse que hubiera hecho tal promesa. Nada aseguraba que pasaran toda su vida juntos. Pero bueno, la esperanza era lo último que se perdía, ¿no?
—Yo, Sardana García, te prometo que haré todo lo posible para que el olor a Navidad sea el de los libros nuevos que te regalaré cada año. Para el resto de nuestras vidas.
Se lanzaron besos, ilusionados.
 
Jude: Eso suena a compromiso
 
Yeidi: seguro que serás la primera en casarte xD
 
Hikari: Me pido ser la dama de honor, gracias a mí conoció a Marco
 
Sue: yo también quiero serlo :v
 
Andrea: pues seámoslo todas ^^
 
Danny: NO NECESITO A TANTAS DAMAS DE HONOR
 
Guille: Pero necesitas, verdad?
 
Danny: TODAVÍA NO
 
Tori: Eso significa que algún día lo necesitará
 
Annie: Es mejor estar preparadas
 
Ken: Absteneos de invitarme.
 
Saki: ¡No digas eso! >:c
 
Danny: Ken, tú serás quien me lleve hasta el altar
 
Ken: No.
 
Danny: Así queda decidido. Mi capitán me llevará ante mi marido ^^

Ken ha salido del grupo.




Comentarios